La Salada: condenaron a penas de hasta ocho años de prisión a 38 acusados de extorsionar a vendedores ambulantes
El presunto jefe de la asociación ilícita Jorge Castillo, a diferencia de los otros acusados, decidió esperar el debate oral y no aceptar los cargos en un juicio abreviado; en la causa hay nueve arrepentidos
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LA NACIONGustavo Carabajal
La Justicia condenó a penas de entre tres y ocho años de cárcel a 38 acusados en la denominada causa La Salada. Entre los sentenciados en un juicio abreviado, lo que implica el reconocimiento de los cargos, se encuentra Adrián Castillo. Su tío, Jorge Castillo, conocido como “El Rey de la Salada”, decidió esperar el juicio oral. Acusado de ser el presunto jefe de la asociación ilícita que extorsionaba a vendedores ambulantes para dejarlos instalar sus puestos en el espacio público adyacente al gigantesco predio de la feria de gangas, está libre. Fue beneficiado por una excarcelación dictada por una sala de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Lomas de Zamora. Pero en caso de que lo condenen, podría recibir una pena mayor.
La resolución fue dictada por el Tribual Oral Criminal N°8 de Lomas de Zamora, integrado por los jueces Gustavo Ramilo, Alejandro Sgarlata y Nicolás Amoroso. Adrián, el sobrino de Jorge Castillo, recibió una de las penas mayores -ocho años de prisión- al admitir su responsabilidad como organizador de la asociación ilícita que obligaba a los vendedores ambulantes a pagar importantes sumas de dinero a cambio de permitirles poner sus mostradores de un metro cuadro.
Para el Ministerio Público, Jorge Castillo, “El Rey de la Salada”, encabezaba una de las tres asociaciones ilícitas que se valían del uso de la fuerza para extorsionar a los puesteros. Aquellos que no pagaban o intentaban instalarse sin el permiso de la organización eran sometidos a palizas por parte de patotas formadas por barrabravas y policías que respondían al grupo delictivo.
Según la acusación presentada por el fiscal general adjunto de Lomas de Zamora, Sebastián Scalera, los condenados aplicaron la intimidación pública para aterrorizar a los vendedores, y a los que no les pagaban, les destruían sus mercaderías. Por eso, habían sido imputados por daño calificado, encubrimiento agravado, estafa en grado de tentativa y tenencia de armas de guerra.
Además, a los puesteros, remiseros o vendedores que no pagaban o que robaban dentro de la feria La Salada los golpeaban y los encerraban dentro de habitaciones en el predio, privados de su libertad.
Toda esta actividad ilegal fue realizada con la complicidad de un grupo de policías bonaerenses que permitieron, a través del cobro de coimas, la actividad de un verdadero “ejército privado” en la feria y en las calles adyacentes, bandas que aplicaban su propia ley y fijaban las reglas.
Las penas más graves recayeron sobre los supuestos organizadores de las tres asociaciones ilícitas que se dividían el área adyacente al predio para la recaudación ilegal. Esas tres bandas eran “Los de River”, que respondían a Adrián Castillo; “Los Chaqueños”, comandados por Jorge Castillo, y “Los Cucos”, cuyo jefe era Leonardo Gaitán.
“Todos los testigos han afirmado que la explotación y la cobranza ilegal de los alquileres de los puestos, entre otras cosas, pertenecía a Jorge Castillo -como se ha dicho, ajeno a este decisorio- y Marisa Cordero era la jefa de los empleados, que respondía directamente al citado Castillo, quien ejercía la administración del predio Punta Mogote SCA y poseía puestos o locales tanto dentro como por fuera del predio, que eran cobrados por un grupo de mujeres conducido por la mencionada Marisabel Cordero, alias Marisa”, expresaron los magistrados en el veredicto condenatorio de 472 páginas.
Marisabel Cordero fue condenada a cinco años; Rodolfo y Analía Gladys Almirón, a 8 y 7 años, respectivamente, y Elcira y Oscar Arrieta, a cinco y tres años de cárcel. Ellos se desempeñaban como laderos de Adrián Castillo y del Rey de la Salada.
La figura de Analía Almirón se hizo conocida cuando se viralizó un video en el que aparecía castigando a una “mechera” que había sido sorprendida cuando les robaba a algunos de los miles de visitantes del predio.
Además de someterla a un castigo físico, Almirón encerró a la ladrona en una habitación, en lugar de entregarla a la policía.
En tanto, Leonardo Gaitán -alias Cuco-, Lucas Fernando Malaquías Farías, Gustavo Moia y Rodolfo Solís fueron condenados a cinco años de cárcel. Según la investigación realizada por el fiscal Scalera, ellos cuatro comandaban los distintos “grupos de choque” de las tres organizaciones que se dividían el territorio para cobrar los alquileres de los puesteros.
Entre los condenados figuran tres policías bonaerenses, además de Manuel, hermano de Jorge Castillo, quienes recibieron una pena de tres años de prisión.
La megacausa de La Salada tuvo 48 imputados. El Rey de la Salada enfrentará un juicio. Y los otros nueve acusados que no figuran entre los condenados se sometieron al instituto de la suspensión de juicio a prueba, conocida como probation. Entre este último grupo figura Enrique “Quique” Antequera, líder de la feria Urkupiña, que también funcionaba en el predio de La Salada.
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