Ladrones de cementerio. “Se roban hasta los bronces de las tumbas de los bebés”
La sustracción de placas, cruces y cristos del camposanto municipal de Olivos quedó al descubierto hace un mes, luego de que vándalos rompieran el candado de la puerta de la bóveda del actor Juan Carlos Altavista; las autoridades recomiendan a los deudos evitar el uso de piezas de metal
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La entrada y las calles internas del Cementerio Municipal de Olivos están cubiertas con hojas amarillas y secas de los fresnos. Con la llegada del otoño sus copas van quedando peladas de a poco. Algo parecido está sucediendo con el predio: lápidas de tumbas y bóvedas muestran las marcas de placas, cruces y cristos de bronce que les fueron sustraídas. El predio del camposanto sufre invasiones permanentes de ladrones que buscan llevarse todo lo que sea de ese metal, muy valioso en el mercado negro.
El cementerio de Vicente López evidencia desde hace meses un estado de deterioro que se manifiesta en tumbas llenas de escombros o con la vegetación crecida, vidrios de mausoleos rotos y baldosas flojas o faltantes.
Hace un mes, vándalos violentaron el candado de la puerta de la bóveda del actor Juan Carlos Altavista. De lo relativo al recordado “Minguito Tinguitella” no faltaba nada. Pero el hecho dejó al descubierto que en muchas parcelas había señales del paso de delincuentes.
“Se llevan de todo. Todos los días. Aumentó mucho. Los delincuentes saltan el muro y se llevan placas y cristos de bronce”, dijo a LA NACION José Arrieta, capataz de mantenimiento del cementerio, de 49 años de edad y 30 como empleado municipal.
Arrieta señaló con su escoba hacia un grupo de tumbas: “Mirá, ahí falta una fotito con su marco, ahí una plaquita, ahí un cristo”. El cementerio abre a las 8 y cierra a las 17, pero eso no frena a los “rateros”.
“El problema empezó antes de la pandemia, pero se incrementó y en el último tiempo ya se nota mucho. Acá cerca está la villa [Borges] y si los agarran a los delincuentes los sueltan enseguida porque son menores. No hay respeto, hasta de las tumbas de los bebés roban”, afirma.
Ezequiel Fernández es el subdirector del cementerio desde hace 12 años. “Es un gran problema y un desastre; estamos trabajando, no es fácil”, dijo. Fernández explicó que en los últimos meses la problemática aumentó mucho: “Tuvimos un conflicto con la policía, hicimos denuncias tanto nosotros como los particulares que se vieron afectados”. El predio tiene nueve hectáreas y según él debería haber cinco o seis policías, pero hay menos.
A partir de las últimas denuncias ahora se comprometió más cobertura policial, y el municipio prevé instalar cámaras: “Sabemos que tenemos que dar soluciones al contribuyente. Es una situación complicada. Un portero eléctrico o un picaporte se reemplaza, pero con placas o cruces hay algo sentimental y es más complicado”, sostuvo Fernández.
El subdirector contó que hace poco la policía detuvo a un par de ladrones, pero que no hay justicia, ya que “entran a las dos a la comisaría y salen a las cuatro”, porque los hechos suelen ser caratulados como hurtos. Pero él insiste con que es una profanación, que es un delito federal, “pero lamentablemente queda sujeto a interpretación judicial”.
Las autoridades del cementerio intentan adaptarse a la actual circunstancia. “Lamentablemente le tenemos que decir a la gente que elija otro material” para reemplazar las piezas de bronce robadas. En las casas de sepelio cercanas también están aconsejando lo mismo a los deudos.
Fernández sostiene que la Justicia debería ir tras los reducidores del material: “El problema es en toda la Argentina, hace poco estuve en Chacarita y es un desastre lo que hicieron”, aseveró.
Otro empleado municipal que prefirió no identificarse opinó: “Están robando como en todo cementerio. Placas y cruces, mayormente. Ya no respetan ni a los muertos, con la malaria que hay. No hay códigos. Está la policía a la noche, pero no abastecen todo porque este cementerio es muy grande”.
Tomás, un vecino que estaba vestido de negro y con los ojos llorosos, acompañado por dos mujeres, visitando la tumba de su hermano, sostuvo: “Mi hermano murió hace tres meses y cuando averiguamos en la casa fúnebre nos aconsejaron no hacer nada de bronce y evitarlo porque se los roban”.
Fuentes de la Municipalidad de Vicente López confirmaron que tienen planificado y están ejecutando trabajos de refuerzo de seguridad con la instalación de sistemas de monitoreo de videovigilancia, además del arreglo de veredas y de calles internas.
Luis, un florista de 55 años, dijo mientras empezaba a guardar las flores que le sobraron de la jornada en su puesto en el ingreso al cementerio: “Roban como en todos lados. No hay suficiente seguridad”.
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