La detención de Leonardo Fariña. Al “valijero” comenzaron a investigarlo hace ocho meses por nexos con un empresario narco
El condenado por la causa de la “ruta del dinero K” estaba en la mira por sus presuntos vínculos de movimientos de dinero con Juan Suris, procesado en julio pasado por presunto lavado de activos y condenado hace nueve días por comercialización de drogas
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No fue casual la detención de Leonardo Fariña. Aunque su arresto se produjo ayer, después de que, a las 13, las autoridades del Banco Central de la República Argentina (BCRA) radicaron una denuncia contra dos “cuevas” de Belgrano y Las Cañitas por presunta infracción del Régimen Penal Cambiario y del Régimen Penal Tributario, al condenado en la causa por “la ruta del dinero K” habían comenzado a investigarlo hace ocho meses.
Fariña apareció nuevamente en la mira de la Justicia por sus vínculos con su amigo, el empresario Juan Suris. Ambos comparten pasiones en común: el dinero y las mujeres de la farándula. El primero se casó con la modelo Karina Jelinek y el segundo fue pareja de la vedette Mónica Farro. Aunque tienen perfiles distintos, Fariña mostró una mayor exposición mediática y el rostro de Suris se conoció en 2013, cuando fue apresado por su vinculación con una organización de narcotraficantes que operaba en Bahía Blanca, hecho por el cual este mes fue condenado a seis años de prisión en un juicio abreviado.
Ayer, Fariña fue detenido nuevamente, cuando los efectivos de la División Antifraudes de la Policía Federal lo encontraron en la oficina del edificio de Juramento 1475, en Belgrano, donde funcionaba una cueva dedicada a la venta de dólar blue, con 500 millones de pesos en efectivo. La Justicia deberá probar si Fariña era el dueño de la cueva o, como dijo su abogado defensor, estaba ahí por “casualidad” y los propietarios eran los otros jóvenes que fueron detenidos en la misma financiera.
El vínculo entre Fariña y Suris quedó expuesto a partir del hallazgo de una escucha telefónica. No obstante, a pesar del contenido de la conversación que Fariña mantuvo con un operador financiero de Suiza, nunca fue procesado por el supuesto delito que surgiría de esa charla. Tampoco estuvo acusado en ninguno de los expedientes que derivaron en una condena y un procesamiento contra Suris.
Las causas penales contra Fariña y Suris se instruyeron en distintos juzgados, en Bahía Blanca y en los tribunales de Comodoro Py, en Retiro. No obstante, la grabación de conversación telefónica de Fariña, hecha por medio del celular de Suris, fue remitida a un juzgado federal porteño. Pero la causa no avanzó y Fariña nunca fue imputado por el contenido de esa llamada.
Fue el 22 de octubre de 2013, Juan Suris le prestó su celular a su amigo Jorge Leonardo Fariña para que realizara un llamado. Aparentemente, el condenado por la causa de la “ruta del dinero K” sabía que tenía su teléfono intervenido y no quería que dicha comunicación quedara registrada en su línea. Entonces le pidió prestado el teléfono a Suris.
Lo que Fariña y Suris ignoraban era que el juez federal de Bahía Blanca Santiago Ulpiano Martínez había ordenado la intervención del celular del amigo del “valijero” y excolaborador de Lázaro Báez.
Según publicó el portal de noticias de Bahía Blanca La Brújula 24 en 2016, en esa comunicación telefónica, Fariña conversó con su interlocutor, a quien identificó como “MD”, que estaba en Suiza, y le consultó sobre la posibilidad de mover 90 millones de dólares desde Europa hacia una cuenta radicada en un banco de uno de los paraísos fiscales del Caribe.
Dicha modalidad coincidía con las maniobras que Fariña realizaba para Lázaro Báez: movilizaba importantes sumas de dólares desde Portugal hacia Lichtenstein y desde allí hacia Centroamérica. Por esta conducta fue condenado a cinco años de prisión por el Tribunal Oral Federal N°2, que lo consideró responsable de lavado de activos. Más tarde, la Cámara de Casación Federal, al revisar la sentencia, redujo el monto de la condena a tres años y medio de prisión, por considerar que Fariña había colaborado con la investigación que permitió condenar a sus jefes en la organización.
Con respecto a la relación con Suris, ese vínculo habría estado activo a pesar de los procesos judiciales que terminaron con las condenas contra ambos operadores financieros.
En julio de este año, el titular del juzgado federal N°1 de Bahía Blanca, Walter Ezequiel López Da Silva, procesó sin prisión preventiva a Suris y a otros seis acusados por lavado de activos de origen delictivo agravado por haber sido cometido con habitualidad y como integrante de una asociación ilícita.
La investigación se inició en 2012 a raíz de la extracción de testimonios en la causa seguida a Suris por infracción a la ley 23.737, de estupefacientes. Hace nueve días, Suris aceptó someterse a un juicio abreviado por este expediente y fue condenado a seis años de prisión.
El juez Ernesto Sebastián, del Tribunal Oral Federal bahiense, en forma unipersonal, consideró a Suris “coautor penalmente responsable del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de comercialización, agravado por la intervención organizada de tres o más personas”. Debido a que el fallo no quedó firme, Suris seguirá en libertad hasta que la sentencia sea confirmada por la Cámara de Casación Federal.
Sobre el nuevo procesamiento contra Suris, la Justicia consideró que la organización que encabezaba, inyectaba en el mercado formal el dinero obtenido de las diferentes actividades ilícitas relacionadas tanto a la venta de estupefacientes como a la generación de facturas apócrifas emitidas desde diferentes sociedades anónimas.
Fariña y Suris eran amigos. Fariña dijo que Suris estuvo a punto de convertirse en su socio. Ambos fueron condenados por haber cometido el delito de lavado de activos y los dos están actualmente en libertad. Los dos conocen a la perfección el entramado del circuito de dinero ilegal mediante la confección de facturas apócrifas para obtener crédito fiscal, en el caso de Suris, y a través de las triangulaciones de dólares para inyectar en el circuito legal activos de origen vidrioso, en el caso de Fariña.
Ahora, la Justicia intenta establecer si Fariña y Suris mantenían ese vínculo que había quedado al descubierto hace diez años y qué hacía el primero de ellos en una cueva donde había 500 millones de pesos cuyo origen no se podía demostrar.
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