La muerte Maradona: Matías Morla cuestionó a Giannina y dijo que subestimaron la salud de Diego
El último representante del astro mundial de fútbol declaró como testigo en la causa donde se investigan las circunstancias que rodearon el fallecimiento del por entonces director técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata; denuncia y duras críticas para la pareja de Verónica Ojeda, Mario Baudry
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En su declaración como testigo en la causa donde se investigan las circunstancias que rodearon la muerte de Diego Armando Maradona, el abogado Matías Morla, último representante del astro mundial del fútbol, sostuvo que la decisión de la familia de llevarlo a una casa de un barrio privado de Tigre después de haber sido operado por un hematoma subdural en la cabeza fue una locura. Además, cuestionó a Giannina, una de las hijas del Diez, a la que atribuyó no haber contratado un médico clínico para su padre, y dijo que “claramente” la salud del máximo astro de la historia del fútbol mundial “fue subestimada”.
El punto culminante de la audiencia fue un duro cruce entre Morla y el abogado Mario Baudry, que en el expediente representa a Diego Fernando Maradona, el hijo que tuvieron el Diez y Verónica Ojeda, pareja del letrado querellante.
Cuando Baudry le preguntó a Morla por qué no había desvinculado del denominado entorno a Carlos Ibáñez, conocido como Charly y señalado como quien le proveía a Maradona alcohol y marihuana, el testigo contraatacó: “El tema es así: Charly Ibañez, pariente de Rocío Oliva [exnovia de Diego], tenía una orden de detención. Usted era, en ese momento, jefe de Gabinete del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, hasta que lo echaron por corrupción. Por hacer negocios con la policía juntando sobres. No sé si usted sabe, pero como funcionario público, teniendo conocimiento de la situación de Ibáñez, tenía la obligación de actuar, y por eso deberá responder. Esto fue antes de que Berni, quien sí es un hombre honesto, lo haya echado por corrupto, y usted sabía esto [la presencia de Charly Ibáñez en el entorno del Diez], porque su pareja [Ojeda] se lo habría afirmado. Pero usted es tan tontorrón [sic] que no se da cuenta de que estaba cometiendo un delito, y lo cuenta como algo gracioso en los medios de comunicación. Solicito por esto que se forme causa por el delito de incumplimiento de deberes de funcionario público respecto de Baudry, quien, siendo funcionario, y estando en conocimiento de la situación de Ibáñez, no hizo nada”.
Fuentes judiciales explicaron que la denuncia de Morla sobre el supuesto incumplimiento de los deberes de funcionario público por parte de Baudry deberá investigarse en el Departamento Judicial de La Plata, porque los hechos a los que se refería el manager de Maradona, de ser ciertos, habrían sucedido cuando el por entonces DT de Gimnasia y Esgrima vivía en un country de Brandsen.
La declaración testimonial de Morla había sido solicitada por los abogados Federico Guntín y Marcelo Sverdlik Warschavsk, que representan a Dalma y Giannina Maradona, las dos hijas mayores del exacapitán del seleccionado argentino.
Maradona murió el 25 de noviembre pasado en una casa que le habían alquilado en el barrio privado San Andrés, de Tigre. Para determinar si hubo un delito en las circunstancias que rodearon su fallecimiento, el fiscal general de San Isidro, John Broyad, coordina un equipo especial integrado por sus dos adjuntos, Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, y la fiscal de Benavídez, Laura Capra.
“No estuve de acuerdo en llevarlo a la casa [del barrio privado San Andrés, donde Maradona falleció]. Le digo lo que me dijeron: que le empezaron a mostrar casas y que la eligieron Diego y Giannina, creo. No estoy seguro si Giannina, pero Diego seguro. Yo lo que hice fue sacar plata para pagar. Con esa plata había que habre puesto tres médicos y él estaría vivo. Pero bueno, recordemos que Giannina se había comprometido a traer un médico y que todavía lo estamos esperando”, sostuvo el testigo bajo juramento de decir la verdad en una de sus primeras afirmaciones.
La declaración de Morla se hizo en la Fiscalía General de San Isidro, situada en Acasusso 476. Allí solo estuvieron el testigo y los representantes del Ministerio Público. Los abogados de cada una de las partes siguieron la audiencia de forma virtual.
El expediente tiene siete imputados por homicidio simple con dolo eventual: el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, los enfermeros Dahiana Gisela Madrid y Ricardo Omar Almirón; la médica que coordinaba la internación domiciliaria por Swiss Medical, Nancy Forlini y el coordinador de los enfermeros, Mariano Perroni.
La declaración testimonial de Morla, de 42 años, comenzó en torno a su conocimiento de los imputados. Dijo conocer solo a Luque y a Cosachov, y afirmó ser amigo de Díaz. Después relató cómo empezó su relación laboral con Maradona, a la que definió como un “noviazgo”.
“Teníamos una relación como de noviazgo. No hacía falta un motivo o una cuestión [para que Diego lo llamara], podía ser por cualquier tema. Me podía llamar a cualquier hora, hasta a las tres de la mañana. Era Maradona, se merecía ser Maradona, y yo le daba el respeto que merecía. Decía ‘ya’ y era ya”, recordó el abogado.
Los representantes del Ministerio Público Fiscal le pidieron a Morla que hiciera un relato sobre el último período de vida de Maradona. Sostuvo: “La historia siempre se repitió en todos los lugares en donde Diego estuvo. Fueron siempre períodos cortos. En el exterior, Diego trabajaba, tenía compromisos y estaba más dedicado al trabajo, de una manera más contundente y seria. Cuando venía era por los problemas que tenía acá, por conflictos con las hijas. Cuando estaba con Rocío bien, no tenía problemas, pero cuando se separó, eso se sumó al conflicto con las hijas y la cuarentena. El peor período fue el último: con la separación de Rocío, la falta de fútbol, la pandemia y el fallecimiento del marido de la hermana. Todo esto lo afectó a Diego psicológicamente. Estuvo muy mal en septiembre y octubre. Allí los cambios ya eran ostensibles”.
Maradona vivió dos semanas en una casa alquilada en el barrio San Andrés, en la zona conocida como Villanueva. El 11 de noviembre pasado había dejado la clínica Olivos, donde fue intervenido de un hematoma subdural en su cabeza. La operación fue el martes 3 de ese mes. Diego murió el 25 de noviembre.
En el documento donde se firmó la externación del Diez se dejó constancia de que no tenía el alta médica y que Swiss Medical había propuesto continuar con un tratamiento psiquiátrico, clínico y de rehabilitación y toxicológico bajo la modalidad de internación en un centro de rehabilitación, a lo que la familia no prestó conformidad.
En uno de los párrafos del citado documento, se definió a Luque y a la psiquiatra Agustina Cosachov como el “equipo médico tratante” y se sostuvo que los profesionales “prescribieron, y la familia aceptó, el seguimiento y atención médica domiciliaria del paciente”, y solicitaron a Swiss Medical “asistencia con cuidados domiciliarios de enfermería y acompañamiento terapéutico”.
Hoy, los fiscales le preguntaron a Morla si él tuvo alguna incidencia en la decisión de llevarlo a Tigre. “No era función mía. Soy abogado, no médico. Me llamó el director de la clínica [Olivos], me dijo que había hablado con las hijas, y que ellas le dijeron que yo era un problema, que iba a obstaculizar la decisión el egreso. Pero le dije que no era el Conde Drácula. Lo mejor para Diego, dije, era lo que dijeran los médicos. Tenían miedo de que Morla presentara algo para que no lo sacaran de la clínica. El mismo médico se juntó y les dijo que yo no tenía problema en hacer lo que decidieran, que yo iba a estar de acuerdo”.
Los investigadores le preguntaron también por las condiciones de la casa donde vivió Maradona dos semanas. El testigo respondió: “En Dubai [donde trabajó como DT] Diego estaba en una mansión, con tres autos de alta gama y tres personas que vivían con él para atenderlo. Tenía trato de presidente. Ese claramente no era el trato que tenía ahí, en Tigre. Los motivos tenían que ver con su estado de salud. Diego en esa casa no se hubiera quedado ni diez segundos. No por la casa en sí, sino por la calidad de vida que llevaba. No estaban tampoco los instrumentos que usaba. Él siempre tenía una TV grande, sillón y un sector de habanos. Ahí no pudo haber vivido nunca Maradona. Pero estaba pasando un posoperatorio, si no, no se hubiera quedado. De hecho, no era ni una habitación en donde dormía”.
Los fiscales también lo consultaron sobre si había tenido contacto con los médicos que atendían a Maradona. Y, entonces Morla, recordó: “Yo tenía problemas con la familia, entonces dije que del médico se encargasen ellos. Recibía una cantidad de llamadas de Luque y de otras personas que me hacían consultas, y yo siempre dije que se manejaran con Díaz. Alguna llamada aislada a Luque le hice. El día que lo vi mal, el 16 de noviembre [nueve días antes de la muerte], llamé a todos. Salí horrorizado. No recuerdo qué me contestó Luque, pero le dije lo de la voz. A todos los que vi se los dije. A todo el mundo. Después de analizar la situación y ver como estaba Diego, y lo que pasó después, claramente su salud fue subestimada”.
Cuando hizo referencia a la voz de Maradona, el abogado recordó su visita a la casa de Tigre del 16 de noviembre pasado, la última vez que se vieron: “No era la voz de él. Pensé al principio que me estaba cargando. Era una voz de pito con algo más; tampoco robótica, era como una mezcla entre de pito, robótica y con cortes. Estaba consciente. Entonces le dije, después te vengo a ver, le di un saludo, y él me agarro, me tiró hacia él y me dijo ‘te amo’. Esa fue la última vez que lo vi”.
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