"La fiesta del Señor", la excusa de una secta para pedir lo "más preciado" a sus fieles
La denominada Fiesta del Señor era una celebración anual. Generalmente se hacía la primera semana de enero. Los fieles llegaban al templo de La Matanza desde distintos puntos de la Argentina e incluso desde países limítrofes. Pasaban las horas entre danzas y cantos hasta que aparecía en escena ella, Eva Petrona Pereyra, conocida como Tía Eva. La mujer, como si estuviera poseída, decía hablar en nombre de Dios y lanzaba a los fieles el mensaje místico: había llegado la hora de desprenderse de lo más preciado, las propiedades y los hijos. En ese momento nadie podía mirarla a los ojos, por respeto y como muestra de sumisión. Era ella la elegida de transmitir la palabra y el mensaje divinos.
Así funcionaba la secta religiosa Templo Evangélico Filadelfia, que fue definida por la Justicia como una organización criminal y que es investigada por el delito de trata de personas, instigación al suicidio, abusos sexuales y lavado de activos.
En las últimas horas, por orden del juez federal de Morón Néstor Barral, detectives del Departamento Unidad Federal de Investigación sobre Trata de Personas de la Policía Federal Argentina (PFA) detuvieron a siete sospechosos en allanamientos hechos en distintos puntos de la Argentina. En los operativos también participó personal de la Gendarmería Nacional.
"Cuando los fieles ingresaban en la congregación religiosa Filadelfia quedaban bajo el dominio exclusivo de las líderes, quienes iniciaban sobre ellos un proceso de persuasión coercitiva que tenía como finalidad la apropiación de sus voluntades. Por medio del proceso, que comenzaba en muchos casos desde la minoría de edad, los seguidores terminaban creyendo que las líderes se encontraban investidas de dotes de divinidad, circunstancia que les permitía a estas mujeres [Tía Eva y sus cómplices] realizar todo tipo de acciones, muchas de ellas con tintes o ribetes delictivos, sin recibir algún tipo de cuestionamiento", sostuvieron el fiscal federal de Morón Santiago Marquevich y sus colegas Alejandra Mangano y Marcelo Colombo, a cargo de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex).
Como informó LA NACION en mayo del año pasado, la investigación sobre el Templo Evangélico Filadelfia había comenzado en la Ayudantía Fiscal de Delitos conexos a la Trata de Personas, Pornografía Infantil y Grooming del Departamento Judicial de La Matanza y en ese momento fueron detenidos 26 sospechosos, entre ellos la Tía Eva, que recibió el beneficio del arresto domiciliario.
En los procedimientos de hace 18 meses se liberaron a 45 víctimas de la organización criminal. Se secuestraron, además, 1.000.000 de pesos y 40.000 dólares.
La organización tenía dos panaderías en las que obligaban a trabajar a sus fieles, que después tenía que salir a recorrer las calles para vender la mercadería.
La investigación había comenzado a finales de 2018, cuando una víctima que había logrado escaparse de ese infierno hizo una denuncia en la Ayudantía Fiscal de Delitos conexos a la Trata de Personas, Pornografía Infantil y Grooming de La Matanza, a cargo de Lorena Pecorelli. "Mientras vendía en la calle el pan y las galletitas que la organización le obligaba a elaborar, la víctima conoció a un joven que la incentivó a hacer la denuncia", sostuvo una fuente del caso.
Delitos varios
La investigación continuó y pasó al fuero federal, donde Marquevich y el secretario penal Santiago Moore avanzaron sobre más integrantes de la organización y se enfocaron en perseguir otros posibles delitos.
Las víctimas de la organización declararon en Cámara Gesell. "'o El Ungido te va a castigar, Dios te va a castigar, Dios te va a castigar, Dios te va a castigar', todo el tiempo así... El temor a Dios que te infunden es muy grande, muy grande. Me hicieron mucho daño", sostuvo M. A. T. en febrero pasado.
"R. C. V. fue una de las víctimas que relató en primera persona sus varios intentos de suicidio mediante la ingesta de fármacos, e incluso explicó cómo pensó en arrojarse desde lo alto de una construcción para acabar con su vida, ello a raíz de los padecimientos que la organización Filadelfia le hizo vivir, que abarcaron desde abusos sexuales, imposición de parejas, falta de alimento, de descanso, de educación; incluso pretendieron usurpar la propiedad en la que vive y hasta introdujeron a su hijo dentro de la organización", sostuvieron los fiscales en el dictamen donde pidieron detenciones y allanamientos.
Un joven sí se quitó la vida. Se ahorcó y ahora el caso es investigado como instigación al suicidio. Sucedió en un campo de Balcarce, donde el muchacho, después de contar que era homosexual, fue hostigado frente a los demás fieles del Templo Evangélico Filadelfia y fue obligado a pesarse desnudó frente a todos al grito de "Dios me dio un pene", según reconstruyeron a LA NACION fuentes judiciales.
Se sospecha que la organización, que funciona desde fines de los años 70, se alzó con una fortuna a lo largo del tiempo. El dinero de la actividad criminal lo habrían invertido en campos y propiedades en distintos puntos del país, como Mar del Plata, y un lote y una casa en un club de campo de San Miguel del Monte.
En una conferencia de prensa, la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, dijo: "Esto es nuestra gestión: reforzar la investigación y el análisis criminal e ir hacia el desbaratamiento de grandes organizaciones para no dejar que este tipo de delitos se sigan cometiendo en la Argentina".
Frederic estuvo acompañada por el secretario de Seguridad y Política Criminal, Eduardo Villalba; el subsecretario de Intervención Federal, Luis Morales; el jefe y subjefe de PFA, comisario general Juan Carlos Hernández y comisario general Osvaldo Mato, respectivamente; el jefe de la Superintendencia Federal de Intervención Territorial, comisario mayor Pablo Moreno; el superintendente de Investigaciones Federales, comisario mayor Gustavo Acero, y el jefe del Departamento Unidad de Investigación de Trata de Personas, comisario Dardo Castro.
"Estamos muy satisfechos y vamos a redoblar los esfuerzos en este tipo de investigaciones para desbaratar el delito complejo. Quiero remarcar el trabajo en conjunto entre el personal de las fuerzas, funcionarios del Ministerio y autoridades judiciales, que permitió una investigación que seguramente tendrá mucha tela para cortar", dijo Villalba.
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