La caída de la "banda de los barbijos": armados y con tapabocas robaban supermercados y estaciones de servicio
El modus operandi se repitió casi sin modificaciones en todos los robos. Primero, simularon ser clientes que elegían mercadería de las góndolas. La pandemia del Covid-19 y la obligación de usar tapabocas jugaba a su favor para tener los rostros cubiertos sin llamar la atención. Pero, en realidad, lo que querían era llevarse "por las malas" la recaudación de los supermercados y estaciones de servicio en los que entraban. La "banda de los barbijos" habría protagonizado al menos ocho robos en la ciudad de Buenos Aires.
Así lo informaron a LA NACION fuentes de la Policía de la Ciudad. En las últimas horas, el juez en lo criminal y correccional porteño Martín Yadarola procesó con prisión preventiva a cuatro sospechosos por robos en dos supermercados Día y una estación de servicio YPF de los barrios porteños de Villa Santa Rita y Villa General Mitre. Se trata de cuatro jóvenes de entre 23 y 27 años domiciliados en Caballito y Flores.
Los sospechosos no solo quedaron procesados por los robos: también fueron acusados de haber violado el artículo 205 del Código Penal que prevé una pena de entre seis meses y dos años de prisión "para quien no cumpla las medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la introducción o propagación de una epidemia", figura que se usa, desde el 20 de marzo pasado, para castigar a quienes infrinjan el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) decretado para enfrentar la pandemia del Covid-19.
Para poder identificar a los sospechosos resultaron clave las cámaras de seguridad de los comercios robados, las imágenes captadas por los domos del gobierno porteño -que permitieron ubicar el auto usado por los delincuentes- y la memoria visual de un oficial de la Policía de la Ciudad que había visto las filmaciones e identificó a los sospechosos cuando salían de la Alcaidía 15, en Chacarita, después de haber sido detenidos por diversas infracciones investigadas en una causa que lleva adelante la Fiscalía en lo Penal, Contravencional y de Faltas N°6.
"En ocasión de recuperar sus libertades desde la Alcaidía 15 de la Policía de la Ciudad, en el marco de aquel expediente judicial, fueron reconocidos por un inspector de la Comisaría Vecinal 11A que había visto con antelación las filmaciones de las cámaras de seguridad de los comercios damnificados, identificándolos como parte de las personas que intervinieron en los hechos perpetrados los días 23, 25 y 28 de mayo pasado, ocurridos en dos supermercados Día y en una estación de servicio YPF", explicó el juez Yadarola en la resolución con la que procesó con prisión preventiva a los sospechosos: Nicolás Escobar, de 25 años; Fernando Scatturice, de 27; Gastón Luciani, de 25, y Elio Ramírez, de 22.
Los casos, uno por uno
El primer hecho que les atribuyó el juez Yadarola ocurrió el 23 de mayo pasado a las 19.30, cuando los sospechosos llegaron en un Honda City blanco al supermercado Día situado en Nazca y Juan B. Justo, Villa Santa Rita; de allí se llevaron un botín de 9297 pesos y, de paso, una botella de vino tinto.
Habían dejado el vehículo estacionado a pocos metros del local, sobre la calle Galicia. "Dos de los delincuentes ingresaron con sus rostros cubiertos con tapabocas, simulando en primer término ser ocasionales clientes del comercio que, por entonces, se hallaba concurrido. Tras tomar diferentes objetos exhibidos a la venta se dirigieron a la línea de cajas, ocasión en la que abordaron al cajero exhibiendo de manera ostensible armas de fuego e incluso llegaron a hacer el movimiento de la corredera [necesario para colocar en la recámara un proyectil en condiciones de tiro] y exigieron la entrega de la recaudación". Con el dinero y el vino robado se fueron rápidamente hacia el auto, donde los esperaba un tercer cómplice.
El segundo robo que les adjudicó el juez Yadarola ocurrió dos días después, el feriado del 25 de mayo, a las 17.15. Fue en otro supermercado Día; en este caso, el que está en Donato Álvarez al 1500, Villa General Mitre. Al igual que en el primer asalto los ladrones dejaron estacionado el mismo Honda City blanco a pocos metros de la escena de los hechos.
Al supermercado ingresaron dos de los ladrones simulando ser clientes. "Luego de que uno de los delincuentes dejara caer de manera intencional algunos elementos exhibidos a la venta, ambos se aproximaron a la línea de cajas y, blandiendo un arma de fuego, exigieron a una empleada la entrega del dinero de las dos cajas registradoras existentes". Se llevaron apenas 5530 pesos. Una vez en el vehículo, escaparon a toda velocidad por la avenida San Martín.
El último robo descripto en la resolución de Yadarola ocurrió en una estación de servicio YPF situada en Avenida Juan B. Justo 5314, también en Villa Santa Rita. Fue otro golpe magro: solo pudieron alzarse con un exiguo botín de 500 pesos, la recaudación que había en el "mini shop" a las 6.30. Esta vez, los ladrones no se movilizaban en el Honda City sino en una moto. Pero, como en las ocasiones anteriores, también se hicieron pasar por clientes.
"Uno de los delincuentes simuló llevar un arma de fuego en la cintura y le exigió la entrega de la recaudación al empleado", explicó Yadarola.
En los allanamientos de los domicilios de los sospechosos la policía encontró el Honda City blanco utilizado en los robos de los supermercados Día y vestimenta similar a la que vestían los ladrones en los asaltos, según la comparación con el registro de las imágenes incorporadas a la causa. Fue en Álvarez Jonte al 1500, cerca de la villa La Carbonilla, en Paternal, donde cayeron Escobar, Scatturice y Luciani el jueves 28 de mayo a la mañana. El restante sospechoso, Ramírez, fue aprehendido el domingo pasado a la noche en su casa, en Neuquén al 2000, a un par de cuadras de la Plaza Irlanda, en Caballito.
"A través de la investigación desarrollada se puso en evidencia que la referida agrupación, y las consecuentes maniobras ilícitas desplegadas en tal contexto, habrían tenido ocurrencia al menos durante el mes de mayo del año 2020 –más allá de destacarse que aún se encuentran en proceso de análisis otras probanzas que darían cuenta de hechos perpetrados con anterioridad a la época señalada–, y que la banda presentaría un alto grado de organización y coordinación para concretar las acciones delictivas en cuestión, más allá de la puntual intervención individual de cada miembro en los episodios desplegados en ese contexto.
Se comprobó entonces que los delitos cometidos en el marco asociativo aludido se vincularían con la sustracción de bienes y dinero a ocasionales víctimas en el interior de locales comerciales, en general perpetrados de manera violenta y mediante la intimidación con armas de fuego", sostuvo en su resolución el juez Yadarola.
El magistrado agregó: "Hay más elementos de prueba que llevan a sostener la intervención de todos los causantes en una verdadera organización criminal dedicada, fundamentalmente, a la concreción de delitos contra la propiedad".
Mensajes de Whatsapp
En la resolución, el juez Yadarola hizo un racconto de los mensajes de WhatsApp recuperados de los teléfonos celulares secuestrados a los sospechosos. El 25 de mayo pasado, el día de uno de los robos, uno de los delincuentes envió un mensaje de voz que decía: "¿Vamos a laburar?". Y como respuesta recibió: "Aparte, una vez que mandemos toda la gente para el fondo tenemos para salir caminando tranquilos, ¿me entendés? Vamos a subirnos al coche y fue".
Un día después, uno de los delincuentes le envió el siguiente mensaje a sus cómplices: "Yo lo que digo, no sé, para mí hay que ir a un local, algo, un local de… no sé… electrodomésticos, celulares, corte llevarle todo, a cara de perro; si no hay plata, no sé… un celular de diez lucas… Con llevar cuatro celulares de diez lucas somos nosotros, o más...". Le respondieron: "Si amigo, pero si hoy queríamos también nos llevábamos todos los teléfonos de todas las personas boludo... Me entendés ... igual venimos haciendo plata: diez lucas, diez lucas, diez lucas… mañana va a estar abierto, va a haber lugares… podemos ir a provincia, también".
El intercambio de mensajes denota la ansiedad de algunos de sus miembros en cuanto a la efectividad de los golpes, en la relación costo/beneficio. Mientras unos defendían la estrategia de la acumulación a partir de la repetición de asaltos, otros proponían cambiar los objetivos para obtener a botines más cuantiosos o, cuanto menos, a bienes más valiosos.
El juez Yadarola les pidió a los funcionarios de la Secretaría de Investigaciones Penales (SIPE), que depende del fiscal José María Campagnoli, que busque en imágenes de cámaras de seguridad y en otros expedientes si los sospechosos a los que procesó participaron de más robos.
"Es factible sostener que la banda presentaría un grado de organización y coordinación suficientes que les permitió el despliegue de tales conductas ilícitas de forma eficaz. Se estableció así la intervención conjunta y alternada de varios de sus miembros y el uso de armas de fuego y de diferentes rodados (al menos un automóvil y una motocicleta), así como la previa selección de los locales comerciales a irrumpir, en los que se verificó una misma modalidad de actuación dentro de los comercios (en general: el ingreso de dos imputados portando cascos o gorras, y con sus rostros cubiertos aprovechando la obligación actual del uso de tapabocas o barbijos, llevando ambos o alguno de ellos un arma de fuego para intimidar a las ocasionales víctimas y evitar cualquier tipo de resistencia) y el uso de algún vehículo para llegar al sitio y, fundamentalmente, para fugar velozmente de la escena", afirmó el magistrado en el auto de procesamiento.
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