Juicio en Dolores: testigos coincidieron en señalar a Thomsen como el más violento del grupo que atacó por sorpresa a Fernando Báez Sosa
La brutalidad del mortal ataque fue expuesta nuevamente en las declaraciones de la cuarta jornada de audiencias por el homicidio en Villa Gesell
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DOLORES.- El horror del ataque a Fernando Báez Sosa quebró emocionalmente a todos los que fueron testigos de la brutal golpiza esa madrugada del 18 de enero de 2020. Ese sentimiento se expuso una y otra vez frente al Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores, que juzga a los ocho imputados por el homicidio cometido en Villa Gesell. Anteayer había llorado Alejandro Muñoz, jefe de seguridad del boliche Le Brique, al recordar las imágenes que observó desde la vereda de enfrente al lugar donde era pateado el joven de 19 años. Y ayer el dolor contenido en otras declaraciones volvió a llenar la sala en la que se realizó la cuarta jornada del debate oral.
“Se aseguraron de que no se levantara. Fue golpear hasta que no se levantara más. Nunca había visto a tantas personas golpear a una sola”, aseguró el kiosquero Sebastián Saldaño ante los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari. Sus palabras fueron parte de las 11 declaraciones que se escucharon ayer en el tribunal que juzga por el delito de homicidio doblemente agravado a Luciano Pertossi, de 21 años; Ciro Pertossi, de 22; Lucas Pertossi, de 23; Ayrton Viollaz, de 23; Máximo Thomsen, de 23; Enzo Comelli, de 22; Matías Benicelli, de 23, y Blas Cinalli, de 21.
El kiosquero no dudó en señalar, al igual que lo había hecho en la rueda de reconocimiento durante la instrucción de la causa, a Thomsen como el autor de la última patada.
Ese acusado también fue identificado por otro de los testigos que declararon ayer. Tomás Bidonde sostuvo que vio cuando Thomsen le pegó a la víctima “dos puntinazos” en la cabeza cuando ya estaba en el piso, y apuntó a Ciro Pertossi, otro de los imputados, como uno de los agresores que golpeó a Báez Sosa “en la espalda y costado” .
“Cuando lo veo de frente, está pegando, golpeando al chico que después fallece, y recuerdo que ya casi al final le pega dos patadas en la cabeza, como puntinazos, y después recuerdo que lo agarra de la cabeza y le vuelve a dar dos o tres patadas”, dijo Bidonde, en directa referencia Thomsen.
Si bien todavía no dieron sus testimonios los peritos que trabajaron con las pruebas y con los rastros hallados en el cuerpo de la víctima, las declaraciones de Saldaño y Bidonde sustentarían uno de los elementos de la acusación: en el rostro de Báez Sosa quedó la huella de una zapatilla, que al ser analizada se determinó que correspondía a la marca Cyclone, secuestrada al ser detenidos los acusados y cuyo talle correspondería al usado por Thomsen.
En los próximos días llegará el turno de aquellos que hicieron la evaluación científica de las pruebas, ayer fue el momento las declaraciones de quienes observaron de cerca el ataque. Y en ese aspecto, uno de los testimonios más desgarradores fue el de la joven que le hizo maniobras de RCP a Fernando Báez Sosa: “Le sostenía la cabeza y le decía que por favor se quede conmigo”, comentó Virginia Pérez Antonelli.
En el momento del asesinato tenía 17 años. Había realizado cursos de la Cruz Roja sobre técnicas de resucitación cardiopulmonar y brindó toda la ayuda que puedo en ese instante de desesperación, contó que incluso orientó a los policías que colaboraron en las maniobras de RCP.
“Había dos personas mínimo pegándole mientras él [por Fernando] se trataba de levantar. Cuando me percaté de la situación ya se habían ido corriendo y ahí fue cuando empecé a ver mucha gente alrededor. Me acerqué con otro chico y le tomé el pulso. Como no tenía, le empezamos a practicar (RCP) El chico se fue, pero llegaron dos o tres policías. Como hacer RCP cansa mucho y yo soy muy menudita, yo los iba instruyendo con mi voz para que lo hicieran ellos. Mientras tanto, yo le sostenía la cabeza a Fernando y le decía que por favor se quede conmigo”, declaró la joven en uno de los mensajes más conmovedores de la audiencia.
La joven mostró, además, ante el tribunal una imagen que mantiene en su celular, en la que se ve sus manos con la sangre de Báez Sosa, al que había luchado por salvar. Al terminar su declaración, se abrazó con los padres de la víctima, Silvino Báez y Graciela Sosa, que siguieron cada testimonio, tal como hacen desde el pasado lunes, en el comienzo del juicio.
Una extraña reacción
Al igual que otros testigos, Pérez Antonelli habló luego con la prensa y reveló en ese momento un detalle de lo sucedido con los imputados cuando se pasó a un cuarto intermedio luego de escuchar sus palabras: “Les pude ver las caras de asco que tenían. El primero que salió me miró y me hizo un gestito. Creo que fue uno de los Pertossi. Un gestito con la boca. No lo podía creer y le dije qué hijo de puta”.
Las reacciones en la cara de los imputados se pudieron ver ayer por primera vez, ya que decidieron no llevar los barbijos que cubrían sus rostros en las anteriores audiencias. Todos se mantienen en silencio, tal como hicieron durante la etapa de instrucción, cuando sus únicas declaraciones apuntaron a cuestionar a los funcionarios judiciales que investigaron el caso.
Los acusados no escucharon la carta pública que uno de los testigos tuvo intención de leer cuando estuvo en la sala de audiencia. Los jueces advirtieron al taxista Marcelo Acevedo que solo podía contar lo que vio esa madrugada. Recordó entonces el testigo haber escuchado a uno de los agresores gritar: “Negro de mierda, ahora que estamos afuera, por qué no me decís lo que me decías adentro”.
Al salir, entregó a la prensa el mensaje que había intentado transmitir ante el tribunal: “Hoy es tarde para pedir perdón, sí, pero todavía están a tiempo de mostrar valentía y aliviar su alma porque su cuerpo y mente deben estar consumidos. Fue una salvajada. Aún tomados o alcoholizados, todos sabemos que una patada en la cabeza puede costar la vida. Fernando no recibió una, sino varias, y eso lo vi”.
Por su parte, Tatiana Caro dijo que escuchó a Lucas Pertossi decir la frase: “Quedate tranquila que a este negro de mierda me lo voy a llevar de trofeo”.
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