La fiscal afirma que Farré mató "a sangre fría" y su defensa, que lo hizo "enceguecido"
En la primera audiencia del juicio las partes adelantaron sus posturas; los acusadores pedirán la condena a prisión perpetua y su abogado, que lo declaren inimputable
Fernando Farré no se inmutó. Nada en su rostro denotaba lo que sintió cuando Carolina Carballido Calatayud, una de las fiscales del juicio, les habló a los 12 integrantes del jurado y, con voz firme, les dijo: "A sangre fría. Así el acusado decidió matar a su esposa, Claudia Schaefer".
Fue en el comienzo de los alegatos de inicio del juicio oral y público contra Farré por el homicidio de su esposa, ocurrido el 21 de agosto de 2015 en la casa que el matrimonio alquilaba en el country Martindale, de Pilar. Carballido Calatayud y su par Laura Zyseskind sostuvieron que fue un homicidio premeditado y por resentimiento. Ambas, especialistas en violencia de género, afirmaron que el acusado no sintió culpa ni remordimiento. Cuando terminen de declarar, durante la semana, los 54 testigos, pedirán al jurado que condene al acusado.
Los seis hombres y seis mujeres elegidos entre 46 vecinos del Departamento Judicial de San Isidro escucharon con atención tanto a las fiscales como al querellante por la familia de la víctima y al defensor de Farré, que adelantó que su cliente hizo lo que hizo tras haberse enterado de "una historia traumática" que, por ahora, no quiso develar.
Poco antes el jurado había estado atento a las consignas que dio el juez Esteban Andrejin, del Tribunal Oral Criminal (TOC) N° 2, a cargo del debate. "No deben comentar con nadie sobre este caso. No acepten que les envíen mensajes. Tienen que evitar gestos y no pueden hacer preguntas. No pueden buscar información sobre el caso. Deben estar atentos, tranquilos y serenos. Su decisión en el veredicto debe surgir de la prueba y de la ley. No pueden tener una opinión definitiva hasta que no esté presentada toda la prueba y se terminen los alegatos finales de las partes", les explicó.
Farré, de 54 años, había ingresado en la sala del entrepiso del edificio de Ituzaingó 340, en San Isidro, a las 15.22. Vestía un traje claro y camisa celeste. Estaba prolijamente afeitado y peinado. Se sentó entre sus dos abogados, Adrián Tenca y María Inés Bergamini Urquiza.
Carballido Calatayud sostuvo que Farré asesinó a su esposa de 66 puñaladas con dos cuchillos de cocina que había escondido previamente. "La degolló y la mató", agregó. Lo calificó como un homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por tratarse de un femicidio, delito que se castiga con prisión perpetua.
"Fue un homicidio premeditado y a sangre fría", insistió Zyseskind. Las fiscales adelantaron que buscarán probar que Farré mató a su esposa, porque ella había decidido separarse y porque él quería quedarse con el departamento de la Avenida del Libertador, en la Capital, donde el matrimonio había vivido con sus tres hijos.
La defensa del acusado, según adelantó Tenca en su alegato de inicio, intentará demostrar que Farré es inimputable o, eventualmente, que cometió el homicidio bajo un estado de emoción violenta, tipo penal para el que se prevé una pena de entre 10 y 25 años de cárcel.
La familia de la víctima está representada por el abogado Jorge Sandro, que adelantó que pedirá la pena máxima por el femicidio.
Antes de comenzar con los alegatos, el juez, las fiscales y los abogados se enfocaron en la selección de los 12 jurados titulares y los seis suplentes. Hubo 16 postulantes recusados sin motivo y otros dos por su simpatía con el colectivo #NiUnaMenos, lo que suponía parcialidad.
Según estadísticas de la Corte bonaerense, entre 2015 y 2016 hubo en San Isidro nueve juicios con jurados populares, ocho con veredicto de culpabilidad y uno con el acusado declarado "no culpable".
Entre los 46 vecinos seleccionados para integrar el jurado había un ingeniero, un empleado de la Municipalidad de Tigre, una ama de casa, un panadero y una jubilada, entre otros. Algunos de los que no quedaron entre los 18 sorteados se retiraron de los Tribunales con alivio, según pudo advertir LA NACION. "El juicio por jurados es un avance. Hace que la Justicia sea más rápida. Además, siempre es más difícil influir en el ánimo de 12 personas distintas", dijo Norberto, un ingeniero de Beccar que quedó fuera de los seleccionados.
Durante la audiencia, Farré por momentos cerró los ojos y bajaba la vista. Nunca miró al jurado. Sólo una vez intercambió unas pocas palabras con su abogado.
Escuchó impávido tanto a las fiscales como al abogado de la familia de su mujer, que lo acusó de haber matado a Schaefer "por desprecio, por odio a las mujeres, por placer y para demostrar su poderío físico y psicológico". En el cierre, Sandro miró al jurado y explicó: "Si el acusado es condenado a la pena de prisión perpetua va a perder la patria potestad de sus tres hijos, pero si es declarado inimputable podría recuperar la patria potestad, y la verdad es que no me imagino el futuro de estos chicos con este padre".
Al final, Tenca dejó al jurado y al público atrapados con una promesa: "Se van a enterar de una historia traumática que Farré conoció poco antes de los hechos, que lo derrumbó y lo hizo enloquecer transitoriamente". No quiso entrar en detalles, por ahora. Pero su estrategia será tratar de demostrar que Farré no comprendió la criminalidad de sus actos o actuó bajo emoción violenta.
Dos posturas antagónicas
Acusación
Tanto las fiscales como el abogado que representa a la familia de la víctima sostienen que Farré actuó a "sangre fría" porque planificó el ataque (llevó dos cuchillos al vestidor, donde sabía que iría su esposa, e hizo esperar a los abogados afuera). Pedirán la prisión perpetua.
Defensa
Sin dar detalles, el abogado de Farré adelantó que el acusado tomó conocimiento de una revelación "traumática" poco antes del hecho, situación que lo "encegueció" y, transitoriamente, lo sacó de sus cabales al momento de cometer el crimen. Pedirá la inimputabilidad.
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