Inseguridad. Nueve de cada diez se consideran probables víctimas de un delito
La inseguridad está en el podio de las preocupaciones de los argentinos en el año de la pandemia. Pero detrás de esa postura que parece monolítica, la "grieta" atomiza las opiniones, con notorias diferencias acerca de causas, efectos y prevenciones con respecto a la problemática según a quién haya votado en las últimas elecciones presidenciales quien dé a conocer su posición sobre los orígenes del delito y la eficacia (o ineficacia) del Estado para atacarlo.
Esa diversidad queda expuesta en el último monitoreo del Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), realizado en la primera semana de este mes sobre la base de 4998 encuestas online geolocalizadas en los principales conglomerados urbanos del país; el 40% de ellas, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Casi la mitad de los entrevistados tienen entre 18 y 30 años y se perciben como de clase media; el 60%, con secundario completo, y el 31%, con título terciario, universitario o de posgrado.
Nueve de cada diez personas consideran que el riesgo de sufrir un delito es "bastante o muy probable". Y el 65% manifiesta haber sido víctima de, al menos, un robo. Para el 68% la situación de inseguridad puede calificarse de entre "muy grave" y "extremadamente grave", con una expectativa negativa sobre posibles soluciones.
Corrupción, economía, inseguridad, desigualdad, pobreza, políticos y educación resaltan en la nube de palabras que surgió a partir de las definiciones espontáneas de los entrevistados a la hora de definir cuál es el principal problema que tiene la Argentina. Curiosamente, y a pesar de que el Covid fue durante 2020 la gran amenaza mundial (y aún lo es, en plena explosión de la segunda ola de la pandemia) la cuestión sanitaria no apareció entre los puntos más destacados entre las respuestas recogidas por el OPSA.
"Espontáneamente, las palabras que aparecen con mayor frecuencia para describir el principal problema que tiene hoy la Argentina no están asociadas a la pandemia sanitaria sino a cuestiones políticas (corrupción) y socioeconómicas (economía, inseguridad, desigualdad y pobreza). Esto parece indicar que la crisis del coronavirus, aún sin bajar significativamente el número de contagios y fallecidos, es percibida solo minoritariamente como el principal problema que hoy tiene la Argentina", se refleja en el trabajo del equipo encabezado por el director del OPSA, Gustavo González, y coordinado por Joaquín Ungaretti.
Ahora, bien, analizado ese primer corte a través del prisma de "la grieta", mientras que la economía, la pobreza, la desigualdad, la inseguridad y el coronavirus están en la cima de las preocupaciones de quienes votaron al Frente de Todos, para quienes apostaron por la continuidad de Cambiemos en el Gobierno los principales problemas del país son la corrupción, la inseguridad y la economía, la economía, los políticos e, incluso, el peronismo. La crisis sanitaria solo fue mencionada por menos de 5 personas, de un total de 1236 adeptos al macrismo.
En datos más concretos, ya no ante la respuesta espontánea sino sobre preguntas con opciones fijas y posibilidad de respuestas múltiples, el ítem "delincuencia-robo-inseguridad" fue puesto al tope del ranking de problemas de la Argentina, junto con la pobreza, por el 71% de los ciudadanos consultados. Solo un punto por debajo quedaron la corrupción y la inflación, seguidos por la falta de empleo/desempleo (68%), el funcionamiento de la Justicia (63%), la dirigencia política (57%) y los bajos salarios (55%).
Algunos de los conceptos que, a priori, formaron parte de la cartera de discusión político-partidaria a lo largo del año aparecen rezagados en la agenda de los ciudadanos: la recesión económica (47%), el endeudamiento externo (40%), la "grieta" en la sociedad (37%) o el narcotráfico/consumo de drogas (33%). Apenas cuatro de cada diez consultados para este estudio situaron la pandemia y la crisis sanitaria como uno de los principales problemas; y la reforma de la Corte Suprema de Justicia de la Nación quedó última en el conjunto de problemas, con el 24 por ciento.
Pero de nuevo, a la luz de "la grieta", surgen las divergencias en cuanto a cuáles son los principales problemas del país. En el top five, los votantes de Alberto Fernández colocaron la pobreza (74%), la falta de empleo/desempleo (69%), la inflación (63%), la inseguridad (57%) y los bajos salarios (56%). Los cinco principales de los votantes macristas son la corrupción (88%), la inseguridad y la dirigencia política (78%), la inflación (74%) y el funcionamiento de la Justicia (69%).
Mientras que la crisis sanitaria por la pandemia fue un problema señalado por la mitad de quienes están alineados con el Frente de Todos, entre los adeptos a Cambiemos quedó en el fondo de sus preocupaciones: menos de 3 de cada 10 consultados.
Qué abordar primero
A pesar de que la inseguridad está al tope de las preocupaciones, la corrupción aparece como el primer problema por resolver en el ranking de prioridades de atención estatal, con el 17%; le siguieron la falta de empleo/desempleo (15%), la pobreza (11%), la inflación (10%) y la recesión económica y el delito común (9%).
El alineamiento político, nuevamente, marcó diferencias en el orden de las respuestas: para los votantes de Fernández, la lista la encabeza el ataque al desempleo (21%), y detrás, la pobreza (16%) y la recesión económica (11%); para los macristas, el primer problema a resolver es la corrupción (28%), seguido del desempleo (13%) y la dirigencia política, la inflación y la recesión económica (10%).
"Los principales problemas personales se refieren a lo económico y a la inseguridad. En lo económico, el desempleo/falta de trabajo junto con la disminución o falta de ingresos (problemas de dinero) constituyen las dos principales preocupaciones de la gente. Como hemos señalado en nuestros estudios sobre el impacto negativo en la salud mental de las medidas de confinamiento tan extenso y su efecto directo en el derrumbe abrupto de la economía, las respuestas de la gente evidencian con bastante claridad que hoy el principal estresor con el que tienen que lidiar los argentinos es de orden socioeconómico y no sanitario. A su vez, a lo económico se le ha sumado otro estresor de un gran poder disruptivo para la vida cotidiana, como es el problema de la inseguridad, generador inequívoco de miedo, angustia, impotencia y desesperanza", se detalla en el informe.
Las reacciones ante la inseguridad
"Impotencia" fue la palabra que surgió entre la mayoría de quienes respondieron el cuestionario del OPSA a la hora de definir espontáneamente su sensación frente a la inseguridad. "Miedo, impotencia, injusticia e indignación sobresalen con claridad como las cuatro emociones primariamente reactivas frente a la inseguridad. Le siguen un conjunto de sentimientos, emociones y pensamientos de fuerte valencia negativa como: temor, bronca, preocupación, tristeza, abandono y desprotección".
De cada 100 personas consultadas, solo 3 consideraron que no había problemas de inseguridad, sino que es un tema exagerado por los medios. Pero para el 97% restante es un problema muy cierto. Al 67% le genera impotencia; al 56%, bronca; el 53% lo sume una situación de "alerta y preocupación permanente" y al 50% le produce miedo.
Siete de cada diez personas perciben la inseguridad como un problema entre "muy grave" y "extremadamente grave". Casi en la misma proporción advierten que la situación actual de la inseguridad aumentó "algo" o "mucho" con relación a lo que ocurría hace un año.
En función del lugar de residencia, en cuanto al AMBA, los porteños calificaron a su ciudad con 58 puntos, en una escala en la que el 100 definía a la localidad como "muy insegura". La zona norte del Gran Buenos Aires quedó cinco puntos por encima, pero el oeste y el sur del conurbano fueron calificados como las regiones más peligrosas del área metropolitana, con 74 y 77 puntos, respectivamente.
En cuanto a la acción estatal ante el delito, en la ciudad de Buenos Aires las respuestas se repartieron en tercios: el 35% la calificó como buena o muy buena; el 33% le puso un "regular", y el 32% la tachó de "mala" o "muy mala". En la provincia de Buenos Aires, en cambio, las respuestas fueron lapidarias: el 63% consideró como mala o muy mala la estrategia del gobierno provincial para enfrentar la inseguridad y solo un 7% la juzgó buena o muy buena.
Las causas del delito
A la hora de analizar los factores subyacentes en esta problemática, dos de cada tres consultados consideraron que los jueces "garantistas" que dejan libres a los delincuentes son la principal causa de la inseguridad. Detrás se encolumnaron la "falta de educación" (60%), la corrupción policial (53%), la "pérdida de cultura del trabajo y el sacrificio" y la "pobreza y marginalidad" (52%). Motivos "clásicos" para los estudiosos de la materia, como la ausencia de políticas de Estado, la falta de leyes punitivas más severas, la ineficiencia policial, la falta de profesionalización y equipamientos de las fuerzas y la facilidad de acceso a las armas para los delincuentes quedaron rezagados en la visión de los ciudadanos.
La "grieta" también trazó diferencias amplias y planteó dos cosmovisiones sobre la problemática. Para los votantes del Frente de Todos, la principal causa de la inseguridad es la pobreza y marginalidad (67%), seguida de la corrupción policial y las "amplias diferencias socioeconómicas entre ricos y pobres" (61%), la ausencia de trabajo (53%) y la falta de educación (52%).
Para ocho de cada diez votantes de Cambiemos, en tanto, el problema principal es el de "los jueces garantistas que dejan libres a los delincuentes"; luego situaron "la pérdida de la cultural del trabajo y el sacrificio" (71%), la existencia de "beneficios excesivos para los delincuentes" (69%), la falta de educación (63%) y la "pérdida de valores sociales" (57%).
La "pobreza y marginalidad" fue considerada solo por el 40% de los consultados que adscriben al macrismo, cuando había sido la principal causa del otro lado de la "grieta". Y las "amplias diferencias socioeconómicas entre ricos y pobres", segunda causa entre los votantes de Fernández, fue prácticamente ignorada por quienes comulgan por Macri: solo la mencionó el 13% de los consultados.
Tipos delictivos y expectativas
Dos de cada tres participantes del monitoreo afirmaron haber sido víctimas (ellos o algún integrante de su círculo familiar cercano) en el último año. Los principales delitos fueron el robo en la vía pública, con o sin violencia (38 y 37%, respectivamente), robos en viviendas u oficinas en ausencia de moradores (30%), robos de pertenencias dentro de autos o sustracción de vehículos, y asaltos a mano armada en espacios públicos, como ser restaurantes. En coincidencia con las estadísticas oficiales, el gran problema son los delitos contra la propiedad.
El 88% de los consultados consideran probable o muy probable ser víctimas de un delito en un futuro próximo. Robos en la vía pública con o sin violencia o asaltos a mano armada dentro de la casa son los tipos de delitos que la gran mayoría cree que podría sufrir. El homicidio, el robo con armas en la propia morada y la violación son los delitos más temidos.
"El análisis de la distribución de estas respuestas permite afirmar con certeza que prima en la gente un alto grado de escepticismo y desesperanza con relación a un futuro con mayor seguridad. Siete de cada 10 personas creen que la inseguridad aumentará entre algo y mucho en los próximos 6 meses", concluyó el equipo del OPSA.
Seis de cada diez personas creen que para combatir eficazmente el delito "es necesario adoptar una política de mano dura", que los legisladores dictan leyes "demasiado blandas" y que la eventual relación entre pobreza e inseguridad "es una excusa de los políticos para no tomar medidas drásticas contra el delito".
Ocho de cada diez cambiaron sus hábitos como forma de prevención. El 76% no baja los vidrios del auto cuando para en un semáforo; el 61% llama a su casa al llegar con el coche para que le abran la puerta del garaje y vigilen la entrada; el 64% trata de no caminar solo por su barrio; el 75% reforzó con rejas todas las entradas de sus casas, y el 84% elige los horarios que cree más seguros para salir a la calle.
El 45% confesó que lleva consigo algún elemento para pedir ayuda o resistirse al ataque, como un botón antipánico o un spray de autodefensa. El 8% afirmó haber comprado un arma.
Sostuvieron los especialistas del OPSA: "La percepción de los argentinos respecto de cuáles son los problemas más acuciantes que tiene el país configura un mapa semántico en el que quedan fuertemente asociados factores políticos y socioeconómicos. Corrupción, economía, inseguridad, pobreza, políticos, desigualdad, inflación, peronismo, gobierno, son las palabras que entrelazadas en sus significados configuran una inequívoca resultante de sentido: la conjunta decadencia política y económica que el hombre de a pie siente padecer. El estrés generado por el conjunto de estos cambios es profundo, grave e inocultable. Hoy los argentinos estamos tratando de tramitar este conjunto de fuertes estresores, con mucho esfuerzo y nuestras capacidades de resiliencia a ‘motor forzado’.
Y concluyeron: "La sociedad argentina, desde hace años, se encuentra atrapada por una lógica binaria (‘bueno-malo’) en la construcción y modelado de nuestras ideas y de nuestros sistemas de creencias en lo que respecta a lo político, lo social y lo económico. Esto explica la psicogénesis cognitiva de nuestra famosa grieta. Se autoconstruyen dos formas de pensar con escasas probabilidades de entenderse. El marcado antagonismo entre estos dos sistemas de creencias y valores muestra su mayor dispersión con relación a la importancia de la corrupción. Para los votantes de Mauricio Macri es el principal problema del país, mientras que para los votantes de Alberto Fernández ocupa un lejano 9º lugar (tanto en las respuestas espontáneas como en las guiadas). Indudablemente estamos en presencia de dos sistemas de creencias, por ahora, irreconciliables".
Principales indicadores:
- Fuerte impacto sobre la salud mental, con gran intensidad de emociones y cogniciones negativas como miedo, impotencia, indignación, injusticia, bronca, temor, tristeza, abandono.
- Termómetro de inseguridad (escala de 1 a 100) en valores muy altos, con una media general de casi 70 puntos (69,9), con picos en Tucumán (83), Rosario (79), GBA Sur (77) y GBA Oeste (74).
- El 65% manifiesta haber sufrido delitos. o 68% considera entre "muy grave y extremadamente grave" la situación de inseguridad.
- Casi 7 de cada 10 personas considera que la inseguridad aumentó entre "algo y mucho".
- Casi 9 de cada 10 personas considera como "bastante o muy probable" sufrir un delito en el corto plazo.
- El 70% considera que la inseguridad aumentará "algo o mucho" en los próximos meses.
- Un importante porcentaje de gente ha cambiado sus hábitos de vida como consecuencia de la inseguridad.
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