Las dudas que plantó una sospechosa sobre la actitud de Laudelina Peña, la tía de Loan
Mónica del Carmen Millapi, detenida desde pocas horas después de la desaparición del niño, declaró ante la jueza federal de Goya, Cristina Pozzer Penzo
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Fue una de las últimas personas que estuvo con Loan Danilo Peña, el niño desaparecido el 13 de junio pasado después de almorzar en la casa de su abuela paterna, y una de las primeras detenidas de la causa. Hoy, al ser indagada, Mónica del Carmen Millapi plantó dudas sobre la actitud de la Laudelina Peña, tía paterna del chico.
“Le dije que hay que llamar a la policía para avisar [que había desaparecido un niño] y ahí suena el teléfono de Laudelina. Para hablar ella se alejaba. A mí me parecía extraño porque se alejaba”, sostuvo Millapi al declarar ante la jueza federal de Goya, Cristina Pozzer Penzo.
Millapi tiene 35 años. Está casada con Daniel Ramírez, conocido como Fierrito. Otro de los detenidos de la causa. Están acusados de haber participado de la sustracción y/u ocultamiento de Loan.
Millapi y Ramírez son dos de las personas mayores de edad que fueron con Loan y otros cinco niños a juntar frutas al monte después de haber almorzado en la casa de Catalina Peña, la abuela paterna del chico desaparecido.
La llamada a la que hace referencia Millapi habría sido de María Victoria Caillava, que hasta ese momento era funcionaria de la Municipalidad de Nueve de Julio, donde vive la familia Peña. Caillava y su marido, el capitán de navío Carlos Guido Pérez también están detenidos acusados de haber participado en la sustracción y ocultamiento de Loan.
A Millapi no solo le pareció extraño que Laudelina se alejara para hablar por teléfono cuando Loan ya había desaparecido y ellos lo buscaban por el monte. También sembró dudas de que haya sido la tía del chico la que le propuso ir a buscar frutas.
”Yo me quedé sentada [después de lavar los platos tras el almuerzo]. Al rato, cinco minutos más o menos, Laudelina dijo ‘vamos a buscar naranjas’. Me pareció extraño porque a ella no le gusta andar por el monte, no le gusta caminar y andar”, afirmó Millapi.
“Somos inocentes”
Ayer fueron indagados Pérez y Caillava. El marino retirado sostuvo: “Les aseguro que Loan no estuvo nunca ni en la camioneta ni en el auto. No entiendo. Puede haber estado contaminado por los hermanos [del niño desaparecido] que estuvieron en la camioneta”, dijo el sospechoso.
Pérez, de 61 años, también hizo referencia a lo que había sostenido en una declaración Laudelina Peña, de que su sobrino había sido atropellado por el capitán de navío con la camioneta Ford Ranger.
“El tema del atropellamiento es imposible, todos nos vieron, andábamos a paso de hombre, con los vehículos hemos chocado animales”, sostuvo el marino retirado.
En medio de la declaración, la jueza Pozzer Penzo le preguntó a Pérez si sospechaba de alguien. El capitán de navío retirado apuntó a Bernardino Antonio Benítez, pareja de Laudelina Peña, la tía de Loan.
“Sí, tengo sospechas. Me llamó la atención ver volver a Benítez [el día de la desaparición de Loan] sin remera, traspirado, corriendo. Lo vi deambular, perdido, sin hablar con nadie. Me dio la sensación de una persona que no está en su normalidad”, dijo Pérez.
Sobre la causa de la desaparición de Loan, Pérez dijo que Catalina Peña, la abuela paterna del niño y anfitriona del almuerzo realizado poco antes de que el chico fuera visto por última vez, afirmó que “esto fue una venganza” y “habló de una interna familiar muy pesada, que no se hablaba con la madre de Loan, que no se llevaba con las parejas de sus hijos”.
Sobre este punto volvió sobre la pareja de Laudelina Peña. “Benítez sería una de las personas de las cuestiones familiares con Catalina”, aseguró Pérez.
Sobre la imputación que pesa sobre él y su esposa, el marino retirado afirmó: “Por la acusación somos una organización de secuestradores de trata, no descarto que exista una verdadera organización nacional”.
Por su parte, Caillava afirmó no tener ninguna vinculación con la desaparición de Loan. Afirmó que quienes apuntaron contra ella y su marido lo hicieron porque su condición de informante de las fuerzas federales y los había vinculado a la venta de drogas en el tranquilo pueblo de Nueve de Julio.
“Quiero comentar, tengo miedo de hacerlo [de declarar] por riesgo a mi familia, pero que siento que soy la única idiota del pueblo que colabora con la Policía Federal de Goya y de Buenos Aires para que se descubra quién vende droga en el pueblo, todos saben, pero nadie dice nada. Brisa Contreras es la persona que me acusa en Crónica TV, es la pareja de uno de los vendedores de droga más grande del pueblo y yo colaboro hace dos años y ella miente”, dijo Caillava antes de responder preguntas de la jueza y del Ministerio Público Fiscal.
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