La última ficha. Murió David Perona, el rey del juego clandestino
SANTA FE. David Perona perdió su última apuesta. Conocido como "el rey del juego clandestino" de esta provincia, falleció en Rafaela como consecuencia del Covid-19. Tenía obesidad mórbida y estaba internado en terapia intensiva del Hospital Jaime Ferré, de esa ciudad del oeste santafecino, desde el miércoles 18 de noviembre, después de que los hisopados confirmaron que se había contagiado de coronavirus.
Perona había sido detenido en agosto y se encontraba cumpliendo con prisión domiciliaria por comandar una asociación ilícita con organización, administración, operación y explotación de sistemas de captación de juegos de azar, tanto en la ciudad de Rafaela, Sunchales y Ramona, ubicadas en el departamento Castellanos. Por esa causa, dos fiscales de Rosario fueron acusados de cobrar coimas.
La obesidad mórbida de Perona, en su momento, fue un beneficio para lograr la prisión domiciliaria. Pero dicha enfermedad complicó su situación de salud, ya que contrajo coronavirus y fue internado en la terapia intensiva del hospital rafaelino.
La semana pasada, tras presentar síntomas compatibles con coronavirus, fue trasladado en la madrugada del miércoles al efector local tras dar positivo en el hisopado y por ser un paciente de riesgo. El operativo requirió de la asistencia de ambulancias del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (SIES), bomberos y policía.
Como informó LA NACION en agosto pasado, la causa que tenía a Perona como jefe de una organización dedicada al juego clandestino que pagaba coimas a jefes policiales se activó luego de que empezara a ventilarse en Rosario esta trama de complicidades a partir de que se presentó como arrepentido el empresario Leonardo Peiti, que terminó con los fiscales Gustavo Ponce Asahad y Patricio Serjal presos, acusados de cobrar unos 5000 dólares mensuales de coima.
Leonardo Peiti, a su vez, está imputado de participar en extorsiones con la banda de Los Monos, con la que se había asociado en el negocio del juego clandestino luego de sufrir amenazas. Cedió a la banda narcocriminal el control de varias salas de juego. Peiti declaró que fue "víctima" de Ariel Cantero, alias Guille, quien tras balear un edificio del empresario el 1º de julio de 2019 le exigió el pago de 400.000 dólares.
El nombre de Perona apareció en un pendrive que se secuestró en la casa de Peiti, luego de que este declarara como "arrepentido".
No obstante, Perona logró mantener el control de este negocio ilegal durante más de una década por complicidades con la policía, que a pesar de que recibían denuncias contra este capitalista del juego nunca avanzaban en las investigaciones.
La prueba más clara de que David Perona, "el rey del juego clandestino" de Rafaela, movía un negocio millonario gracias a las complicidades que había tejido con los jefes policiales de esa ciudad era que en la puerta de las salas ilegales había carteles iluminados que decían "Casinos Perona".
La Agencia contra el Crimen Organizado, encabezada por la fiscal María Eugenia Iribarren, enmarcó los procedimientos en una causa por juego clandestino, extorsión y asociación ilícita.
El "Gordo" Perona había sido imputado por los delitos de asociación ilícita en calidad de integrante; en concurso real con el delito de administración y/u organizador de sistemas de captación de juegos de azar sin contar con la autorización pertinente.
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