La muerte de Lucas González: qué se sabe del caso, el audio de la policía y cuáles son las principales hipótesis
El adolescente de 17 años murió ayer tras ser baleado en la cabeza por oficiales de la Policía de la Ciudad durante una persecución; la Justicia investiga un posible caso de “gatillo fácil”
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La muerte de Lucas González, el futbolista de 17 años baleado el miércoles en la cabeza por policías de la ciudad de Buenos Aires durante una persecución, sacudió a la sociedad y puso en tela de juicio el accionar de las fuerzas de seguridad a nivel local y nacional. Mientras la investigación del hecho se desarrolla, son distintas las hipótesis que surgen respecto de lo ocurrido. Entre ellas, la denuncia de “gatillo fácil” sostenida por la familia y los amigos del joven.
Producto de la gravedad del hecho, las autoridades porteñas confirmaron ayer que los tres policías involucrados, identificados como el inspector Gabriel Isassi, oficial mayor Fabián López y oficial José Nievas, fueron apartados preventivamente de sus tareas. En tanto, el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, solicitó hoy por nota oficial al juez de Menores 4 Alejandro Cilleruelo que adopte “medidas urgentes respecto de la situación procesal” de los agentes.
La muerte de Lucas González: todo lo que se conoce del caso
- Jóvenes liberados y policías investigados. Luego de ser inicialmente detenidos, los tres jóvenes que viajaban con Lucas en el auto fueron liberados ayer del instituto de menores Inchausti. Uno de ellos, en diálogo con Telefe, habló sobre lo ocurrido: “Salimos de entrenar, compramos un jugo en un kiosco, avanzamos dos cuadras y vimos que bajan [los policías vestidos de civil] de un auto con armas. Pensé que me robaban todo porque parecían chorros, bajaron con el arma en mano como para robar directamente”. Ante esta situación, contó que escaparon y fue entonces cuando escucharon “cinco disparos”, dos de los cuales alcanzaron al futbolista de 17 años, que iba en el asiento del acompañante. En relación con los policías de la Ciudad, se informó que todos fueron identificados y pasaron a disponibilidad preventiva por las autoridades del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño. Ayer por la tarde, el jefe de la fuerza, Gabriel Berard, admitió que “hubo una mala actuación policial” en el caso. Y su jefe político, el ministro Marcelo D’Alessandro, advirtió: “Seremos inflexibles con aquellos policías que no cumplen con la ley”.
- La muerte de Lucas. Una vez en el Hospital El Cruce, el futbolista fue diagnosticado con muerte cerebral, por lo que fue conectado a un “soporte artificial de funciones vitales” y permaneció “ventilado mecánicamente con apoyo hemodinámico y medidas de soporte vital”. En declaraciones radiales, su madre dijo ayer por mañana: “Lucas está mal. El daño es irreversible. Los médicos ya no pueden hacer más nada y está en manos de Dios. Lo único que me lo puede salvar es un milagro”. También describió a su hijo como “una criatura que todos los días se levantaba temprano para ir a entrenar, volvía a la casa y dormía una siesta para ir por la tarde a la escuela”. El joven murió minutos después de las 17 tras permanecer poco más de un día internado.
- Una réplica en el asiento trasero. Durante las pericias realizadas por la Policía Científica de la PFA se secuestró una réplica de plástico de un revólver en el asiento izquierdo trasero de la Volkswagen Suran, donde viajaban Lucas y sus amigos. El hallazgo echó por tierra tanto la sospecha de que los jóvenes portaban armas de fuego como la primera versión de los hechos que hablaba de “tiroteo”. Al respecto, Cintia López, la madre del futbolista baleado, afirmó que el revólver fue “plantado” para simular un enfrentamiento. Asimismo, uno de los amigos del adolescente expresó: “Ponen pruebas que no son para inculpar a mis compañeros, que no hicieron nada. Salían de entrenar, contentos”.
- El origen de la persecución. Sobre este punto hay dos versiones cruzadas. Por un lado, LA NACION accedió al llamado que uno de los efectivos involucrados hizo a un superior, donde afirmó que el Volkswagen Suran “estaba realizando maniobras evasivas”, por lo que se le indicó que detuviera la marcha. Sin embargo, planteó que “el acompañante esgrimió un arma de fuego, colisionó al chofer y al suscripto” y fue entonces cuando comenzó el procedimiento. Sin embargo, los familiares de los cuatro jóvenes rechazaron la versión policial de los hechos. Explicaron que los chicos acaban de salir de un entrenamiento en Barracas Central cuando un auto de color champagne, sin patente y con hombres vestidos de civil, se les cruzó. Entonces, los adolescentes pensaron que eran asaltantes y, asustados, aceleraron para escapar.
- Disparos y detenciones. Se sabe que en principio participaron de la misma un Volkswagen Suran azul en el que viajaban Lucas y sus tres amigos y un Nissan Tiida color champagne en el que se trasladaban tres policías de la Ciudad vestidos de civil. En pleno operativo, desde este último vehículo se realizaron varios disparos, dos de los cuales le dieron en la cabeza al futbolista del club Barracas Central. A continuación, el auto en el que viajaban los adolescentes fue detenido en las cercanías de Alvarado y Perdriel, donde se aprehendió a dos de sus ocupantes, mientras que un tercero huyó y se presentó más tarde en la comisaría. Lucas, en tanto, fue trasladado en grave estado al Hospital El Cruce, de Florencio Varela.
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