La secta del horror. “Si le gusta el lujo, no hay tiempo para elegir con quien estar”: la víctima que se resistía al empresario
Esa fue la respuesta que le dio una de las organizadoras del “geishado” a una joven que lloraba porque le obligaban a mantener relaciones sexuales con un poderoso “amigo” de la Escuela de Yoga de Buenos Aires; el caso figura en el pedido de procesamiento de los 20 sospechosos, hecho por el Ministerio Público Fiscal
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La víctima lloraba. No quería mantener relaciones sexuales con el poderoso empresario, un habitué. Entonces, Susana Mendelievich, “Mendy”, la encargada del denominado Geishado Vip de la organización criminal que funcionaba bajo la fachada de la Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA), espetó: “Si le gusta el lujo y la comodidad, no hay tiempo de elegir con quien querer estar”.
La reconstrucción de los hechos consta en el dictamen presentado por el fiscal federal Carlos Stornelli y su colega Alejandra Mángano, integrante de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), donde le solicitaron al juez Ariel Lijo el procesamiento con prisión preventiva de los 20 imputados.
La denominada secta del horror, según la investigación de los fiscales y de detectives del Departamento Trata de Personas de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA, estaba liderada por Juan Percowicz, que se hacía llamar Maestro o Ángel, quien por su edad (84 años) y estado de salud fue beneficiado con la prisión domiciliaria.
La habitualidad del poderoso empresario, cuya identidad se mantiene en reserva, pero que dentro de la organización coercitiva era referido con un apodo relativo a su actividad, fue relatada por un testigo que declaró en el expediente y consta en documentos secuestrados en uno de los allanamientos hechos por la Policía Federal Argentina (PFA).
“El empresario aparece en el documento denominado ‘‘Departamento Novios’, hallado en el domicilio de Percowicz, y en un estudio jurídico se encontraron numerosas escrituras públicas que dan cuenta de donaciones que dicha persona realizó a la víctima, cuyos montos superan el 1.000.000 de dólares. El dinero era finalmente empleado y administrado por los líderes de la organización. Esto da cuenta de los poderes generales que las víctimas hacían en favor de los líderes y/o los responsables de la parte contable o administrativa de la secta”, sostuvieron las víctimas en el citado dictamen, al que tuvo acceso LA NACION.
El estudio jurídico al que hace referencia el dictamen es el de Susana Barneix, una de de las detenidas en este caso, y presunta encargada del armado de la ingeniería legal e impositiva para enmascarar las operaciones financieras de la EYBA bajo una pátina de legalidad.
”La organización contaría con un patrimonio de, al menos, de 35 millones de dólares, con cuentas radicadas en los Estados Unidos”, sostuvo a LA NACION una calificada fuente judicial.
Según pudieron determinar los detectives policiales y judiciales, una de las principales fuentes de financiamiento de la organización criminal era la explotación sexual de algunas de “alumnas”.
“La práctica sexual era una herramienta para conseguir los objetivos económicos pretendidos por el jefe de la secta y demás líderes, lo cual era transmitido a sus miembros como una forma de ‘sanación’”, explicó una de las fuentes consultadas.
El informante agregó: “Cuanto más dinero y regalos conseguían como producto de esos encuentros y relaciones con personas de poder ajenas a la organización, más información se les suministraba dentro de la EYBA para poder evolucionar y subir de rango”.
Según el expediente judicial, la explotación sexual de las alumnas se hacía, principalmente, en la sede central de la EYBA, en Villa Crespo. El noveno piso del edificio situado en Estado de Israel 4457 era conocido como el “Museo” y estaba acondicionado como si fuese la habitación de un hotel alojamiento.
La sede central no era el único lugar donde se practicaba el “geishado”. También se llevaba adelante en departamentos de Palermo e incluso en hoteles cinco estrellas.
“Los encuentros suponían una práctica de esclavitud sexual porque las alumnas se encontraban a disposición de los clientes en el momento y lugar que ellos dispusieran durante largos períodos de tiempo”, se les explicó a los sospechosos cuando estos escucharon la imputación, en el momento de ser indagados por el juez Lijo. Están acusados de los delitos de trata de personas y lavado de dinero.
Según la investigación policial y judicial, la organización contaría con distintos grupos de mujeres que eran obligadas a mantener encuentros sexuales a cambio de dinero. Uno de ellos era el denominado ‘Geishado VIP’, “cuya encargada era una de las imputadas”.
Fuentes judiciales explicaron que en el domicilio del sindicado líder de la organización se secuestró una carpeta titulada “Trinchera CC Botánico, Departamento Novio”, en la cual se pudo identificar una “ficha de datos” de ciertos hombres a los que la EYBA ponía como “objetivo” del plan de “geishado”.
“El denominador común de los identificados [en la carpeta] era su alto patrimonio. Según consta en investigación, ante la negativa de acatar las órdenes impartidas, las víctimas podían terminar en una situación de encierro en cualquier institución”, explicó una fuente judicial.
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