Robo al panadero. Atraparon al ladrón que había sido herido en una pierna
El cuerpo del joven ladrón muerto a balazos por el panadero que se defendió de un intento de robo en La Matanza presentaba siete impactos de bala. Los disparos fueron efectuados con una pistola 9 milímetros que no fue hallada en la escena de los hechos. Los investigadores del caso intentan determinar si el arma homicida se la llevó uno de los delincuentes que logró escaparse antes de que llegara la policía.
Y uno de esos sospechosos fue detenido en las últimas horas por agentes de la policía bonaerense, según confirmaron a LA NACIÓN fuentes judiciales. Se trata de un joven mayor de edad, que sería el delincuente que había logrado fugarse, herido en una pierna, del lugar del hecho. Con esa captura, ya son tres los sospechosos que fueron atrapados y solo quedaría un prófugo.
Así lo informaron a LA NACION fuentes con acceso al expediente, donde figuran declaraciones testimoniales que robustecen la hipótesis de que uno de los ladrones se llevó la pistola nueve milímetros.
Además, el fiscal Emilio Spatafora, integrante Fuero Penal de Responsabilidad Juvenil de La Matanza, analiza las imágenes grabadas por cámaras de seguridad privadas para intentar determinar qué pasó con el arma homicida.
"Del cuerpo del ladrón muerto se pudieron extraer cuatro proyectiles, que serán cotejados con una pistola 9 milímetros si se logra secuestrar, en el marco de la causa, un arma de ese calibre", explicaron fuentes judiciales.
"En una de las filmaciones se observó que uno de los ladrones que logró escaparse de la escena de los hechos, antes de subirse al vehículo, agarró algo del suelo. Podría tratarse del arma homicida. A esta situación se suman declaraciones testimoniales donde se sostuvo que después de disparar, el panadero Gerardo Caivano, revoleó la pistola que le había arrebatado a uno de los ladrones y le pegó en la cabeza a uno de ellos", explicaron las fuentes consultadas.
El hecho ocurrió el sábado pasado en Rafael Castillo, en La Matanza, en horas de la tarde cuando Caivano, de 36 años, terminaba de lavar la camioneta Volkswagen (VW) Amarok de su padre y fue sorprendido por cuatro delincuentes armados que se bajaron de un Chevrolet color bordó.
El panadero, padre de tres hijos, comenzó a forcejear con uno de los delincuentes, a quien le habría alcanzado a sacar el arma, con la que disparó y mató a uno de los sospechosos, de 17 años.
"Otro delincuente fue alcanzado por un proyectil en una pierna. En la imágenes de la huida se lo puede ver rengueando. Pero no solo disparó el panadero. En las pared un comercio hay marcas de disparos que habrían llegado a hacer los ladrones", dijo una fuente del caso.
Uno de los cómplices del ladrón muerto fue reducido y golpeado por los vecinos de Caivano. El sospechoso apresado y que ayer se negó a declarar también tiene 17 años.
En cambio, los ladrones que lograron escapar, ya habrían cumplido 18 años, dijeron a LA NACION fuentes judiciales. En la camioneta del panadero fue hallado un revólver calibre 38 con la numeración suprimida, que habría sido abandonado por uno de los delincuentes, y habría sido usada durante el enfrentamiento entre el panadero y los delincuentes.
En las últimas horas, según informaron los voceros consultados, fue detenido un joven de 24 años que habría sido el conductor del automóvil en el que se movilizaban los ladrones.
El sospechoso, conocido por el apodo de Patacón, será indagado mañana por el fiscal Spatafora.
"No soy un asesino. Pido disculpas a la familia [del delincuente]. Tengo miedo, estoy laburando encerrado. Mi hijo está mal, mi hija mayor me ve y llora, lloramos todos, es una situación de mierda", dijo el comerciante ayer en la puerta de la panadería que hace 45 años fundó su padre.
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