Juicio por el crimen de Báez Sosa. Juan Pedro Guarino llegó a los tribunales y dijo: “Justicia por Fernando”
El joven, que quedó sobreseído junto a Alejo Milanesi, arribó a Dolores y aseguró que colaborará con la causa; está obligado a decir la verdad
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LA NACION
Juan Pedro Guarino será un testigo clave de esta audiencia número 11 ya que vacacionaba con el grupo de acusados en Villa Gesell cuando ocurrió el crimen de Fernando Báez Sosa, estuvo preso junto a ellos y luego quedó sobreseído, por lo que fue excarcelado. Esta mañana, al arribar a los tribunales de Dolores, el joven sostuvo: “Justicia por Fernando”.
Escoltado por un oficial de la Policía y seguido de atrás por su padre, Guarino -vestido de chomba azul y pantalón de jean- arribó a la sede del Tribunal Oral Federal (TOF) N° 1 a las 8.32 de este lunes. En un corto diálogo con los medios cuando ingresaba a la audiencia, el testigo sostuvo: “Vengo a ayudar, justicia por Fernando”.
Minutos después se presentó en los tribunales federales Alejo Milanesi, el otro joven que quedó sobreseído en este expediente, también amigo de los imputados y quien fue detenido en su momento por estar con ellos en la vivienda donde paraban en la costa. De gorra y gafas negras, Milanesi se limitó a decir, en una línea similar a la de Guarino: “Vengo a declarar para que se haga justicia”.
Los dos fueron liberados el mismo día, el 10 de febrero de 2020, casi un mes después del homicidio de Báez Sosa en el exterior del boliche Le Brique, que se produjo la madrugada del 18 de enero de ese año. La Justicia consideró que no había pruebas contra ellos para mantenerlos detenidos. Sin hacer declaraciones, Guarino y Milanesi se retiraron aquella vez del penal de Dolores, cuando tenían 19 y 20 años respectivamente. Salieron de allí junto a quien era su abogado, Tomei, que todavía representa a los ocho imputados y que se los llevó en su camioneta Jeep Grand Cherokee.
Hoy los dos tienen la obligación de decir la verdad, ya que son citados como testigos. Sin embargo, con sus dichos podrían incriminar a sus amigos o autoincriminarse, lo que obligaría a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 a suspender sus testimonios, debido a que nadie está obligado a declarar contra sí mismo.
El fiscal de la causa, Juan Manuel Dávila, explicó esta mañana cuando llegó a Dolores en cuanto a ambos jóvenes: “No se ha desprendido de la causa que estuvieran activamente en el ataque. Un sobreseimiento tiene efecto de cosa juzgada, por el mismo hecho no pueden ser imputados”.
Entonces, detalló que, en caso de que se produjera un falso testimonio, como en cualquier carátula se debería iniciar un expediente por separado. “Son un testigo más, son testigos muy importantes, sobreseídos, que estuvieron en el lugar. Hay que ver qué dicen ellos. Cuando uno declara está obligado a decir verdad, vamos a ver qué declaran. Vamos a ver respetuosamente qué surge de su testimonio”, marcó Dávila.
Está previsto que también pasen por la sede judicial seis personas más. Entre ellas, otro relato importante será el de Tomás Colazzo, también amigo de los imputados y quien fue señalado como el “sospechoso número 11″ por el abogado de la familia de Báez Sosa, Fernando Burlando. Este caso es diferente al de Guarino y Milanesi, ya que Colazzo nunca fue parte de la causa. Tampoco quedó detenido, debido a que no paraba en el mismo hospedaje que los acusados.
Además, estarán hoy en Dolores tres amigos de Blas Cinalli. Ellos son Santino Franco Massagli, José Aníbal Leguiza y Juan Ignacio Neme Correa, con quienes intercambió mensajes por WhtasApp tras el asesinato. Por último, declararán las madres de Máximo Thomsen y de Blas Cinalli, Rosalía Zárate y María Paula Cinalli.
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