La sombra de un empresario tras un homicidio encargado a sicarios
El suegro de la víctima fue acusado de ser el presunto instigador del asesinato ejecutado en Victoria
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Braian Fillip y Sofía se conocieron a través de la red social Tinder y comenzaron una relación amorosa que incluyó el nacimiento de una hija y la pelea del muchacho para que lo dejaran visitar a la niña. Durante uno de esos encuentros de revinculación, según declaró una testigo, el padre de Sofía, que se oponía al romance, le advirtió al visitador médico: “Te voy a matar”.
El 31 de enero de 2019, en pleno centro de Victoria, en el único lugar donde no había cámaras de seguridad, Braian fue asesinado de dos balazos en la cabeza. Dos años y medio después del homicidio, la investigación tuvo un giro inesperado y la Justicia acusó al suegro de la víctima, un médico rural y empresario, de haber ordenado el homicidio y solicitó la detención del sospechoso.
Pocos días después del asesinato fueron detenidos dos sospechosos, identificados por fuentes policiales como Nelson Belisario Bolívar Rosswil, de nacionalidad venezolana, y Luis María Lémez. Actualmente, ambos imputados están alojados en la Unidad 9, de La Plata, y en la cárcel de Florencio Varela. Para la Justicia existen elementos que avalan la presunción de que Bolívar habría sido el autor material de los disparos y de que Lémez lo ayudó a seguir a Braian desde que salió de su casa, pasó por el departamento de Sofía, donde esperó que se diera una ducha, hasta que la dejó en la estación Victoria para que tomara el tren en dirección a Martínez, donde trabajaba.
Después lo siguieron y lo mataron, según determinó la reconstrucción del crimen realizada por los investigadores policiales y judiciales. Cuando el cuerpo del visitador médico fue hallado al costado de su automóvil Volkswagen Gol rojo, a pocos metros de la esquina de Lavalle y Ambrosoni, llamó la atención de los policías que el vehículo estuviera en marcha con las balizas, el equipo de música y el aire acondicionado encendidos. Los uniformados también comprobaron que no faltaba ningún elemento de valor. Con estos detalles, los policías que llegaron a la escena del crimen descartaron el robo como móvil del asesinato.
En ese momento, el fiscal de San Fernando José Amallo ordenó a los uniformados que realizaran un relevamiento de las cámaras de seguridad de la zona. Así, los investigadores determinaron que el Volkswagen conducido por Braian fue seguido por dos vehículos, un Fiat 147 Spazio, con una llamativa franja blanca pintada en el techo, y un Fiat Siena. Ambos rodados también fueron grabados por las cámaras de seguridad cuando sus conductores daban vueltas alrededor de la casa de la madre del visitador médico, donde había pasado la noche con Sofía, y del departamento donde vivía la joven.
El paso de los dos vehículos también quedó grabado en las cámaras de seguridad de Avellaneda y Brandsen, Lavalle y Quintana, Belgrano y Ambrosoni, Tres de Febrero y Ambrosoni, Santamarina y Lavalle y Brandsen y Garibaldi. Según los testigos que declararon en el expediente, después de escuchar los disparos, vieron pasar a un Fiat 147 Spazio.
Una vecina que vive en la cuadra donde mataron al visitador médico dijo ante la Justicia que escuchó a la víctima gritar: “No lo hagas”.
Con el robo descartado como móvil del homicidio, los investigadores abonaron la sospecha que el asesinato resultó el corolario de un incidente de tránsito, que habría comenzado cuando, supuestamente, Braian descendió del Volkswagen Gol rojo para recriminarle al conductor del Fiat 147 que lo había chocado. Sin embargo, esta hipótesis también se desvaneció cuando los investigadores revisaron las cámaras de seguridad y reconstruyeron el recorrido que hizo la víctima la mañana que la mataron.
La pista del taller mecánico
Ante la presunción de que el autor de los disparos se movilizaba en un Fiat 147, los detectives siguieron el recorrido del vehículo hasta que se perdía cerca de Quintana al 1700. Al revisar la zona, los policías hallaron un galpón con características similares a las de un taller mecánico, preguntaron entre los vecinos si habían visto un Fiat 147 por la zona y solicitaron un allanamiento de urgencia.
Entonces, el fiscal Amallo ordenó el procedimiento. Dentro del galpón, los policías hallaron el mencionado vehículo. Al profundizar la pesquisa, los investigadores determinaron que el vehículo había sido adquirido nueve días antes por un ciudadano venezolano que alquilaba el lugar para hacer trabajos de chapa y pintura de otros automóviles.
Al mismo tiempo, los policías establecieron que el galpón pertenecía a Enrique Zunino, un médico rural y empresario, muy conocido en San Fernando. En la propiedad, los investigadores también hallaron un revólver calibre .38 largo al que le faltaban dos proyectiles. Para la Justicia existe la presunción que se trataría del arma utilizada para matar a Braian. El peritaje balístico no se pudo concretar porque los proyectiles extraídos del cuerpo de la víctima estaban deformados. Según la declaración de un testigo, dicho revólver pertenecía al sospechoso Bolívar Rosswil. Tal afirmación se fundó en el hecho de que fue el arma con la que lo apuntó durante una discusión.
Al reconstruir el cuadro de relaciones de la víctima, a partir de las declaraciones de los testigos se determinó que, un mes antes, Braian había retomado la relación de pareja con Sofía, la madre de su hija.
Dicha relación estuvo marcada por una firme oposición del padre de la joven, quien, según consta en el expediente, “aborrecía” a Braian. Ese encono creció cuando el visitador médico inició el juicio por paternidad de la niña que nació fruto de su relación con Sofía.
Luego de un tortuoso proceso, la Justicia reconoció el reclamo de Braian y dispuso una revinculación con la pequeña. En uno de esos encuentros, realizado en una heladería, se habría concretado la amenaza del padre de Sofía a Braian.
“Sofía no pudo evitar que su padre se diera vuelta cuando salían del local con la niña en sus brazos y le dijera a Braian: ‘Te voy a matar’. Luego de escuchar eso, Braian le contestó: ‘Lo vas a tener que hacer para que deje de ver a mi hija’. En ese momento no hubo insultos. Zunino se llevó a la niña y Braian se quedó muy mal”, expresó una amiga del visitador médico que dio su testimonio en el sumario.
Aunque existía una sospecha sobre la supuesta vinculación del padre de Sofía con el autor de los disparos, se determinó que Zunino no estaba en San Fernando en el momento del crimen. Había viajado a Miramar.
En esta etapa del proceso, Zunino no fue indagado ni procesado y pesa sobre el imputado la presunción de inocencia.
Al día siguiente del crimen, Lémez fue convocado a declarar como testigo debido a que se estableció que su hijo figuraba como propietario del Fiat Siena que aparecía cerca del lugar donde mataron al visitador médico.
En esa instancia de la pesquisa, los investigadores no sabían sobre la relación que había entre Lémez y Bolívar e ignoraban que ambos conductores actuaron en complicidad para seguir a la víctima.
Según Lémez, al declarar como testigo, manifestó que Bolívar le contó que “usaría el Fiat Spazio para hacer un trabajo que tenía encargado. Le pregunté cuál y me dijo que se lo había encargado el ‘doctor’, dueño del galpón . Nelson me contó también que el ‘doctor’ le había encargado que ‘baje un mono’. Aunque no sé a quién se refería. Después me dijo que se había mandado una cagada y que por eso tenía que pintar el auto”.
Al comprobar la existencia de vínculos entre Lémez y Bolívar, presunción fundada, por ejemplo en los cruces de llamados telefónicos que revelaron comunicaciones entre ambos sospechosos y con el padre de Sofía, el fiscal Amallo ordenó la detención del dueño del Fiat Siena y lo acusó de partícipe del homicidio.
“Entre las pruebas que avalan las sospechas contra Zunino figuran 35 llamadas durante entre el suegro de la víctima, Bolívar y Lémez. Algunas de esas comunicaciones se realizaron el día anterior al crimen y después del asesinato. Por tal motivo siempre acompañé el pedido de detención contra Zunino, dictado por la fiscalía”, expresó el abogado Ulises Saccella, representante de Loredana, madre de Braian.
Pedidos rechazados
Hasta el momento, Zunino acumuló dos pedidos de detención en su contra, presentados por el fiscal Amallo. La jueza de garantías rechazó ambas solicitudes, no obstante, aceptó que se realice un allanamiento en la casa del padre de Sofía. Durante el operativo, concretado el 3 de junio pasado, los policías encontraron ocho armas de fuego, todas registradas a nombre del propietario de la vivienda.
Otro de los indicios fue hallado entre los mensajes de texto que el acusado Bolívar envió a los titulares de las líneas que terminan con 3876 y 5546, que figuran agendados como “Miriam” y “hermana”.
Dichos mensajes, según consta en el expediente, fueron enviados por Bolívar dos días después del homicidio y consignó que “si algo le llegaba a ocurrir, se comunicaran con ‘el doctor’ para que les deposite el dinero que le debía”.
Actualmente, tanto Bolívar como Lémez esperan ser sometidos a juicio oral. El inicio del debate fue fijado para principios de septiembre.
“Mi objetivo apunta a que Lémez, Bolívar y Zunino sean enjuiciados en el mismo debate y que no se desdoble la causa. Para eso es necesario que el suegro de la víctima sea indagado y sometido a proceso”, concluyó el letrado.
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