La secta del horror: el exjuez Bergés comparó a la Escuela de Yoga Buenos Aires con las estafas piramidales
A partir de su experiencia en la investigación de esa organización, el exmagistrado aseguró que el dinero es el objetivo central del grupo bajo sospecha
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El exjuez Mariano Bergés que en 1993 procesó a los mismos referentes de la Escuela de Yoga Buenos Aires que fueron detenidos el fin de semana pasado por iguales delitos, aseguró que “es una causa que tendría que haber terminado en juicio” hace 30 años y comparó el accionar de esa organización con la que supuestamente lideraba Leonardo Cositorto, acusado de estafas piramidales, porque “lo que más le importa (a los líderes) es sacarle plata a la gente”.
El exmagistrado que tuvo el expediente sobre esta secta en los años 90, comentó: “En aquel momento la investigación avanzó hasta el punto de estar muy cerca del juicio oral y tendría que haber terminado en condena, pero no ocurrió”.
Bergés explicó en diálogo con Radio con Vos que en ese momento no pudo lograr llevar a juicio a los responsables de ese grupo porque “la sala sexta de la cámara de apelaciones se equivocó” al actuar de manera “fácil y ligera, típica de la justicia argentina”, como es ceder a una lluvia de recusaciones. “Me sacó la causa”, dijo.
“Antes se había confirmado el procesamiento y ordenado las declaraciones testimoniales de un montón de personas de la Escuela de Yoga Buenos Aires y ellos, con una estrategia muy molesta pero muy efectiva, empezaron a recusarme a mí todos los días, hasta que pasó a otro juzgado y la estructura de trabajo cambió, la causa se fue diluyendo”, contó.
Respecto a las presiones que pueden haberse derivado de los buenos vínculos que en ese entonces la organización habría tenido con políticos del más alto nivel, Bergés aseguró: “No diría que esta causa transitó por cuestiones políticas” aunque los acusados “usaban de forma muy puntual y efectiva” fotografías que tenían con el presidente Carlos Menem, ministros y gobernadores.
A partir de esas imágenes “le vendían a todo el mundo que tenían influencias”, añadió el exmagistrado en declaraciones consignadas por Télam.
No obstante, reconoció que el por entonces juez de la Corte Suprema Carlos Fayt se interesó en forma personal por ese caso. “Me llamó para apretarme” para que “cambiara una resolución vinculada con la libertad de esta gente”, pero la respuesta fue que “no iba a hacer algo distinto a lo que hago con cualquier ciudadano” y eso le valió que “se enojara conmigo”.
“A mí no me cabe ninguna duda que esto hubiera terminado bien, pero en aquella época gran parte del sistema entendía que yo era una especie de loco que estaba investigando un grupo sectario y, al mismo tiempo, mucha gente me criticaba porque decían que me estaba metiendo contra la libertad personal de esta gente”, dijo.
Las claves del engaño
Respecto de la investigación, Bergés recordó que logró armar un expediente importante, pero que era difícil probar la corrupción sexual con adultos como víctimas.
“Por eso yo fui por el tema económico, porque a esta gente lo que más le importa es sacarle plata a la gente, así como (Leonardo) Cositorto tuvo ese sistema para sacarle plata a la gente, que son las estafas (en un esquema piramidal), en este caso lo que se usa es la coerción o el engaño respecto de personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad o que son engañadas a través de una cuestión filosófica o moral de yoga y demás”, explicó Bergés.
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