“La Toretto de La Plata” enfrentará un juicio oral por la muerte del motociclista ocurrida en abril
Así lo dispuso la jueza Marcela Garmendia; la acusada aguardará el inicio de las audiencias en la cárcel debido a que ya le había sido negada la prisión domiciliaria
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En otro revés judicial para Felicitas Alvite, conocida como “La Toretto de La Plata”, la jueza Marcela Garmendia rechazó los planteos de nulidad de su defensa y el pedido de sobreseimiento para su amiga Valentina Velázquez en la causa por el accidente de tránsito en el que murió el músico de 36 años Walter Armand. Además, la magistrada ordenó la elevación a juicio oral.
En su resolución, Garmendia solicitó “elevar la presente causa a juicio en los términos del art. 337 del C.P.P, en relación a Felicitas Alvite por el delito de homicidio simple (con dolo eventual) -Hecho I- y Valentina Velázquez en orden al delito de participación en prueba de velocidad o destreza con un vehículo automotor -Hecho II-, previstos en el art. 79 y 193 bis del Código Penal, respectivamente”.
Con esto, según consigna el portal 0221, la jueza respondió al requerimiento del fiscal Fernando Padovan, quien estuvo a cargo de la investigación “y entendió que las dos jóvenes se encontraban corriendo una picada” antes de que el impacto contra la víctima tuviera lugar, justo en el límite del Casco Urbano y la localidad de Tolosa, en la capital bonaerense.
La decisión de la magistrada se conoció una semana después de que la Sala III de la Cámara de Apelaciones platense le negara a la joven de 20 años la prisión domiciliaria y dejara firme su prisión preventiva por el delito de homicidio simple con dolo eventual, por el que podría recibir una pena máxima de 25 años de prisión.
Como contó LA NACION, Dos de los tres jueces de la Cámara coincidieron en que los peritajes psicológicos y psiquiátricos a los que fue sometida la joven revelan en ella un estado de ansiedad e impulsividad que constituyen “una estructura de personalidad o de ciertos rasgos que, en lo que cuenta, se avizoran en principio poco contributivos respecto de la morigeración pretendida que representa un ámbito de menor injerencia y control estatal, más allá de los reaseguros que puedan disponerse”. No obstante, dejaron entreabierta la puerta para que en un “corto mediano o largo plazo”, la continuidad de la asistencia profesional y terapéutica en materia de salud mental posibilite constituir un contexto que permita a la Justicia ofrecerle “un mecanismo menos oneroso de ejecución de la medida de coerción personal”.
Los jueces Fernando Mateos y Juan Benavides coincidieron en que “persisten los riesgos procesales”. En ese sentido, Mateos –en un voto al que adhirió en un todo su colega Benavides– destacó que “se advierte que junto a [la naturaleza del delito y su consecuente gravedad y penalidad expectante] se presentan una serie de elementos y circunstancias que llevan a concluir razonada y razonablemente sobre la imposibilidad de neutralización o conjuración de los riesgos procesales verificados en el caso concreto”.
El caso
El episodio que derivó en la acusación de Alvite ocurrió el 12 de abril a las dos de la madrugada, en momentos en que la joven conducía un VW Gol Trend de un amigo, cruzó la bocacalle de 13 y 532 con el semáforo en rojo y embistió a Armand, que circulaba en una moto Bajaj Boxer. El motociclista falleció en el acto.
Según la acusación del fiscal Padovan, la joven –que se hacía llamar “La Toretto”, en referencia a uno de los personajes de la saga Rápidos y Furiosos– y la conductora de un Peugeot negro que iba en paralelo conducían en exceso de velocidad y de manera temeraria “a pesar de que la zona es de una gran afluencia por ser el centro de la ciudad”, eludiendo a otros vehículos detenidos y sin importar poner en riesgo la vida de terceros.
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