La banda de la Frontier: condenaron a los falsos turistas chilenos que robaron 16 camionetas 4x4 en 35 días
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) porteño N°1 fijó penas de hasta cuatro años y tres meses de prisión para 12 delincuentes
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Habían llegado a la Argentina desde Chile como turistas. Pero en realidad eran ladrones y vinieron a robar vehículos. En solo 35 días se apoderaron de 16 camionetas 4x4 estacionadas en la vía pública en los barrios de Saavedra, Villa Devoto, Monte Castro, Villa Real, La Boca, Mataderos, Caballito y Villa Luro. La operatoria de la organización criminal tenía una peculiaridad: los vehículos sustraídos siempre fueron de la misma marca y modelo: Nissan Frontier. En las últimas horas, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) porteño N°1 condenó a penas de hasta cuatro años y tres meses de prisión a 12 delincuentes.
La “banda de la Frontier”, como se conoció a la organización criminal e integradada por 11 ciudadanos chilenos y uno argentino, actuó entre el 1 de junio y el 5 de julio del año, hasta que sus integrantes fueron detenidos después de una investigación que incluyó, por parte de detectives de la Policía de la Ciudad, el análisis de las imágenes de 2200 cámaras de seguridad.
“Al localizar un vehículo de su interés -tarea que en ocasiones estaba a cargo de las mujeres que integraban la organización-, detenían la marcha, desconectaban la bocina para evitar la activación de la alarma sonora, forzaban una cerradura o quebraban el vidrio de una puerta para ingresar al habitáculo y encendían el motor valiéndose de algún dispositivo tecnológico. Luego se fugaban, uno de los miembros conduciendo el vehículo sustraído y los demás, en el o los vehículos de apoyo. Posteriormente, los vehículos sustraídos eran trasladados hasta Misiones (enteros o ensamblando partes de distintos vehículos) con las patentes reemplazadas por otras correspondientes a vehículos que no registraban impedimentos. Concretamente, las camionetas eran cruzadas a Brasil, con el claro propósito de hacer efectivo el aprovechamiento económico de las unidades que trasladaba”, según surge del expediente judicial al que tuvo acceso LA NACION.
Las penas impuestas por el juez Luis Salas, tras un juicio abreviado. En el debate, el Ministerio Público Fiscal estuvo a cargo de la auxiliar fiscal Alejandra Dellagiustina.
“Los 12 imputados realizaron un acuerdo de voluntades con el fin de crear una asociación con fines delictivos, más precisamente para la sustracción de camionetas Nissan Frontier estacionadas en la vía pública. Sumado a ello, se vislumbra una organización estable, en donde los encausados fueron ingresando al país de forma escalonada, conectándose unos con otros y hasta utilizaron un par de vehículos de apoyo para cometer los distintos ilícitos”, sostuvo el magistrado en la sentencia, a la que tuvo acceso LA NACION.
En la etapa de instrucción, la investigación estuvo a cargo del fiscal José María Campagnoli y su equipo de colaboradores. El juez de primera instancia, que procesó a los sospechosos, fue Alberto Baños [ahora jubilado] e intervino la Sala I de la Cámara del Crimen, integrada por los jueces Mariano Scotto y Pablo Lucero.
Dos detalles llamaron la atención. Por un lado, una camioneta 4x4 fue sustraída dos veces del mismo lugar: Arias al 4400, en Saavedra. El primer robo ocurrió el 16 de junio pasado a las 3.30. La Frontier fue hallada en el estacionamiento del bingo de Lomas del Mirador, en La Matanza, donde la banda la había dejado para “enfriarla”, tal como se denomina en la jerga del hampa al tiempo que un vehículo robado es dejado estacionado en algún lugar para saber si es rastreado a partir de la información del GPS. Cinco días después, entre las 0.10 y las 4, los delincuentes la volvieron a sustraer. En tanto, por la Nissan sustraída el 20 de junio a la 1.07, en Montiel al 2300, en Mataderos, la organización criminal le exigió a su propietario un millón y medio de pesos para devolvérsela.
Llama rápidamente la atención que todos los hechos tuvieron como objetivo camionetas Nissan Frontier, vehículos que estaban estacionados en la vía pública. Los robos se concretaron en horas de la noche y, primordialmente, de la madrugada. Además, al situarlos espacialmente se advierte que, salvo alguna excepción, las camionetas fueron sustraídas en puntos que garantizaran la salida rápida de la ciudad de Buenos Aires hacia el conurbano”, sostuvo el juez Baños a la hora de fundamentar los procesamientos.
Según se desprende del expediente judicial, para elegir su “objetivo”, la banda criminal recorría las calles de la ciudad en una camioneta Hyundai Tucson, con chapa patente chilena, a nombre de uno de los sospechosos detenidos, y, en algunas ocasiones, en un Chevrolet Prisma Joy que habían alquilado.
“Al localizar un vehículo de su interés, tarea que en ocasiones estaba a cargo de las mujeres que integran la organización, detenían la marcha, desconectaban la bocina para evitar la activación de la alarma sonora, forzaban una cerradura o quebraban el vidrio de una puerta para ingresar, y encendían el motor de la camioneta valiéndose de algún dispositivo tecnológico, para luego darse a la fuga”, explicó el juez Baños en la citada resolución.
El dispositivo tecnológico al que hizo referencia el magistrado era una llave genérica con una nueva frecuencia asignada. “Uno de los delincuentes manipulaba la computadora de a bordo, denominada On Board Diagnostic (OBD) y le asignaba la frecuencia de arranque correspondiente a la llave genérica utilizada”, explicaron fuentes de la Policía de la Ciudad.
Voceros judiciales resaltaron el trabajo hecho por el personal de la División Extracción y Análisis de Imágenes de la Policía de la Ciudad, conducida por la comisaria Laura Malventano. “Los detectives policiales hicieron un trabajo espectacular al analizar las filmaciones que permitieron identificar a los sospechosos”, explicaron los voceros consultados.
En la investigación que permitió identificar y detener a sospechosos también participaron detectives de la División Sustracción Automotores y Autopartes de la Policía de la Ciudad.
Un detective judicial explicó a LA NACION que durante la investigación se logró acreditar que la banda “enfriaba” las camionetas robadas en zona oeste del conurbano y, si no lograban ser recuperadas antes por sus dueños o por la policía, las trasladaban hacia Paraguay con documentación apócrifa. Cruzaban la frontera por Misiones.
Es más, según informó el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, personal de la Aduana impidió en Misiones que una de las camionetas robadas en la ciudad de Buenos Aires cruzara la frontera hacia Paraguay cuando detectó irregularidades en la documentación del vehículo. El conductor de la 4x4 era una persona con antecedentes por narcotráfico.
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