La muerte de Maradona: el “descontrol” en los meses previos a la operación y a sus días finales en Tigre
Guardiacárceles que se turnaban en la custodia del astro declararon ante la Justicia que en el country de Brandsen donde el Diez vivió antes de su operación había bebidas alcohólicas a su disposición; los fiscales creen que el exfutbolista también tenía acceso a marihuana y psicofármacos
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Cuatro agentes penitenciarios que trabajaron como custodios de Diego Maradona aseguraron a la Justicia que en la casa de un country de Brandsen en la que el Diez vivió los cuatro meses previos a su operación y posterior muerte había bebidas alcohólicas.
Fuentes judiciales informaron que Julio César Coria, Horacio David Ledesma, Aníbal Domínguez y Julio Soria son los cuatro empleados de seguridad que se alternaban para custodiar las 24 horas al DT de Gimnasia y que entre el jueves y viernes de la semana pasada fueron citados a declarar como testigos.
Esas fuentes dijeron que los cuatro son agentes en actividad del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Según explicaron en sus testimoniales, habían sido contratados como custodios personales de Maradona por un excolega que ahora es el jefe de seguridad de la empresa “Speed”, la bebida energizante cuyo dueño es el abogado Víctor Stinfale, que representó a Diego antes que Matías Morla.
Solo Coria ya había declarado en el expediente el 25 de noviembre del año pasado, día de la muerte de Maradona, porque fue el custodio que estaba presente e incluso participó del intento de reanimación infructuoso.
Los voceros explicaron que en esta ocasión los fiscales indagaron en torno a la salud, los cuidados y el “día a día” en los meses previos a la muerte de Diego.
“Los cuatro reconocieron que hubo alcohol cuando Maradona vivió en el barrio Campos de Roca I, en Brandsen. Específicamente hablaron de cerveza y vino”, contó a la agencia de noticias Télam una fuente judicial.
Explicaron que todos reportaban al asistente personal de Maradona, Maximiliano Pomargo, y a su cuñado, Matías Morla.
Los custodios ratificaron lo que el equipo de investigadores de la Fiscalía General de San Isidro ya había acreditado con otros testigos e incluso con mensajes de teléfonos ya analizados: que en Campos de Roca, donde Maradona vivió entre el julio y principios de noviembre de 2020, el astro no solo tuvo acceso a alcohol, sino a marihuana y a psicofármacos.
Uno de los custodios, Domínguez, accedió a entregarles a los fiscales su teléfono celular para que puedan acceder al servicio de mensajería asociado a su línea.
Otro testigo que declaró a fines de la semana pasada fue Diego Eyharchet, el traumatólogo que en julio de 2019 operó de la rodilla derecha a Maradona. Les contó a los fiscales que él creía que el DT de Gimnasia necesitaba seguimiento neurológico.
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