Investigan a una secta argentina que buscaba trasladar a los Estados Unidos su método de negocios ilegales
Se realizaron 50 allanamientos y fueron detenidos 19 sospechosos
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Prometían la cura del VIH y de adicciones a las drogas. Realizaban curas de sueño para sanar enfermedades, pero, en realidad, esas promesas constituían la puerta de entrada a una secta que funcionaba en nuestro país y había extendido sus redes a los Estados Unidos.
A partir de cincuenta allanamientos realizados por efectivos del Departamento Trata de Personas de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal, fueron detenidos 19 sospechosos, acusados de formar parte de la secta. Hay activas otras cinco órdenes de captura en esta caso.
Todos los arrestados serán indagados en las próximas horas por el juez federal Ariel Lijo y la fiscal Alejandra Mangano. Los 19 sospechosos fueron acusados de su presunta responsabilidad en los delitos de trata de personas con fines de reducción a la servidumbre, agravado por coerción, hurto agravado, lavado de activos, asociación ilícita, ejercicio ilegal de la medicina, expendio irregular de medicamentos y tráfico de influencias .
Según fuentes de la investigación, entre los sospechosos apresados figura el supuesto de líder de la secta, que habría sido identificado como Juan Percorwicz, quien se hacía llamar como “El Maestro” o “Ángel. Él aparece por encima de todos en el organigrama de la secta.
Debajo suyo, en el nivel 6 de la pirámide aparecen sus lugartenientes, que se hacían llamar “Apóstoles”; luego, en el nivel 5, los denominados “Genios”; mientras que el nivel 4, estaba formado por los “Alumnos”. En la base de la pirámide aparecían, en los niveles 3, 2 y 1, aquellos que en la secta llamaban “Humanos comunes”.
La investigación se realizó en forma conjunta con funcionarios del Bureau of Diplomatic Security de la Embajada de los Estados Unidos, que aportaron información sobre supuestas actividades ilegales en ese país. A partir de una serie de escuchas telefónicas, se pudo establecer que la organización tenía como objetivo instalarse en los Estados Unidos. Para tal fin, planeaban comprar un edificio valuado US$1.500.000. Esos fondos estarían depositados en una cuenta radicada en ese país, con la que lavaban dinero.
Otra de las actividades delictivas la llevan a cabo a través del “sexo”. Utilizaban a sus “alumnas” para la captación de personas de alto nivel económico que desarrollaban una actividad influyente que les podía servir para comprar propiedades o blanquear dinero. En los allanamientos se decomisaron alrededor de US$500.000.
Fuentes de la investigación indicaron que la organización estaría integrada por 170 personas aproximadamente en la Argentina y los Estados Unidos, que aportaban una cuota mensual en divisas extranjeras, la que denominan “ceremonial”.
A ellos se sumaban 1500 “alumnos captados”, por los integrantes de la secta a los que les cobraban por lo que denominaban capacitaciones “evolutivas”, clases de lectura y distintas jornadas dirigidas a organismos estatales, provinciales o municipales y consejos profesionales.
Entre los detenidos figura un campeón mundial de magia. Según fuentes de la investigación, el sospechoso habría sido identificado como Carlos Walter Barragán, de 60 años, quien en la primera década de este siglo presentaba sus espectáculos en teatros de la avenida Corrientes.
En mayo pasado, los líderes de una secta de similares características recibieron penas de 25 años de prisión.
Los responsables de esa organización criminal que reducía a servidumbre, explotaba laboralmente a sus fieles e incluso abusaba sexualmente de algunos de ellos recibieron en Mar del Plata condenas de hasta 25 años de prisión y resarcimientos económicos a las víctimas de hasta 30 millones de pesos.
Desde el Ministerio Público Fiscal, representado por el fiscal capitalino Fabián Céliz y el local Carlos Fioriti, se han reclamado penas de hasta 40 años de cárcel en indemnizaciones por más de 60 millones de pesos para los diez damnificados.
Se resolvió la pena de 25 años de cárcel para Cristina Capossiello, esposa de Eduardo Nicosia, el fallecido líder de la secta. Se la consideró coautora del delito de trata de personas, bajo modalidad de captación y acogimiento con fines de explotación laboral y reducción a la servidumbre agravado en perjuicio de cuatro víctimas; participante en cuatro hechos de violación reiterada agravada y coautora del delito de alterar documentación personal de un menor.
Esa organización delictiva funcionaba en el Hotel City, en zona centro de Mar del Plata, donde bajo el formato de un instituto de yogui se acercaba a decena de personas a las que luego se los captaba. Una vez en esas filas se los reducía a la servidumbre y se los obligaba a entregar su bienes a los responsables del grupo.
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