La abogada argentina que sabía demasiado
En noviembre pasado fue ejecutada la defensora de un jefe del Comando Vermelho
PEDRO JUAN CABALLERO, Paraguay (De un enviado especial).-En un segundo los tiros hicieron crujir la aparente calma de Pedro Juan Caballero. Eso ocurrió el 12 de noviembre pasado, cuando sicarios acribillaron de 15 tiros a la abogada argentina Laura Casuso, una mujer que había cruzado los límites de su profesión y se movía en un complejo equilibrio entre los grupos mafiosos que defendía.
Los investigadores creen que su ejecución se debió a que Casuso ya no era una simple defensora de narcos, sino que según se sospecha "administraba" las fortunas del capo narco Jarvis Chimenes Pavao, quien fue extraditado a Brasil en diciembre de 2017.
"Tenía mucha información y tras la extradición de Jarvis a Brasil su existencia era riesgosa para el resto de la organización", contó a la nacion una fuente de la investigación.
"Ella pagaba los rescates de droga en la Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay, cuando había operativos de las fuerzas de seguridad", confió la fuente para remarcar la importancia que la abogada argentina había alcanzado dentro de esa organización criminal que tenía aquí uno de sus centros de mando.
A su vez, como señalan quienes conocen bien la vida oculta en Pedro Juan Caballero, la abogada Casuso había empezado a jugar a dos puntas tras la caída Jarvis, el hombre fuerte que la habría introducido en los secretos financieros de esa banda narcocriminal.
La abogada argentina, por entonces, defendía a la facción de otro verdadero peso pesado del narcotráfico, el líder del Comando Vermelho Marcelo Pinheiro Vega, alias Piloto, recordó el subcomisario Pedro Lemes.
Casuso, oriunda de Resistencia, Chaco, estaba asentada en Paraguay desde hacía más de 20 años.
Tras la caída de Jarvis, la abogada decidió mudar su estudio de abogados a Pontá Porá, la ciudad brasileña limítrofe con Pedro Juan Caballero. En la Justicia le habían dado una advertencia. Casuso supo que hacía más de un año tenía a sicarios tras sus pasos, por eso se movía casi diariamente con chaleco antibalas y camionetas blindadas.
El ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Arnaldo Giuzzio, declaró a los medios paraguayos, tras el crimen de la letrada, que "el entrar [como defensa de un narco] es ser una esposa metálica. Apenas uno pretende salir o que no obtenga resultados puede generar una reacción parecida a este caso".
La caída de Jarvis en 2009, uno de los traficantes más poderosos de Pedro Juan Caballero, llevó a que la geografía local del poder narco se reacomodara. No pasó mucho tiempo hasta el surgimiento de un nuevo jefe.
Como si fuera el efecto de una hidra, como señalan los especialistas en crimen organizado, el lugar de Jarvis fue ocupado por otro peso pesado, Thiago Ximenes, alias Matrix, quien se fugó el 20 de agosto de 2013 de la cárcel de Ezeiza, Buenos Aires, junto con 46 internos que construyeron un túnel.
Fue capturado por Interpol el 14 de junio de 2014 en Ciudad del Este, cuando intentó robar un camión de caudales. Matrix, uno de los jefes máximos del Primer Comando Capital (PCC), se volvió a fugar de un cuartel paraguayo y fue recapturado cerca de Villa Ygatymí, en el departamento de Canindeyú, frontera con Brasil. Según la Justicia paraguaya, la Argentina desistió de pedir la extradición de Matrix por "cuestiones de seguridad".
El narco de PCC fue entregado finalmente a Brasil el 11 de marzo pasado en la zona de Ciudad del Este. Paraguay también se quiso sacar de encima a un criminal especialista en fugas que representa un riesgo latente en cualquier centro penitenciario.
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