Fabián Tablado, el femicida de las 113 puñaladas, quedó libre: “Volvemos a tener a un asesino en la calle”, dijo el papá de Carolina Aló
Pasado el mediodía, el homicida salió de la cárcel luego de cumplir, durante el último año, la condena que le impusieron por haber violado dos restricciones perimetrales de acercamiento
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El 28 de febrero de 2020, el femicida Fabián Tablado quedaba la libertad tras permanecer casi 24 años preso por el homicidio de su novia Carolina Aló. Unas 113 puñaladas le asestó a la joven. Pero a fines de ese año volvió a la cárcel por violar dos perimetrales: estuvo cerca del padre de la víctima y de sus propias hijas. Este mediodía, el hombre otra vez salió de la cárcel. “Volvemos a tener a un asesino en la calle”, dice Edgardo Aló.
Con la tranquilidad de quien hizo todo lo posible para obtener justicia por el brutal crimen de su hija, Aló está atento a lo que ocurrirá una vez que Tablado regrese a la calle. “No le tengo miedo porque es un cobarde que les pegó a mujeres. Nunca se enfrentó con un hombre. Pero lo cierto es que es un peligro para la sociedad”, reflexiona el hombre, en diálogo con LA NACION.
El reincidente salió en libertad pasadas las 12 de su actual lugar de detención, la Unidad 46 de José León Suárez, una de las que integran el Complejo Penitenciario San Martín que el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) tiene montado al costado del Camino del Buen Ayre. En la puerta de acceso al penal lo esperaba su madre. A diferencia del año pasado, esta vez Tablado no habló a los medios e, incluso, hubo varios tironeos con los periodistas.
Al menos por los próximos cuatro meses, la jueza Silvia Sendra le impuso a Tablado, nuevamente, una restricción de 500 metros que le impedirá acercarse tanto al domicilio de Aló, en San Fernando, como al lugar de trabajo del padre de Carolina en la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) de Tigre.
Para cumplir con esa prohibición, la titular del Juzgado de Familia N°5 de San Isidro ordenó a la Municipalidad de Tigre que arbitre los medios necesarios para otorgar e instalar “dispositivos duales” de monitoreo. Tablado tendrá una tobillera, mientras que Aló tendrá instalada en su celular una aplicación que le avisará en caso de que el femicida de su hija se acerque a menos de 500 metros suyo.
“Que haya cumplido la condena no significa que haya cambiado como persona. Es un problema, no solo para nosotros, porque la guerra ya la perdimos, sino para la sociedad. La gente podría estar caminando al lado de alguien que puede tener un cuchillo en la mano”, resalta Aló.
Aló, víctima de la violencia
El 27 de mayo de 1996, en un hecho que generó conmoción en la sociedad, Tablado asesinó de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló en la casa de la familia de él, en Tigre. El hombre persiguió a la joven por varios ambientes de la casa -escaleras, cocina y garaje. Utilizó cuatro armas blancas para matarla: una cuchilla de cocina, dos cuchillos de mesa Tramontina y un formón de carpintería.
El juicio por el crimen se realizó en 1998 y, como en aquella época no existía la figura del femicidio -que tiene como pena la reclusión perpetua-, para intentar lograr una condena de 35 años tanto la fiscalía como la querella acusaron a Tablado por la figura del homicidio agravado por alevosía. Sin embargo, la Sala III de la Cámara Penal de San Isidro condenó a Tablado a 24 años por homicidio simple.
Si bien tiempo después el homicida logró que le bajaran la pena a 21 años, la mujer con quien se había casado dentro de la cárcel lo denunció por amenazas de muerte y, en un juicio abreviado, le añadieron dos años y medio más de prisión por este nuevo hecho de violencia.
Desde que mató a su novia hasta el 28 de febrero de 2020, cuando se dio por concluida la condena y salió del penal de Campana, estuvo 23 años, nueve meses y un día preso. Más allá de alguna salida transitoria que en alguna oportunidad tuvo, pero le fue revocada, Tablado pasó más de la mitad de su vida encarcelado por las tres condenas que tuvo a lo largo de sus actuales 45 años.
El último fallo del año pasado lo condenó por dos hechos de “desobediencia” por no respetar las prohibiciones de acercamiento que tenía con sus hijas y con Aló y volvió a ser detenido el 16 de diciembre de 2020. Fue el propio padre de Carolina el que lo denunció entonces al enterarse de que el 19 de octubre Tablado pasó caminando junto a sus hijas mellizas -sobre quienes también tenía una perimetral-, a 150 metros del lugar de trabajo de Aló, lo que luego fue confirmado por los videos de las cámaras de seguridad.
El padre de Carolina no oculta su indignación: “La Justicia que tenemos se compra y se vende. Eran dos denuncias por distintas violaciones perimetrales y resulta que las unificaron en una causa”. “La pena de muerte existe en la Argentina: la utilizan los asesinos”, reflexiona Aló.
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