La esposa de Jorge Neuss intentó defenderse antes de que él le disparara en la suite
La autopsia reveló que tenía moretones en un brazo y que perdió un mechón de cabellos en un forcejeo previo al desenlace; revisarán las versiones del hijo y de las empleadas de la pareja
Las autopsias provocaron un giro dramático en el caso del femicidio seguido de suicidio ocurrido anteayer en el country Martindale, de Pilar.
Silvia Saravia se defendió con fuerza ante lo inevitable: su esposo, Jorge Neuss (h.), la tomó de los pelos y le disparó un tiro en la cabeza a la altura de la oreja con un revólver calibre .357 Magnum. La víctima tenía moretones por compresión de la piel y le faltaba un mechón. Algunos cabellos quedaron en el piso del baño en suite y el vestidor, donde también el empresario fue encontrado agonizante, con un tiro en la cabeza que, al cabo, le causó la muerte.
Ante el hallazgo de los indicios físicos que revelarían la existencia de una pelea previa a los disparos, los responsables de la pesquisa tienen prácticamente descartada la hipótesis inicial de un presunto "pacto suicida" labrado como consecuencia de la gravísima enfermedad de uno de los hijos de la pareja. Hay muchos cabos sueltos y todas las versiones escuchadas por los detectives hasta hoy están entre signos de interrogación. Investigan, incluso, si Saravia fue en algún momento víctima de maltrato por parte de su esposo y si hubo otros hechos de violencia anteriores al trágico final.
Los investigadores, en su misión de encontrar el móvil del femicidio, tratan de determinar si esos supuestos maltratos se originaron en problemas de pareja o en un eventual reclamo que Saravia le habría formulado a su esposo para que terminara con una situación que no toleraba.
Para confirmar o descartar tal presunción, los investigadores citarán a los hijos, a los allegados del matrimonio y a vecinos de Martindale. También analizarán la información contenida en los celulares de Saravia y de Neuss. Además de los mensajes guardados en ambos teléfonos, los investigadores revisarán las computadoras y tablets secuestradas en la escena del crimen.
Si hubo algún hecho de violencia previa, no fue judicializado. Según fuentes oficiales, hasta el momento, no se encontró ninguna denuncia.
Legalmente, el fallecimiento de Neuss da por terminada la acción penal en su contra por el femicidio; pero el caso lejos está de haber quedado cerrado con su muerte.
La posible existencia de la pelea previa pone en suspenso la versión aportada por uno de los hijos del matrimonio, que habría comentado a los policías que respondieron al llamado al 911 que sus padres no tenían problemas de pareja y que habrían sufrido una crisis depresiva cuando se enteraron de que él tenía una enfermedad terminal.
Si la ausencia de carta o misiva suicida ya le quitaba fuerza a esa versión del "pacto suicida", la autopsia la desarticuló.
Para los investigadores, los elementos aportados por los forenses y por los peritos que levantaron rastros en la escena del crimen indicarían que el empresario sorprendió a su mujer cuando ella estaba en el baño, forcejeó con ella, la dominó asiéndola del cabello y le disparó. El proyectil ingresó detrás de la oreja derecha de Saravia, salió por detrás de la oreja izquierda y reingresó por el hombro, hasta quedar alojado en el brazo. Produjo un daño atroz.
Neuss, en tanto, cayó frente a su mujer en el vestidor anterior al baño en suite, con un tiro en la sien, de derecha a izquierda y de abajo hacia arriba. También tenía una herida de bala en el pulgar; una de las posibilidades es que se haya lesionado cuando tenía sujeta del pelo a su mujer y le disparó. El .357 Magnum quedó tirado entre sus pies.
Entrada y desenlace
A partir de reconstrucción del hecho, se determinó que Saravia llegó a su casa cerca de las 12, ingresó en la suite de la planta alta y allí habría comenzado a discutir con su esposo. Para confirmarlo, los pesquisas buscan testigos que indiquen si escucharon gritos antes de los disparos.
Según los elementos reunidos por los investigadores, de la discusión se habría pasado a la agresión física. Después, según la versión aportada por Juan, uno de los cuatro hijos del matrimonio, las dos empleadas que estaban en la casa, al escuchar ruidos en la habitación, se dirigieron a la planta alta y encontraron la puerta cerrada. Entonces lo llamaron a él, que vive en otra casa en Martindale. Juan Neuss dijo que, ante la falta de respuestas, habría forzado la puerta y encontró los cuerpos de sus padres y la sangre.
Aún no estaría confirmado quién llamó a los paramédicos ni a qué hora. Una versión indicaría que uno de los custodios del country habría llamado al 911, pero resta certificarlo.
Tampoco está confirmado a qué hora fueron los disparos. Los horarios de entre las 12 y las 13 como el momento de la llegada de Saravia a la casa, y las 14, como el de los disparos, están sujetos a verificación y al chequeo con las declaraciones de los testigos, entre los cuales figuran los guardias del country, la operadora de la empresa de emergencias médicas y los paramédicos.
Estos vacíos de tiempo impidieron, por ahora, determinar con rigurosidad a qué hora ocurrió la tragedia. La única precisión es el momento del fallecimiento de Neuss: las 14.20, en el Hospital Austral.
Si bien la hipótesis inicial de los investigadores apunta a que el sangriento episodio fue un femicidio y posterior suicidio, no se descartará ninguna otra pista hasta que se obturen esas lagunas de tiempo y se confronten los horarios con las grabaciones de las cámaras de seguridad del country, por ejemplo.
Según fuentes de la investigación, las versiones preliminares aportadas por algunos testigos sobre cómo ocurrió la tragedia y las actitudes que tuvieron después del hecho entrarían en contradicción con la prueba científica. Mientras los testigos se habrían referido a un determinado horario en el que ocurrieron los disparos, la autopsia habría establecido que Saravia habría fallecido a las 12. Aunque ese horario forense tendría un margen de error de dos horas.
Con el objetivo de obtener todas las pruebas que permitan determinar el móvil del crimen y esclarecer las contradicciones surgidas con las declaraciones de algunos testigos para llegar a reconstruir lo que ocurrió en la habitación matrimonial de la casa de la familia Neuss, la fiscal María José Basiglio, de la Unidad de Violencia de Género de Pilar, ordenó una serie de medidas.
En las últimas horas solicitó a un grupo de la División Casos Especiales de la Superintendencia de Policía Científica bonaerense que realice un nuevo relevamiento de la escena del crimen para que busquen el proyectil que se disparó Neuss, debido a que los forenses que realizaron la autopsia no lo encontraron en el cuerpo del empresario.
Con respecto al revólver calibre 357 Magnum, hallado al costado del cuerpo de Saravia y a los pies de su marido, la fiscal Basiglio solicitó a la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC) un informe sobre esa arma para saber si Neuss era su propietario.
Neuss era uno de los dueños de un conglomerado que hace 120 años desarrolla sus actividades en el país, cuyo inicio fue la fundación, en 1881, de Soda Neuss Belgrano.
En la década del 80, Jorge Neuss (h) continuó los negocios relacionados con la energía y los servicios financieros e incorporó al rubro inmobiliario.
Por su parte, Saravia era hija del dueño de una joyería ubicada en el barrio porteño de Recoleta y había sido amiga y compañera de cursada en la carrera de Sociología de María Marta García Belsunce, asesinada en 2002 en el country Carmel, de Pilar.
Hace cinco años Martindale fue escenario de otro femicidio: el 21 de agosto de 2015 Fernando Farré asesinó a cuchilladas a su mujer, Claudia Schaefer, de 44 años; por ese homicidio fue condenado a prisión perpetua.
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