Juicio por jurados contra once policías por el homicidio de un trabajador durante un operativo en Virrey del Pino
Tres de los efectivos de la UTOI que enfrentan el proceso admitieron haber disparado al piso y afirman que fue un homicidio culposo; la víctima estaba desarmada y tenía tres hijos
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Esteban Bellido tenía 39 años, era padre de tres hijos y trabajaba en una distribuidora de gaseosas en Virrey del Pino cuando fue a protestar por la inacción de la policía ante las denuncias contra un grupo de narcotraficantes que se había instalado en un terreno tomado.
El 31 de octubre del año pasado, un grupo de efectivos llegó hasta el predio en el que los narcos vendían droga e intentaron desalojar a los traficantes. Pero los policías de la UTOI abrieron fuego contra los manifestantes. Uno de los balazos mató al trabajador.
Según consta en el informe de la autopsia, Bellido murió a causa de una “hemorragia aguda secundaria provocada por las lesiones causadas por el paso del proyectil”. A partir de la investigación encarada por el Ministerio Público Fiscal se determinó que a Bellido le dispararon por la espalda y que el proyectil no fue encontrado.
En las últimas horas, la Justicia fijó la fecha de inicio para el juicio oral por el asesinato de Bellido, en el que serán juzgados los once policías bonaerenses que participaron en el operativo. Entre los uniformados que serán sometidos al juicio por jurados figuran los efectivos que dispararon contra Bellido y los que encubrieron a los autores del homicidio.
El debate será dirigido por el juez del Tribunal Oral N°5 de La Matanza Matías Deane, que aceptó el requerimiento presentado por el fiscal Carlos Arribas, y dispuso la elevación del sumario a la etapa de debate. De los once policías imputados, tres serán juzgados como presuntos coautores del “homicidio agravado por haber sido cometido por un miembro de la fuerza de seguridad y por el uso de arma de fuego”.
Los policías que se desempeñaban en la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) y están señalados como quiénes dispararon fueron identificados por fuentes judiciales como Kevin Vallejos, Nicolás Torres y Maximiliano Villalva. Están detenidos en un penal del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
Los tres policías, que aceptaron declarar, manifestaron que dispararon porque hubo una agresión previa y que nunca tiraron a matar. “Los disparos fueron dirigidos al piso. En todo caso, se tratará de un homicidio culposo”, indicó uno de los letrados que defiende a los uniformados.
En sus declaraciones, los policías afirmaron que la escena del crimen fue modificada por la gente que rodeó el lugar cuando encontraron el cuerpo de Bellido y que alguna de esas personas se habría llevado un arma. Durante la investigación realizada por los funcionarios del Ministerio Público de La Matanza y por los peritos de la Gendarmería se determinó que la víctima estaba desarmada.
El hecho de brutalidad policial ocurrió a tres cuadras del descampado donde funcionaban dos puestos de venta de droga. Esas construcciones de madera, lona y bolsas, fueron incendiadas por los vecinos en medio de una protesta en la que exigieron presencia policial en el barrio para frenar la ola de delitos y para expulsar a los narcos.
A Bellido lo mataron casi seis meses después del asesinato del chofer la línea 620, Daniel Barrientos. Ambos homicidios ocurrieron en el barrio Vernazza, de Virrey del Pino. En la misma localidad fueron asesinados otros dos colectiveros, en los últimos cinco años. A Leandro Alcaraz y Pablo Flores los mataron entre los kilómetros 35 y 41 de la Ruta 3. Alcaraz fue asesinado cuando llegaba a la parada situada en el cruce de Santiago Bueras y Concordia, del barrio San Pedro. A la altura del kilómetro 35 de la ruta 3. Le dispararon dos balazos en el tórax y otro en el cráneo.
El 1 de octubre de 2020 fue asesinado Pablo Flores. Lo mataron cuando conducía el interno 75 de la línea 218, de la empresa Almafuerte, en la esquina de San Javier y Bacigaluppi, cerca del kilómetro 38 de la ruta 3.
Barrientos fue asesinado en el barrio Vernazza, en la esquina de Cullen y Escribano, a la altura del kilómetro 41 de la ruta 3. Lo mataron cuando conducía el interno 87 de la línea 620. Quedó en medio de un tiroteo entre dos delincuentes que asaltaron a los pasajeros y un oficial de la Policía de la Ciudad que viajaba en dicha unidad.
Tanto Virrey del Pino como Rafael Castillo, en el partido de La Matanza constituyen una de las zonas más conflictivas por la cantidad de homicidios que se registran en dichas localidades. Semejante sucesión de hechos de violencia está asociada a la instalación de numerosos puestos de venta de droga en ese sector del partido más populoso de la provincia de Buenos Aires.
Con respecto a los otros ocho policías acusados por el homicidio de Bellido, el Ministerio Público de La Matanza, los consideró presuntos responsables de “violación de los deberes del funcionario público en concurso ideal con encubrimiento agravado por tratarse el hecho precedente de un delito especialmente grave y por ser funcionario público”.
Durante la investigación realizada por el fiscal Arribas se habría determinado “que los efectivos del grupo UTOI llegaron a bordo de varias patrullas a la intersección de las calles Padre Mujica y Alborada y abusando de su función o cargo al ser miembros integrantes de una fuerza policial, efectuaron varios disparos de arma de fuego contra Bellido con la intención de causar la muerte”.
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