La banda de la cuarentena: el secuestrador al que las víctimas identificaron por sus orejas grandes y su mirada
Maximiliano Frechero fue procesado con prisión preventiva; integraba una organización criminal que entre marzo y octubre de 2020 tuvo cautivas a seis víctimas y se hizo de un botín millonario
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Ernesto. F. fue víctima de la banda de la cuarentena, una organización criminal que entre marzo y octubre de 2020, momento de un riguroso aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) dispuesto por el gobierno nacional para combatir el Covid-19, protagonizó, al menos, seis secuestros extorsivos. El hombre fue secuestrado en Ituzaingó y liberado en Morón, a pesar de que su mujer no llegó a pagar los 500.000 pesos que le exigían como rescate. A F., los delincuentes le robaron una mochila con $100.000 y una notebook. Cuando los investigadores del caso le mostraron una fotografía de Maximiliano Frechero, uno de los sospechosos, no lo dudó y afirmó: “Es muy parecido en cuanto a la redondez de su cara, su color de piel, el pelo corto y morocho. También me llamaron la atención sus orejas grandes. Es el sujeto que en todo momento estuvo conmigo”.
Facundo L. estuvo cautivo dos horas y media en junio de 2020, hasta que su familia pagó un rescate de $1.300.000; a la víctima también le robaron su camioneta Toyota Hilux. “En especial quiero destacar el tipo de mirada [del secuestrador] porque la tengo muy presente. Además, lo reconozco por la estructura de la cabeza grande, el pelo corto y oscuro. Fue el sujeto que se bajó a buscar el pago del rescate”, sostuvo L. en referencia a Frechero cuando hizo una identificación fotográfica.
Frechero, de 28 años, fue el último integrante de la banda de la cuarentena detenido. Fue apresado hace dos semanas por detectives de la Policía Federal Argentina (PFA) en Merlo. Fue capturado cuando intentó huir de su domicilio, al que los detectives llegaron al cabo de tareas de inteligencia y escuchas telefónicas. En el operativo fueron secuestrados una pistola, dos cargadores, 222 balas de calibre 9 milímetros (algunas de ellas, recubiertas con Teflón), pasamontañas, un chaleco antibalas, celulares, 52.680 pesos, 94 dólares, un auto con la patente cambiada y una licencia de conducir apócrifa (con la foto del imputado, pero el nombre de otra persona).
En las últimas horas, Frechero fue procesado con prisión preventiva por el juez federal de Morón Jorge Rodríguez. Sus cómplices están a la espera del juicio oral y público, debate que estará a cargo del Tribunal Oral Federal (TOF) N°3 de San Martín. En la investigación, el Ministerio Público estuvo representado por el fiscal federal de Hurlingham, Santiago Marquevich, y el ayudante fiscal Ignacio Rueda.
“La mecánica [de actuación de los sospechosos] fue fruto de una aceitada coordinación entre los integrantes de la asociación ilícita, pudiendo identificarse, a grandes rasgos, dos células o subgrupos dentro de ella: un subgrupo de personas que podría ser denominado el ‘brazo ejecutor’ de la comunidad, es decir, los individuos que cometían de propia mano los delitos, y un segundo subgrupo cuya función era la de brindar apoyo a los ‘ejecutores’, adulterando los automotores robados, falsificando su documentación (tras lo cual estos rodados eran reutilizados para cometer nuevos delitos o bien eran vendidos), guardando y ocultando los vehículos en cuestión”, explicó el magistrado en el procesamiento de Frechero, al que tuvo acceso LA NACION.
El primer secuestro que se le adjudica a “la banda de la cuarentena” ocurrió en marzo de 2020. La víctima, capturada cuando circulaba en un Mini Cooper por Haedo, partido de Morón, estuvo cautiva en un vehículo 90 minutos hasta que su socio pagó un rescate de 6400 dólares y 3000 pesos en Ramos Mejía, La Matanza.
El 7 de mayo de 2020, los captores secuestraron a Ernesto F., la víctima que reconoció a Frechero por sus orejas “grandes”. Doce días después hubo otro hecho donde la esposa de la víctima (liberada en cercanías del estadio de Deportivo Morón) pagó un rescate de 7000 dólares y 40.000.
El cuarto hecho que se le adjudica a la organización criminal fue el que tuvo como víctima a Facundo L. y ocurrió el 24 de junio de 2020. Estuvo cautivo dos horas y media. Como se dijo, se pagó un rescate de 1.300.000 de pesos para que el empresario fuese liberado.
La quinta víctima de la banda de la cuarentena fue Fernando M., quien fue secuestrado el 11 de agosto de 2020 y liberado después de que sus allegados pagaran 30.000 dólares. Por este hecho, Frechero recibió la falta de mérito.
Por el sexto secuestro, ocurrido en octubre 2020 en Haedo, Morón, la banda no llegó a cobrar rescate porque la esposa de Joaquín V. les aseguró a los delincuentes que no tenía el dinero que le exigían. La víctima, entonces, fue liberada, pero le robaron su camioneta Volkswagen Tiguan.
“La materialidad de los hechos ilícitos investigados en autos fue comprobada a raíz de las distintas declaraciones de las víctimas y del personal policial actuante, de los registros de llamadas y capturas de pantalla, como así también de las videograbaciones de las calles por donde circularon los vehículos con las víctimas en cautiverio”, habían sostenido Marquevich y Rueda en el dictamen donde pidieron el juicio para los cómplices de Frechero.
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