Juicio por Dalmasso. El viudo le respondió al “perejil”, que ayer lo complicó con su declaración
Gastón Zárate, que trabajó como pintor en la casa de la víctima en los días previos al crimen, contó que tras una discusión en la que se habló de una “separación” y en la que Nora le reclamaba algo, Marcelo Macarrón le dijo a ella: “todo esto se va a acabar”; viudo lo trató de “embustero”
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CÓRDOBA.- La nueva semana del juicio por el crimen de Nora Dalmasso en Río Cuarto arrancó con un cruce entre el apodado “el Perejil” -un albañil que estuvo imputado como presunto asesino- y Marcelo Macarrón, quien es juzgado como supuesto autor intelectual del crimen. Gastón Zárate declaró y el viudo, quien pidió la palabra para responderle: “Es un embustero total”, le lanzó.
“Lo único que yo escuché es lo que siempre voy a repetir. Un día antes que él (Macarrón) se fuera (a Punta del Este) los escuché discutiendo. Y él le decía que ‘todo esto se iba a acabar’”, declaró Zárate ante el tribunal. También aseguró que el primer abogado del viudo, Daniel Lacase, y la Policía le “armaron la causa”.
El fiscal Julio Rivero le preguntó si sabía por qué discutían. “No sé bien. Creo que se querían separar o algo así. Ella le reclamaba algo y él le decía que todo esto se iba a acabar”, fue la respuesta.
Además, Zárate se sumó a los testigos que ya mencionaron al exabogado y vocero de Macarrón, Daniel Lacase, como responsable, junto con “los policías” como responsables de armarle “la causa para que me metan preso”. En ese momento era Rafael Sosa, el responsable del equipo policial afectado a la investigación. Ante la policía, Carlos Curiotti, que trabajaba con Zárate en la obra, firmó una declaración en la que afirmaba que su compañero le había confesado que él había matado a Nora, después de trepar por la ventana a la planta alta de la casa de la víctima, en Villa Golf.
“Empezaron a visitarme los policías Orozco, Rafael Sosa y otro más, y me decían que Curiotti había matado a la señora y que tenía que ir uno de nosotros preso, porque tenían pruebas de que habíamos sido nosotros los que habíamos matado a la señora”, indicó ante los camaristas y los jurados populares.
Macarrón, quien como imputado puede pedir hablar cuando desee, afirmó que el día al que Zárate hizo referencia él tuvo cirugías para realizar y que después -como hacía siempre- durmió la siesta hasta alrededor de las 16, mientras que su esposa lo hacía hasta las 17.
Respecto de la afirmación del albañil de que había escuchado la supuesta pelea porque las ventanas de la habitación de arriba -donde él estaba- no tenían vidrios, el viudo sostuvo que sí había cristales, porque si no se hubiera mojado el piso de madera. Afirmó que no discutió con su mujer y calificó a Zárate de “embustero total”.
Antecedentes
En febrero de 2007, tres meses después del crimen de Dalmasso, el pintor fue detenido e imputado de los delitos de “violación y homicidio”. La medida fue a requerimiento del terceto de fiscales que entonces tenía a cargo la investigación, integrado por Javier Di Santo, Fernando Moine y Marcelo Hidalgo. Cuatro años después, en marzo de 2011, Zárate fue sobreseído.
La detención del obrero generó una fuerte reacción social que se trasladó a las calles para pedir por su libertad, reclamo que concluyó con su liberación tras unas 12 horas de encierro. A partir de entonces se lo conoce como “el perejil”.
Macarrón es juzgado por “homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal”, un delito que contempla la pena de prisión perpetua. Dalmasso fue asesinada entre las 20 del 24 de noviembre de 2006 y las 3.15 del 25, cuando el viudo se encontraba en un torneo de golf en Punta del Este que terminó ganando.
El atacante la mató utilizando “el cinto de toalla de la bata de baño que se encontraba en la habitación” y luego “ordenó la escena con la finalidad de simular un hecho de índole sexual, tras lo cual se retiró del lugar, sin dejar rastro alguno de su persona”.
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