La caída del “arrepentido”. Con barba, gorra y tobillera electrónica, cómo fue la detención de Leonardo Fariña en su cueva de Belgrano
El arrepentido en la investigación por la causa de la “ruta del dinero K” fue apresado en una oficina en la que había más $500.000.000 guardados en valijas, bolsos y cajas de galletitas; lo acusan de ser el presunto dueño de la financiera
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Al revisar al responsable de la cueva que allanaron en Juramento 1475, los efectivos de la Policía Federal y los inspectores de la Aduana no pudieron ocultar su sorpresa, no solo porque el encargado de la casa de cambio, intentó ocultar sus facciones con una barba tupida y una gorra, sino porque llevaba una tobillera electrónica que le habían colocado en el Centro de Monitoreo del Servicio Penitenciario Federal (SPF).
De nada le sirvió al responsable de la cueva tratar de esconder su rostro. A los detectives de la División Antifraudes de la Policía Federal y a los inspectores de la Aduana les llevó no más un par de segundos confirmar que el sospechoso estaba a cargo de la financiera era Leonardo Fariña, sobre quien pesa una condena de tres años y medio de prisión por lavado de activos en la denominada causa de la “Ruta del Dinero K”.
Fariña fue condenado en abril de 2021 a cinco años de prisión como coautor del delito de lavado de dinero. Era parte de la estructura que movía el dinero de origen ilícito de Lázaro Báez. El tribunal que lo condenó sostuvo que la pena que le correspondía era de ocho años, pero que se reducía tres años porque Fariña había declarado como arrepentido y aportado información que permitió el esclarecimiento de parte de los hechos investigados. Después, la Cámara Federal de Casación le bajó la pena y la dejó en tres años y medio.
En las últimas horas, Fariña fue detenido nuevamente, ya no por estar vinculado con uno de los mayores escándalos de corrupción ocurridos durante la administración Kirchner, ahora lo apresaron por lavado de activos, pero en un emprendimiento propio.
Fariña quedó detenido, a disposición del juez en lo Penal Económico N° 2, Pablo Yadarola, quien lo indagará en las próximas horas, en una causa que se inició a partir de la denuncia presentada por la Dirección de Legales del Banco Central de la República Argentina (BCRA), sobre medidas precautorias por la comercialización ilegal de divisas.
Durante la inspección en la oficina situada en Juramento, en la que fue detenido Fariña, los efectivos de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal y los inspectores de la Aduana encontraron bolsos, valijas y cajas de galletitas con cientos de ladrillos de billetes de $1000. Al realizar el arqueo del monto de dinero secuestrado, los investigadores concluyeron que había más de $ 500.000.000.
En junio pasado el fiscal federal Abel Córdoba había solicitado la detención de Fariña en la causa por “la ruta del dinero k”. El representante del Ministerio Público consideraba que a Fariña le faltaban cumplir 18 meses de la condena original de tres años y medio de prisión. Fariña había estado preso durante dos años y veinte días.
En abril de 2016, Fariña declaró como arrepentido ante el juez que llevaba la causa de la “ruta del dinero K”, Sebastián Casanello, y el fiscal Guillermo Marijuán. En el juicio oral sus dichos fueron valorados a la hora de una reducción de condena, fijada en cinco años de prisión por el Tribunal Oral Federal N° 4. Aunque, la Cámara de Casación Federal, al revisar la sentencia, redujo la condena a tres años y medio de cárcel.
La vida de Fariña fuera de la cárcel fue agitada. Ahora aparece como acusado en una causa penal por la supuesta venta ilegal de divisas. Pero, en 2017 y 2016, fue víctima de dos episodios confusos que tuvieron como protagonistas a los efectivos de las fuerzas federales de seguridad que lo custodiaban, debido a que era un acusado colaborador.
A mediados de 2017, uno de los asaltantes que intentó robar un vehículo estacionado en Zuviría y Thompson, fue ultimado por los ocupantes del automóvil que, en el momento de la agresión se identificaron como efectivos de la Prefectura. El rodado recibió 16 balazos, uno de los ladrones falleció, su cómplice resultó herido, igual que uno de los efectivos de la Prefectura que custodiaban a Fariña, que había ido a comer a una pizzería de la zona.
Mientras que, en 2016, el automóvil en el que viajaban los custodios de Fariña, fue baleado por dos tiradores que abrieron fuego desde un vehículo que lo interceptó en La Plata. Ni el personal de la fuerza federal que custodiaba al arrepentido ni Fariña resultaron heridos, a pesar de la cantidad de balazos que se dispararon.
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