Investigan la muerte de una mujer en la celda de una comisaría puntana
Florencia Magalí Morales tenía muchas razones para volver a su casa ese domingo. La más importante de todas: el cuidado de sus dos hijos y de su nieta. Los dejó con una vecina y prometió que no tardaría demasiado. Luego de ser detenida por incumplir el aislamiento obligatorio apareció ahorcada en la comisaría de Santa Rosa de Conlara, San Luis. La familia rechaza la versión del suicidio y denuncia una cadena de negligencias. "Ya no es solo la policía, que, en principio, tuvo una participación sospechosa, sino también del resto que pudo haber encubierto", advierten.
El 5 de este mes, Florencia, de 39 años, salió de su casa poco después de las 9. Según la información aportada por el Juzgado de Instrucción Penal del Departamento Junín, a las 9.30 unos policías que estaban en el cruce de Santa Rosa de Lima y Rivadavia la vieron circular en bicicleta a contramano y le pidieron que se detuviera. Florencia desobedeció y se dirigió a la comisaría 25», donde se le requirió el documento. No lo tenía, pero igual se constató que incumplía la disposición del gobierno puntano, que permitía salir según la terminación del número de DNI. El de Florencia era impar y ese domingo no podía estar afuera. Siguiendo el relato oficial, al enterarse de que quedaría demorada, Florencia intentó "fugarse", lo que motivó un "forcejeo" hasta que los efectivos lograron "reducirla".
"Esa es la primera desprolijidad. Lo que se había instalado era que Florencia fue detenida en la calle, pero según la instrucción de la propia policía ella se presentó espontáneamente en la comisaría. Esto coincide con los dichos de la familia, que aseguran que ella tenía una relación de mucha confianza con uno de los policías, que habría ido a verlo y que en ese momento quedó detenida", explica Santiago Calderón Salomón, representante legal de los Morales en este caso.
Según la policía, tras el forcejeo, Florencia fue trasladada al hospital de Santa Rosa y "tras ser atendida por el médico de turno se continuó con las diligencias del caso".
Para el abogado, ahí hay otro claroscuro. "Pedimos que se libre un oficio al hospital. Si se confirma que Florencia estaba descontrolada, como dijo la policía, los médicos tendrían que haberla tratado y no devuelto a la comisaría. Y si estaba estable, eso contradeciría los dichos de los agentes. Los médicos conocían su historia clínica porque allí ella hacía su tratamiento psiquiátrico".
A las 19.30 de ese domingo, el comisario Heraldo Clavero avisó por teléfono al juzgado que Florencia "se habría suicidado en la celda en la que se encontraba alojada". El parte oficial detalló que la mujer "tenía asido a su cuello un cordón (posiblemente de la capucha del buzo que vestía) atado en el otro extremo a la bisagra superior de la puerta enteriza de madera de la celda". La autopsia determinó, escuetamente, que se trató de una asfixia mecánica, con un tiempo inferior a las tres horas de conocido el hecho. No detalló cómo se produjo.
Sin motivos
Florencia era madre sola de tres hijos. Los dos menores, de 11 y 7, vivían con ella. También tenía la custodia de su nieta, de 3. Fue víctima de violencia de género y con la ayuda de un tratamiento médico intentaba superar las secuelas.
"No quiero que la muerte de mi hermana quede en el olvido como un caso más. Nunca se hubiera matado, tenía mil razones para vivir, empezando por las tres criaturas que dejó. Yo hablé el día anterior con ella y hasta proyectaba hacer un viaje con toda la familia. No voy a permitir que lo quieran pintar como un suicidio. Vamos a luchar para que se sepa la verdad", avisa Celeste Morales, quien desde Mendoza asumió el reclamo judicial y se hizo cargo de los tres niños.
Los resultados del informe toxicológico concluyeron que la víctima no había tomado la medicación prescripta, pese a que la vecina dijo que se la había acercado a la comisaría. Tampoco surgió que haya ingerido alcohol o cocaína, aunque pudo haber fumado marihuana.
"Al tener a toda su familia en Mendoza, la relación más cercana que tenía Florencia en San Luis era con su vecina, quien además del clonazepam le llevó abrigo y comida. El novio de Florencia también le dejó un buzo, pero él jura que no tenía cordón. El informe policial dice que se requisó toda la ropa y que se sacó lo que podría ser un riesgo. Evidentemente no se hizo o alguien está mintiendo", se queja Salomón.
El abogado de los Morales ya solicitó la exhumación del cuerpo y la realización de una nueva autopsia.
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