La banda que mató al turista usaba tours de compras para disimular sus movimientos
Entraban, robaban y desaparecían como si fueran fantasmas. Sus rostros quedaban grabados por las cámaras de seguridad instaladas en las zonas donde asaltaron a los turistas extranjeros, seguidos desde el aeropuerto de Ezeiza, pero esas caras no figuraban en ninguna base de datos de nuestro país debido a que ingresaron en la Argentina de forma ilegal.
Según fuentes policiales y judiciales, los venezolanos acusados de integrar la banda que mató al turista británico Matthew Gibbard para robarle el reloj y el celular cuando llegaba a un hotel, en Puerto Madero, llegaron a la Argentina luego de pasar por Perú y viajar por Bolivia hasta completar el cruce a la Argentina por un paso clandestino, habitualmente utilizado por contrabandistas. Así eludieron los controles fronterizos y se aprovecharon de una grieta en el sistema de vigilancia de las fronteras para pasar sin que quedara registro de sus fotos.
Desde Orán los venezolanos tomaron un remise hasta San Salvador de Jujuy. Allí abordaron un colectivo que se utiliza para los tours de compras a las ferias irregulares que funcionan en el conurbano. En estos denominados colectivos bagayeros, no se exige que los pasajeros presenten los documentos debido a que son viajes organizados fuera del sistema legal de controles.
Durante casi un mes los investigadores de la Policía de la Ciudad siguieron las pistas de esos espectros a los que no podían ponerle una identidad. Esos malvivientes habían asaltado, por ejemplo, al gerente de una multinacional, el canadiense Craig North; a un turista danés al que le robaron su costoso reloj francés, cuando atacaron el remise en el que viajaba en la bajada Huergo de la autopista 25 de Mayo.
A partir de la investigación delsangriento asalto contra el turista británico Matthew Gibbard, ocurrido el sábado pasado, frente al hotel Faena, de Puerto Madero, los policías determinaron que al menos cinco integrantes de la banda eran de nacionalidad venezolana y que, al menos tres de ellos ingresaron de forma ilegal, luego de cruzar la frontera entre Bermejo, en Bolivia Aguas Blancas, en la Argentina.
Otros dos venezolanos registraron su ingreso en nuestro país, debido a que, según fuentes policiales, necesitaban el certificado de Migraciones para obtener el DNI provisorio que les permitiera comprar los automóviles para concretar los asaltos.
Este fue el caso de Alí José Ramos Ladera quien llegó a la Argentina el 6 de diciembre pasado. Ramos Ladera figuraba como titular de Ford Fiesta rojo que quedó grabado en las cámaras de seguridad instaladas frente al hotel Faena durante el asalto y homicidio del turista Gibbard.
El paso de ese vehículo fue grabado también por las cámaras de seguridad instaladas en la esquina de Teodoro García y Villanueva, en Las Cañitas, cuando dos días antes del ataque a Gibbard, un grupo de delincuentes asaltó a un turista británico, casado con una ciudadana argentina. Aunque los vecinos le cortaron el paso, uno de los motochorros y el conductor del Ford Fiesta rojo lograron escapar con el Rolex Daytona, que le robaron al turista británico.
A partir de a la intervención de los vecinos y de los policías, el segundo ocupante de la moto fue detenido. El sospechoso llevaba una cédula venezolana a nombre de Miguel Aguirre.
Cuando los policías viajaron a Orán, Salta, para capturar a Ángel Eduardo Lozano Azoaje, alias "Cachete", acusado de disparar contra el empresario Gibbard, pidieron los registros de Migraciones de los últimos treinta días y comprobaron que Aguirre y Ramos Ladera ingresaron en la Argentina el 6 de diciembre pasado en el mismo colectivo.
Hoy, según informó la agencia de noticias Télam, durante su declaración indagatoria, Lozano Azoaje negó ser la persona filmada por las cámaras de seguridad de Puerto Madero en el momento del ataque al turista británico.
Hasta el momento, los policías del Grupo de Investigaciones de la Comuna 1 de la Policía de la Ciudad apresaron a ocho supuestos integrantes de la banda que mató al turista británico en Puerto Madero.
Además de Lozano Azoaje, Aguirre y Ramos Ladera, el listado de sospechosos detenidos se completa con Rubén Darío Cañate Lobo, alias "Lepo"; Santiago Izaguire, Miguel Ángel Mansilla; Jorge Alberto Schmidt, José Carlos Manzo Tortolero y Luis José León Lozano.
Según fuentes policiales, Izaguirre, de nacionalidad argentina, aportó dos automóviles Chevrolet Corsa. Uno de esos vehículos aparece en las grabaciones de las cámaras de seguridad del hecho de Puerto Madero. De ese automóvil descendió uno de los dos asaltantes que atacó al turista inglés. Izaguirre, en su defensa, explicó que ambos vehículos eran utilizados para las diversas aplicaciones que se dedican a organizar el transporte privado de pasajeros. Pero, los investigadores comprobaron que esas empresas no registraron actividad de esos vehículos.
Al igual que los automóviles, la célula argentina de la banda aportaba las motos y las armas. Después de robar los costosos relojes, las tablets y los celulares, la banda reducía en el mercado local los elementos sustraídos y giraba el dinero a Venezuela a través de empresas que realizan el servicio de envío de remesas al extranjero. La maniobra aparecía facilitada porque las personas que se presentaban para girar las remesas a Caracas tenían el documento venezolano y no rigen para ellos las restricciones que se aplican para los ciudadanos argentinos.
Con respecto a los marcadores, en un trabajo conjunto realizado por efectivos de la Policía de la Ciudad y Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y supervisado por la jueza de Instrucción Yamile Bernan, se estableció que uno de los delincuentes se instalaba en el sector de arribos de una de las terminales del aeropuerto de Ezeiza. Para no llamar la atención llevaba un cartel con el nombre de un pasajero, una conducta habitual de aquellos que frecuentan ese sector.
Este malviviente elegía el objetivo de la banda. Tomaba como parámetros el reloj, la ropa y los accesorios. Después le pasaba una breve descripción del turista al segundo marcador que recorría la zona de las dársenas donde los pasajeros abordan los remises y los minibuses para que los trasladen a los lugares de alojamiento. Este delincuente aprobaba el blanco elegido por el primer marcador y alertaba al resto de la banda sobre el turista que habían elegido y aportaba una descripción del vehículo en el que viajaba.
A medida que el vehículo en el que viajaba la víctima elegida comenzaba a recorrer la autopista rumbo al centro porteño el resto de la banda distribuidos en el Ford Fiesta rojo, el Chevrolet Corsa y una moto, encapsulaba al rodado con el turista y lo seguía hasta el hotel o hasta el lugar elegido por la banda para concretar el asalto. En el caso de un turista danés, la escena del robo fue la bajada Huergo de la Autopista 25 de Mayo. Esta metodología se repitió en el ataque contra Mathew Gibbard, el sábado pasado.
A partir del seguimiento con las cámaras de seguridad de los vehículos utilizados en el homicidio de Gibbard, los investigadores llegaron a establecer las identidades de los titulares de esos rodados. Así, establecieron que cada automóvil tenía un dueño y al menos cuatro cédulas azules otorgadas para conducir dicho rodado. Además, uno de los titulares de esas cédulas azules figuraba , de forma cruzada, como dueño de otro de los automóviles usados en robos anteriores.
De esta forma, los investigadores obtuvieron 17 direcciones correspondientes a los domicilios de esos titulares de las cédulas azules y dueños de los vehículos. El domingo pasado, los efectivos de la Policía de la Ciudad realizaron 18 allanamientos en esos domicilios. El inmueble incorporado a último momento al listado de allanamientos correspondía a una pensión en Ciudadela, en la que, distribuidos en tres piezas, se habían instalado los venezolanos.
A esa pensión llegaron los malvivientes el sábado pasado, una hora después de matar al turista británico en Puerto Madero, tomaron todos los objetos de valor que tenían y huyeron. Al llegar a la pensión y ver a los policías, la novia de Cachete les pidió que no mataran a su pareja. Dijo que era inocente y que los delincuentes eran los que ocupaban una pieza vecina. En ese momento, uno de los policías le pidió a la joven que le mostrara la foto de su novio para poder identificarlo en caso de que se lo cruzaran. Al comparar la imagen de Facebook con el rostro del ladrón que le disparó al turista Gibbard, los investigadores no dudaron: el asesino y el novio de la joven eran la misma persona.
Así, los policías solicitaron el pedido de captura del sospechoso que había abordado un ómnibus rumbo a la ciudad de Güemes, en Salta. Para comprar el pasaje el acusado tuvo que presentar su cédula venezolana. En este caso el ladrón no pudo esperar el micro trucho que utilizó para llegar a Buenos Aires. Necesita escaparse y llegar a la frontera con Bolivia para volver a desaparecer como un fantasma. Al llegar a Salta, alertados por los efectivos de la Policía de la Ciudad, un grupo de uniformados de la Gendarmería apresó a Cachete.
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