La detención de Marcelo Carozza: “el chiquitín”, “gurisito”, “cachorrito” y “mini harem”, cómo llamaban los acusados a las víctimas
El presunto líder de la banda dedicada a la corrupción de menores, Francisco Angelotti, se negó a declarar durante la audiencia donde fue indagado por el juez Javier Sánchez Sarmiento y el fiscal Patricio Lugones
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Cuando eran menores de edad fueron explotados sexualmente. Los integrantes de la organización criminal que los corrompía los llamaban con apodos tales como “el chiquitín”, “gurisito”, “cachorrito” y “mini harem”. El presunto líder de la banda, Francisco Angelotti, a una de las víctimas, le llegó a decir: “No parecés tan chiquito” y le dio un beso.
Así consta en la resolución donde el juez en lo criminal y correccional porteño Javier Sánchez Sarmiento ordenó detener a Angelotti y Marcelo Corazza, el primer ganador de Gran Hermano.
Hoy, Angelotti se negó a declarar cuando fue indagado por el juez Sánchez Sarmiento y el fiscal Patricio Lugones. Ayer, Corazza había negado la imputación en su contra y después no respondió preguntas.
“Corazza negó todo tipo de vinculación y conocimiento con los hechos y se negó a declarar hasta tanto la defensa tome contacto con los elementos de la causa y pueda ampliar su declaración”, dijo una fuente cercana al imputado.
Según el expediente judicial, “se reprocha a Angelotti, Andrés Charpenet, Raúl Mermet y Corazza haber montado, junto a otras personas aún no individualizadas, una estructura destinada a reclutar menores de edad en situación de vulnerabilidad con el fin de someterlos a la práctica de relaciones sexuales y a la explotación sexual sin su consentimiento, ya fuere por intercambio de dinero o por satisfacción personal o de terceros”.
Angelotti, según la imputación, abusó sexualmente con acceso carnal a la denominada “víctima 1″, que declaró en la causa bajo reserva de identidad entre 1999 y 2001 o 2002. “Los hechos sucedieron en reiteradas ocasiones en fechas que no pueden ser individualizadas cuando la víctima 1 tenía entre 11 y 13 años. Las partes se conocieron por internet en sitios de chats. El primer encuentro sucedió en Eduardo Acevedo y Bogotá, en Caballito, un domingo a la tarde. Luego de conversar un rato, entre otras cosas, el acusado le refirió ´no parecés tan chiquito”. Se dirigieron hacia el Parque Centenario donde le dio un beso al joven. La primera vez que hubo acceso carnal fue en la parte trasera de la camioneta 4x4 que por ese entonces tenía el inculpado y se encontraba estacionada en el mismo parque. El niño tuvo sentimientos de temor, incertidumbre y dijo sentirse incapacitado de decir que no. A partir de allí comenzaron a tener encuentros sexuales, a menudo durante tres años, en un vínculo que definió como de sumisión, tanto en ese vehículo como en albergues transitorios, generalmente durante los fines de semana, ya que entre semana el damnificado asistía a la escuela”.
Según la investigación, Angelotti “traía adolescentes y niños desde Misiones, la provincia de la que es oriundo, a Buenos Aires y se quedaban viviendo con él, presumiblemente en General Rodríguez. Por otra parte, ofrecía los servicios sexuales de ´víctima 1´ ´víctima 2´ a tercera personas, presumiblemente a cambio de dinero”.
Hoy también se negó a declarar el cuarto sospechoso indagado, Raúl Mermet, según informaron a LA NACION fuentes judiciales.
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