Empieza el juicio a una abogada por el asesinato de su cliente, el ‘ingeniero narco’ del caso Bobinas Blancas”
Se trata de Julieta Bonanno, que era la defensora de Rodrigo Alexander Naged Ramírez; este colombiano nacionalizado mexicano y su hijo, John Naged Aguilar, fueron asesinados por un sicario en el departamento donde vivían, en Belgrano
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Pasó de ser testigo clave de un doble homicidio a ser considerada partícipe primordial del plan criminal. La abogada Julieta Bonanno comenzará a ser juzgada hoy por los asesinatos de su cliente Rodrigo Alexander Naged Ramírez, a quien defendía en la denominada causa conocida como Bobinas Blancas, uno de los mayores intentos de contrabando de cocaína de la Argentina, y del hijo del narco, John Naged Aguilar. Las víctimas fueron acribilladas en junio de 2018, en el departamento donde vivían, en Belgrano. La letrada está acusada de ser coautora de los asesinatos.
El debate, que se realizará por medio de la plataforma Zoom, comenzará hoy a las 9 y estará a cargo del Tribunal Oral Federal (TOF) Nº8 porteño, que preside la jueza María Gabriela López Iñiguez y completan los magistrados Nicolás Toselli y Sabrina Namer. El Ministerio Público estará representado por el fiscal Marcelo Colombo.
El juicio se demoró casi un año. La fecha original para su comienzo era el 19 de marzo del año pasado, pero se suspendió como consecuencia de las medidas preventivas dispuestas para prevenir el Covid-19 y eso lo postergó hasta ahora.
Las víctimas fueron asesinadas a balazos por al menos un sicario la noche del 4 de junio de 2018, en el departamento que alquilaban en el 10º piso de un edificio de Cabildo al 2600, en Belgrano.
Bonanno era la abogada de Naged Ramírez, un colombiano nacionalizado mexicano, de 59 años, que había estado preso durante la investigación del caso Bobinas Blancas: el intento de contrabando a Europa de dos toneladas de cocaína ocultas en bobinas de acero.
Naged Ramírez había sido procesado con prisión preventiva por el juez federal de Campana Adrián González Charvay, pero quedó exceptuado provisionalmente del proceso luego de haber sufrido un ACV que le dejó graves problemas de salud y que le impedía, en términos legales, comprender en el proceso penal en su contra la criminalidad de los actos que se le atribuían.
“A efectos de su consumación [el doble crimen], al ser una persona de extrema confianza de los Naged y en virtud de un plan aparentemente acordado en forma previa, Bonanno al menos habría facilitado el ingreso al domicilio [de las víctimas] del sujeto o de uno de los sujetos que les quitaron la vida”, había sostenido en el requerimiento de elevación a juicio el fiscal federal de Campana, Sebastián Bringas.
Naged Ramírez había llegado a la Argentina el 12 de mayo de 2017. Nacido en Tolima y nacionalizado mexicano, llegó a Buenos Aires como una pieza clave de una organización narcocriminal que pretendía traficar dos toneladas de cocaína ocultas en bobinas de acero. Él fue, para los investigadores, uno de los “ingenieros” que conocía la metodología para que la droga no fuese descubierta por los escáneres con los que se controlan las cargas en puerto, según habían explicado en su momento fuentes de la investigación.
Primero se alojó en un hotel cuatro estrellas del barrio de San Nicolás. Pronto se mudó a un departamento en Olga Cossettini al 1100, en Puerto Madero. Después, con otros dos sospechosos que llegaron a Ezeiza el mismo día que él, viajó a Bahía Blanca para verificar trabajos en un galpón del Parque Industrial donde estaban las bobinas utilizadas para ocultar la cocaína.
Un mes y seis días después de haber llegado a la Argentina fue detenido en el departamento de Puerto Madero.
En el momento de su detención, a Naged Ramírez le secuestraron 50.980 dólares, 60.794 pesos y 8480 pesos mexicanos, además de siete teléfonos celulares.
“Reportes de inteligencia ubican a Naged Ramírez desde hace mucho tiempo envuelto en actividades de drogas. Se indicó que resulta responsable del envío de grandes cantidades de cocaína desde Colombia a distintas partes del mundo. Asimismo se lo había sindicado como coordinador de vuelos clandestinos de transporte de drogas y vinculado con carteles de narcotráfico de México, sin perjuicio de que no registraba arrestos”, había sostenido el juez González Charvay en julio de 2017, cuando procesó a los sospechosos del caso Bobinas Blancas.
La droga fue descubierta el 18 de junio de 2017. En Bahía Blanca fueron hallados 1500 kilos de cocaína, acondicionados dentro de gigantescas bobinas de acero. Otros 500 kilos fueron secuestrados en Luján de Cuyo, Mendoza.
Hace seis días, en Bahía Blanca, comenzó el juicio por Bobinas Blancas. Seis de los acusados, tres de ellos de nacionalidad mexicana, admitieron haber participado en la operación de narcotráfico.
El rol Bonanno
El día del doble homicidio fue Bonanno quien llamó al número de emergencias 911 para pedir auxilio. Cuando la policía ingresó en el departamento de Belgrano y descubrió los cuerpos acribillados, la abogada explicó que las víctimas habían sido ejecutadas por un asesino que, a los gritos, había preguntado dónde estaban el dinero y la droga.
Relató que el sicario solo le dijo “con vos no es la cosa”, y la encerró en el lavadero, desde donde oyó las detonaciones.
“Fue justamente la estrecha relación que unía a Bonanno con los Naged lo que le permitió conocer y aportar datos esenciales que aseguraron la forma en la que se llevaron a cabo los homicidios”, había explicado González Charvay en su resolución.
Aún resta identificar al coautor de los homicidios, el sicario que ingresó en el edificio en el mismo momento en que lo hizo Bonanno, según los registros de las cámaras de seguridad. Las víctimas fueron asesinadas con una pistola calibre nueve milímetros.
"Los homicidas planearon el crimen de tal modo que no hubiera testigos ajenos, cometiéndolo en la soledad de la vivienda de las víctimas, que no podían imaginar lo que ocurriría. Esta situación no fue casualidad, formó parte del plan previo urdido para matarlos a traición, impidiéndoles de ese modo ser socorridos y/o que pudieran ejercer alguna defensa para evitar el ataque mortal que segó sus vidas"
Adrián González Charvay - Juez federal de Campana
Según los peritajes, a John Naged le apoyaron el arma en la cabeza. En cambio, la lesión que presentaba el cuerpo de su padre “era consistente con una distancia de disparo de 10 a 30 centímetros”.
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