Inusual fachada. Utilizaban el aeródromo de un lujoso country para trasladar cientos de kilos de cocaína
Fueron decomisadas tres avionetas y entre los detenidos figuran ciudadanos colombianos que controlaban los vuelos ilegales
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ROSARIO.-Desde hace casi una década en la zona de islas que está frente a Puerto Gaboto y Oliveros, en Santa Fe, sobre el río Paraná, había penetrado entre los pobladores una especie de leyenda que hablaba de que allí había “un aeródromo narco”. No era una simple sugestión de los lugareños, que percibían un tráfico de avionetas que no tenía explicación en el humedal.
Incluso, los guías de pesca detectaron en 2019 que una camioneta Toyota Hilux, color gris plomo, había quedado abandonada en el medio de la isla, camuflada entre los sauces y timbó. La gente de la zona la fue desmantelando y hoy queda sólo el chasis. Estos mitos, tan frecuentes en las conversaciones con los habitantes de Puerto Gaboto, Maciel y Oliveros, localidades ubicadas a unos 50 kilómetros al norte de Rosario, se hicieron realidad esta semana, luego de que una investigación desplegada por la Procuraduría de Narcocriminalidad detectó que en un country muy lujoso de la zona, donde también se juega al golf, funcionaba una pista de aterrizaje de avionetas que traían cocaína desde Paraguay y Bolivia.
Camuflados por el lujo del barrio cerrado, que además posee una vegetación tupida y eucaliptus gigantes, esta organización narco montó un hangar al costado de la pista clandestina para acopiar la droga y las avionetas. No está claro aún si la droga que provenía de Bolivia y Paraguay formaba parte luego de envíos a Europa, África o Asia de cargamentos que salen de los puertos de la región.
En un allanamiento que realizó Gendarmería Nacional, tras realizar extensas tareas de inteligencia, decomisaron en Campo Timbó tres avionetas, un remolcador, vehículos, armas de fuego, dinero en efectivo, dispositivos tecnológicos y documentación relevante para la causa. Fueron detenidas diez personas, entre ellas, un grupo de colombianos que realizaba tareas vinculadas a los vuelos.
El lugar utilizado para que aterrizaran las aeronaves era el Country & Golf Campo Timbó en el límite entre Timbúes y Oliveros, un lugar donde conviven residencias de lujo con un paisaje litoraleño muy cuidado, donde la paz y tranquilidad siempre fue el principal atributo para los inversores. Ese era el lugar utilizado por los detenidos para descargar la cocaína con la excusa de “ver campos” y en el que en distintas ocasiones el hangar donde se acopiaba la droga permanecería cerrado, lo que resultaba llamativo por tratarse de un sitio descampado que incluso contaba con seguridad propia y cámaras de vigilancia.
Los efectivos detuvieron, por orden del juzgado federal N° 3, a cargo de Carlos Alberto Vera Barros, a cuatro ciudadanos de nacionalidad colombiana. Luego se realizaron allanamientos de otras 38 propiedades en la provincia de Santa Fe, donde se produjo el decomiso de tres avionetas con matrículas y banderas adulteradas, 25 vehículos, dos motos, 68 teléfonos celulares, cinco armas de fuego, $5.000.000, US$39.000 dólares estadounidenses, 18 computadoras, entre otros elementos y documentación de interés para la causa. En total diez personas quedaron detenidas. A través de peritajes de microaspirado se detectó que en las aeronaves se transportaba cocaína que provenía de Paraguay y también de Bolivia.
Esta causa comenzó de forma trágica. El 24 de agosto de 2020 tres gendarmes estaban apostados en un utilitario en inmediaciones de Cañada de Gómez, en el medio de un campo donde presumían que aterrizaban avionetas con droga o se producían bombardeos, es decir, que arrojaban bolsas con estupefacientes en los campos que después eran recolectados. Los gendarmes vieron una avioneta que volaba en la zona y siguieron la aeronave. Se encontraron con dos camionetas que hacían lo mismo. Eran los narcos que esperaban que la avioneta arrojara la droga. Comenzó una persecución y una de los vehículos tumbó. Dentro de una Toyota Hilux murieron Mauricio Santos, de 37 años, y Guillermo José Díaz, de 56. El único sobreviviente fue el conductor, un hombre de 30 años de Rosario. La avioneta levantó vuelo y nunca más se supo nada. Pero en los teléfonos de los fallecidos empezaron a aparecer contactos y sospechas de que se trataba de una organización que recibía cocaína que venía del exterior.
La justicia determinó luego que se trataba de “una organización ilícita cuya estructura consolidada de lavado de activos, y la creación de empresas fantasmas de exportación de granos, les permitiría adquirir aeronaves para realizar vuelos clandestinos y transportar estupefacientes desde Santa Fe hacia distintos puntos del territorio argentino, como así también su exportación hacia Europa por la hidrovía”.
“La investigación llevada a cabo permitió corroborar el vínculo con los dueños de un country (que actuarían como testaferros) ubicado en la localidad de Oliveros, lugar que cuenta con un aeródromo privado”, señaló un comunicado del Ministerio de Seguridad de la Nación.
Carlos Garnero, uno de los principales accionistas de Campo Timbó, productor agropecuario de la zona, negó que sea “testaferro” de este grupo criminal, en diálogo con FM Horizonte de San Lorenzo. El empresario explicó que alquiló la pista de aterrizaje, que se encuentra a unos 1200 metros del country, que se había construido hace tiempo. “Hay un montón de desprolijidades en esta causa”, apuntó Garnero, que explicó que alquiló la pista a un grupo empresarial que pretendía instalar “una escuela de vuelo”.
“Vino esta gente, con buena presencia. Parecían más buenos que el Padre Ignacio. Me alquilaron la pista hace unos meses. El contrato era por 30 años. Iban a pagar un equivalente por seis hectáreas con quintales de soja. El objeto de la pista era escuela de vuelo, taxi aéreo, que luego esto último se cayó por los trámites. El hangar se terminó hace muy poco, porque hicieron todo muy rápido”, sostuvo Garnero, quien admitió que los propietarios “están preocupados por todo lo que pasó”.
En la investigación se detectó a través de escuchas telefónicas que quienes montaron el hangar y tenían un nodo de acopio de cocaína en la zona de Campo Timbó también manejaban otras pistas en varias provincias, como Santiago del Estero. J.C., uno de los involucrados, se lo comentó a uno de los socios el 15 de septiembre pasado, cuando los efectivos de Gendarmería que realizaban tareas de inteligencia observaron una avioneta aterrizar en la pista de Campo Timbo. “Ayer lo cargamos con 580 kilos”, dijo J.C. En la causa esta frase se vinculada a un posible traslado de droga y que debió volar de noche.
“Hay que unos viajes más y después ya nos dan las vacaciones”, advirtió el supuesto narco, que dijo algo que coincide con lo manifestado por el dueño del country. “Con los dos bichos (las avionetas) vamos a poner un servicio de taxis para empresas, para todas partes. Disfrazamos un poco esto … al margen de facturar para disfrazar un poco la historia”, apuntó.
La hipótesis de los investigadores es que “esta estructura criminal habría operado, al menos, desde el mes de agosto de 2020 hasta la actualidad, período en el que sus integrantes habrían llevado a cabo una actividad en miras a obtener el rédito por el desplazamiento comercial de la droga”.
Esta banda, de acuerdo a la investigación, “obtendría la cocaína y lo ingresaría a este país mediante el uso de aeronaves livianas que sobrevolarían diferentes sectores del territorio nacional, principalmente campos ubicados en las cercanías de la localidad de Rosario, para descargar o arrojar desde el aire, a baja altura, los cargamentos de estupefaciente, para ser cargados en diversos automotores y continuar con la cadena de comercialización de los estupefacientes”.
A la par de la actividad puramente vinculada al narcotráfico, los investigadores señalaron que esta organización “intervendría en diferentes actividades comerciales lícitas para ingresar el dinero o los bienes provenientes del narcotráfico, con el objeto de darles apariencia lícita y lograr su reutilización”.
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