La búsqueda de Loan: “No sé qué pasó y dónde está, creo que se lo llevaron”, la indagatoria de uno de los primeros detenidos
Bernardino Antonio Benítez, tío político del niño desaparecido, sostuvo que desconfían de él porque fue el último que vio a su sobrino
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Fue una de las últimas personas que vio a Loan Danilo Peña. También fue uno de los primeros sospechosos en quedar detenido. “No sé qué pasó, dónde está ni quién se lo llevó. De la forma en que lo buscamos, creo que se lo llevaron”, sostuvo Bernardino Antonio Benítez al ser indagado por la jueza federal de Goya, Cristina Elizabeth Pozzer Penzo.
Benítez, de 37 años, es la pareja de Laudelina Peña, tía de Loan y también detenida por el caso que conmueve al país. Ambos están imputados por su presunta participación en el delito de sustracción y/u ocultamiento de un menor de diez años. ¿Con qué fin? La Justicia no lo precisó aún; la trata de personas u otro tipo de explotación humana están en el menú de opciones.
“Desconfían de mí porque fui el último que lo vio; lo dejé de ver cuando estaba con los sobrinos de Ramírez”, afirmó el tío político del niño desaparecido.
Después de almorzar un guiso en la casa de su suegra, Catalina Peña, Benítez, Daniel “Fierrito” Ramírez y su pareja, Mónica del Carmen Millapi, fueron con Loan y otros cinco chicos a juntar frutas a un naranjal situado a unos 600 metros de la propiedad de la abuela, en el paraje Algarrobal.
Fue la última vez que Loan fue visto. En su indagatoria, Benítez sostuvo que fue una sobrina de Ramírez quien advirtió que faltaba un niño.
“‘Tío, tío, falta un chico’, dijo, y ahí nos dimos vuelta a mirar nosotros”, recordó Benítez cuando finalizaba su declaración indagatoria, de la que participaron el fiscal federal de Goya, Mariano de Guzmán, y funcionarios de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex).
Anteanoche, cuando fue indagada, Laudelina Peña puso un manto de sospecha sobre su pareja. “Para mí lo llevaron, no sé quién, pudo haber sido Ramírez, Benítez o Millapi, eran con las tres personas mayores que estaba”, sostuvo la tía de Loan.
En una declaración que hizo cuando todavía no había sido detenida –de madrugada y a cientos de kilómetros de Goya, donde se instruye la causa principal–, la mujer había afirmado que a su sobrino lo había atropellado el capitán de navío retirado Carlos Guido Pérez, otro de los detenidos, cuando manejaba su camioneta Ford Ranger blanca.
Pero en su indagatoria del martes a la noche, Laudelina admitió que había mentido con aquello del arrollamiento, y sostuvo: “No vi que le chocó la camioneta. Pero la camioneta pudo haberlo levantado, si alguien lo llevó y lo entregó. Pudo haber sido Ramírez, Méndez o cualquiera”.
Francisco Amado Méndez, el sospechoso al que se refirió la tía de Loan, es retirado de la Policía de Corrientes y fue detenido ayer por detectives de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina. Será indagado mañana por la jueza Pozzer Penzo.
Un abogado quiere que otro vaya preso
En las últimas horas, el abogado Fernando Burlando, en representación de José Peña y María Luisa Noguera, padres de Loan, volvió a pedir la detención de su colega José Fernández Codazzi, primer letrado que representó a Laudelina Peña en la polémica declaración que la mujer prestó en la ciudad de Corrientes entre el viernes 28 y la madrugada del sábado 29 de junio.
Burlando acusó a Fernández Codazzi de obstaculizar la investigación por la desaparición de Loan. En su declaración indagatoria, Laudelina Peña sostuvo que la versión de que su sobrino había sido atropellado fue una idea de su primer abogado.
“Yo no tuve nada que ver con el accidente, fue tema del abogado que vino a mi casa. Nos amenazó a mí y a mi hija. Fue el 27 a la mañana o 28 a la mañana. Aparece de vuelta diciendo que las dos debíamos ir a declarar. Volvió ese mismo día a la tarde, nos hizo un video donde nos enseñó como tenía que ser la declaración y que si no igual íbamos a quedar presas. Después nos levantó en el coche que andaba con otro hombre barbudo, nos llevó a las dos que teníamos que declarar; en el camino nos dijo que nos llevaba a Corrientes. Después cambió de auto, nos subió a una camioneta. En Corrientes se subió otro hombre gordo, que ‘él iba a arreglar todo’ y nos prometió una casa, una moto y hasta auto. Nos llevó a un alojamiento, custodiados con un personal de civil que dijo ser policía y nos dejó ahí hasta las 2. De ahí nos llevó al Juzgado a declarar [en realidad era la Fiscalía de Investigaciones Complejas del Ministerio Público] provincial, acompañado por los otros dos. Tenía que declarar lo que nos enseñó, yo tenía miedo por mi hija. De ahí declaré, nos llevaron al alojamiento, nos dieron cena, nos tuvieron ahí como secuestrados, el domingo a la noche se armó una cascotería [sic] que nos tuvo que sacar la policía. De ahí nos llevaron a la casa de otro señor, me dieron 50.000 pesos, que ese día que fui a declarar tenía en el bolsillo de la campera que quise darle a la jueza, pero no pude”, sostuvo Laudelina.
En su presentación ante la jueza Pozzer Penzo, Burlando dijo que Fernández Codazzi “no actuó solo, fue acompañado por el senador provincial Diego Pellegrini y con el Poder Judicial provincial”.
“El simple hecho de demorar la medida [la detención de Fernández Codazzi], conlleva una grave denegación y retardo en la administración de justicia y un evidente riesgo para conservar la prueba que podría resultar sustancial para la presente pesquisa, dado que, insistimos, por las influencias descriptas podría volver a entorpecer la investigación, razón por la cual dicha situación justifica que esté detenido durante el proceso”, afirmó Burlando en una presentación de cuatro páginas a la que tuvo acceso LA NACION.
Burlando no solo pidió la detención de Fernández Codazzi. También solicitó que se secuestre su teléfono celular “teniendo en cuenta que la prolongada demora podría llevar a que se borre el contenido del dispositivo, tratándose de una medida de instrucción solicitada hace más de diez días”.
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