La muerte de Maradona. “Estaba lúcido y no tenía nada”, declaró el neurólogo que lo revisó
El doctor Jorge Macia dijo que cuando auscultó al Diez, al día siguiente de su operación y 13 antes de su fallecimiento, estaba “orientado en tiempo y espacio” y con buena movilidad de miembros; admitió que, pese a que le habían dicho que lo vería regularmente, no volvió porque “nunca más lo llamaron”
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El neurólogo que visitó a Diego Armando Maradona en la única revisión médica que se realizó en la casa de Tigre donde estuvo en convalecencia dos semanas, desde su operación por un hematoma subdural hasta su muerte, el 25 de noviembre pasado, declaró que lo encontró “lúcido” y “orientado en tiempo y espacio”, y aclaró que si bien le habían dicho que lo iba a evaluar con regularidad, lo vio esa sola vez y nunca más lo llamaron.
Se trata de Jorge Eduardo Macia, contratado por Medidom -la empresa en la que la prepaga Swiss Medical tercerizó la atención domiciliaria del Diez- para hacer a domicilio una evaluación neurológica del paciente.
Macia contó ante los fiscales de San Isidro que él concurrió a la casa del barrio San Andrés de Tigre el 12 de noviembre pasado, es decir, al día siguiente de que Maradona fuera externado de la Clínica Olivos donde había sido sometido a una neurocirugía, y que allí fue junto al médico clínico Pedro Di Spagna, quien aún no fue llamado a declarar ni como imputado ni como testigo en la causa.
“Evalué a Diego Maradona. Estaba lúcido, lo que significa que estaba ubicado en tiempo, en persona y en espacio. No encontré, en el examen, déficit motor, eso, aclaro que es el equivalente a que no le faltaba fuerza en ningún miembro, ni brazo, ni pierna. Tampoco le encontré déficit sensitivo y ni signos extrapiramidales, que son los signos que presenta la enfermedad de Parkinson”, dijo Macia en su declaración, a la que accedió la agencia de noticias Télam.
Contó que el paciente estaba en una habitación donde había “una cama de dos plazas, un sillón cómodo donde se encontraba Maradona sentado, tenía una cómoda a la derecha y enfrente de él un televisor muy grande en el que miraba fútbol”.
Explicó que él habló con un “sobrino” de Diego –Jonathan Espósito-, y que además habían “alguien de enfermería”, y que toda la evaluación que hicieron con Di Spagna “duró entre media hora y una hora” y que en esa ocasión no vieron “ninguna enfermedad aguda que lo pudiera complicar”.
El neurólogo relató que antes de ir en aquella ocasión habló con una de las ahora imputadas de la causa, la médica Nancy Forlini, coordinadora de la internación de Maradona para Swiss Medical, y que ella le dijo que “necesitaba una evaluación”, pese a que el paciente “tenía médico tratante”, y que “no decidiera tratamientos” porque de eso estaban a cargo los médicos particulares.
Explicó que luego de la evaluación se comunicó con Forlini para reportarle cómo lo había visto y que ella le pidió un informe, que él le envió unos días más tarde.
“La idea es que si yo iba y encontraba algo en lo que no coincidía yo, eso se lo tenía que manifestar en el informe para que ellos tomaran la decisión. Yo a Diego Armando Maradona no le encontré nada”, reiteró.
En otro tramo de su declaración, Macia recordó: “Lo que me dijeron desde Swiss Medical fue que lo iba a evaluar regularmente y nunca más me llamaron. Fui solo esa vez”.
Esa visita del clínico Di Spagna y del neurólogo Macia, fue la única evaluación médica realizada por parte de profesionales enviados por Swiss Medical y Medidom en la casa del barrio San Andrés, de Tigre, ya que en otras oportunidades que quisieron ir a evaluarlo no se pudo por pedido del entorno de Maradona, que pidió que “no se lo invadiera”.
Cuando los fiscales preguntaron cómo fue la evaluación, Macia detalló: “En cuanto a la ubicación, se le pregunta al paciente quién es, dónde está y cuál es la fecha, y Maradona me contestó correctamente”. También agregó que no tenía déficit motor “en ningún lado”, así como tampoco en las “vías sensitivas”.
Cuando le preguntaron si había evaluado a Maradona según los parámetros de la llamada “escala de Glasgow”, dijo que no, que eso se utiliza en otras circunstancias, pero aclaró: “Yo encontré un paciente lucido con un Glasgow 15/15”, lo que significa que “está lucido, despierto, que moviliza los miembros, que respira espontáneamente”.
Otras dos declaraciones testimoniales a las que accedió Télam son las de Enrique Esteban Barrio y Germán Dornelli, jefe y empleado, respectivamente, del área administrativa de Swiss Medical a cargo de la operativa y la logística de cuidados domiciliarios para los afiliados; ellos fueron citados como testigos porque ellos figuran en los mails donde se ordenó el servicio para Maradona.
Los fiscales les exhibieron uno de esos correos electrónicos, donde se autorizó para Maradona un servicio que consistía en “enfermería 24 horas, preferentemente hombres, con dos personas en cada guardia, médico diario y seguimiento neurológico cada 15 días”.
Barrio aclaró frente a los fiscales que “esa orden se cambió y el médico fue solicitado de manera semanal a pedido de la gerencia médica por un acuerdo que se había hecho con la familia”.
El mismo testigo le aclaró a los fiscales que el servicio en la casa de Maradona no fue un internación sino “cuidados domiciliarios”.
“Nosotros no brindamos internación domiciliaria, brindar eso sería un servicio idéntico al de un sanatorio y eso no es posible. En los cuidados domiciliarios se pueden brindar algunos equipos ortopédicos, de oxígeno, que no sean de alta complejidad, equipos de enfermería para lo que es aplicación y control de medicación, pero no se puede armar una terapia intensiva en un domicilio”, agregó.
La ronda de testigos continuaba estos días en la Fiscalía General de San Isidro, por donde restaban declarar el médico Fernando Villarejo, jefe de la Unidad de Terapia Intensiva de la Clínica Olivos; Pablo Dimitroff, director médico de la mencionada clínica; la psiquiatra de Swiss Medical Marcela Waisman; Rocío Oliva, la última pareja que tuvo el Diez; y el abogado Víctor Stinfale.
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