La Matanza. Seguirán presos los once policías acusados de matar a un repartidor de gaseosas en un operativo antidrogas
Todos dijeron que eran inocentes y tres de ellos solicitaron una reconstrucción del hecho; la autopsia determinó que a la víctima le dispararon por la espalda; hace tres meses cerca de allí, habían matado a otro integrante de la UTOI
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Los once efectivos acusados de ser los coautores del asesinato del vecino Esteban Bellido, de 39 años, en el barrio Vernaza, de Virrey del Pino, seguirán presos, acusados de homicidio doblemente agravado. La medida fue dispuesta por el fiscal de La Matanza Gastón Duplaá, luego de tomarles declaración indagatoria.
Según fuentes judiciales, tres de los once uniformados aportaron algunos detalles sobre cómo llegaron al lugar donde ocurrió el sangriento episodio. Afirmaron que no tenían como objetivo irrumpir en un búnker de venta de droga y sostuvieron que cumplían una orden de servicio que consistía en patrullar la zona. Todos dijeron ser inocentes con respecto al crimen.
En julio pasado, en un descampado de Rafael Castillo, fue asesinado el policía Benjamín Zuccarelli. El homicidio del integrante de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) ocurrió en un contexto similar al que, anteayer, terminó con el asesinato de Bellido.
En ambos casos, grupos de la UTOI fueron asignados a patrullar zonas semirrurales en las que se habrían instalado puestos de venta de droga. Hace tres meses, los compañeros dejaron solo a Zuccarelli que resultó víctima de una emboscada y lo mataron. La novia de Zuccarelli, también policía, a través de redes sociales, expresó su sorpresa ante el hecho de que Benjamín fuera el único policía herido y se preguntaba cómo fue posible que fue el único que resultó baleado.
Anteayer, para evitar una situación similar, los once efectivos concurrieron a la zona que debían patrullar, según consta en la orden de servicio, sin separarse, distribuidos en tres móviles. Andrea, una vecina de Bellido, afirmó que los efectivos abrieron fuego sin que hubiera una agresión previa. Además, la víctima no estaba armada.
Búnkeres incendiados
El hecho de brutalidad policial se registró a tres cuadras del descampado donde funcionaban dos puestos de venta de droga. Esas construcciones de madera, lona y bolsas, fueron incendiadas por los vecinos en medio de una protesta en la que exigieron presencia policial en el barrio para frenar la ola de delitos y expulsar a los narcos. Además, los habitantes de barrio exigieron que el asesinato de Bellido no quede impune.
Los dealers que vendían droga en esas construcciones precarias habían abandonado la zona poco después del homicidio. Tan rápido huyeron que dejaron decenas de dosis de cocaína en el piso.
Los tres policías que aceptaron declarar, manifestaron que dispararon por hubo una agresión previa y que nunca tiraron a matar. “Los disparos fueron dirigidos al piso. En todo caso, se tratará de un homicidio culposo”, indicó uno de los letrados que defiende a los uniformados.
En sus declaraciones, los policías afirmaron que la escena del crimen fue modificada por la gente que rodeó el lugar cuando encontraron el cuerpo de Bellido y que alguna de esas personas se habría llevado un arma. Para demostrar esa afirmación, los tres uniformados solicitaron la realización de una reconstrucción del hecho.
Los otros policías solamente se identificaron ante el fiscal y dijeron que eran inocentes, sin aportar mayores detalles y sin responder preguntas. Ante supuesta la existencia de un pacto de silencio, donde ninguno de ellos identificó al autor del disparo que mató por la espalda a Bellido, el fiscal mantuvo la imputación contra todos como presuntos coautores del homicidio y solicitó que sigan detenidos.
Según consta en el informe de la autopsia, Bellido, que trabajaba en una distribuidora de gaseosas y era padre de tres hijos, murió a causa de una “hemorragia aguda secundaria provocada por las lesiones causadas por el paso del proyectil”. Una calificada fuente de la investigación agregó que a Bellido le dispararon por la espalda y que el proyectil no había sido encontrado.
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