Intuición, decisión y palazos. Así rescató la pareja de panaderos a la víctima de la violación grupal en Palermo Soho
La escena fue grabada con un celular por un vecino; el marido de la comerciante increpó a los jóvenes que tenían a la chica dentro del auto; su esposa también se defendió a golpes
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Antes de que los efectivos de la Comisaría Vecinal 14A de la Policía de la Ciudad llegaran hasta Serrano entre Cabrera y Niceto Vega para atender la denuncia por una violación grupal hecha al 911 por una panadera de la cuadra, ella y su marido habían decidido no esperar y actuar para salvar a la chica que, como ellos mismos habían verificado con sus propios ojos, era sometida sexualmente por varios jóvenes dentro de un Volkswagen Gol blanco estacionado.
Otro vecino de la cuadra registró, con su celular, el momento en el que Orlando Ibarra, el esposo de Natalia Duarte, la comerciante que advirtió el ultraje y llamó a la policía, increpa a los abusadores y, con un palo de escoba en la mano y una decisión sin freno, los saca a los golpes del auto, para poder rescatar a la joven de 20 años que estaba a merced del grupo de violadores.
La propia Natalia contó ayer que desde el ventanal de su local habían advertido la situación anómala, de un auto en el que parecía que había una pareja que mantenía relaciones sexuales, aunque pronto notaron que había más personas y que algo no iba bien. Esa intuición los llevó a salir a la vereda a ver qué pasaba, y fue así que comprobaron el acto flagrante.
“Vimos que había muchas personas, que no eran solo dos, y entonces notamos que había una mujer fuera de sí, que cerraba los ojos y tiraba manotazos como para defenderse. Ahí vimos cómo un hombre la estaba ultrajando”, señaló. Y agregó: “Después, otro de los abusadores, de remera verde, la agarró de los pelos y la llevó para que le practicara sexo oral, y en el asiento de atrás había dos hombres más que la manoseaban”.
Ese joven de remera verde sería Lautaro Ciongo Pasotti, uno de los seis imputados que serán indagados desde este mediodía por el juez porteño Marcos Andrés Fernández.
Al tomar conciencia de lo que ocurría, la mujer llamó al 911 y alertó a las autoridades. Sin embargo, contó que la Policía demoró varios minutos en llegar, por lo que decidió ayudar a la víctima junto a su pareja.
“No nos pareció y fuimos a defenderla. Entonces, nos empezaron a pegar a mi marido y a mí. Nos defendimos con palos de escoba, como pudimos, pero ellos no se fueron. La tironeaban del brazo y se la estaban llevando cuando llegó la policía. Fue horrible”, aseguró.
En las imágenes de video se ve que el hombre arremete contra los jóvenes, que bajan a la chica del auto, aparentemente para sacarla de la escena, comprometedora para ellos. Luego, otro de los sospechosos -sería Ramón Ángel Pascual- intenta llevársela del lugar.
“No quedaba otra que meterse. No había tiempo. Justo cuando mi esposa llamó a la policía, un conocido de la zona que estaba en frente se acercó a ver qué pasaba y los dos pibes que hacían campana afuera del auto lo rodearon. Así que agarré el palo de la escoba y salí. Y ahí nos peleamos. Después paró un toque, salió la chica del auto, y ahí, cuando ella salió, empezó la segunda pelea”.
“No escuché gritos, la chica no gritaba, no tenía ni fuerzas para gritar. Los cuatro jóvenes también estaban con los pantalones bajos, empezaron a insultarnos y nos quisieron agredir. También le pegaron a un vecino que con un teléfono celular quiso registrar lo que estaba pasando, para que exista una prueba de lo que habíamos visto. A ese vecino lo dejaron ensangrentado, tirado en el piso”, contó la testigo, quien agregó que “todos abusaron de ella, eran como animales”.
Gracias a la acción de Natalia y Osvaldo -y de otro panadero de la zona, que también intervino y terminó ensangrentado por un golpe- tres de los abusadores fueron retenidos en el lugar; otros dos, que habían logrado irse, fueron atrapados rápidamente por la policía gracias a que los vecinos indicaron hacia dónde había ido. El restante quedó lesionado, se escapó y entró a pedir ayuda a La Fernetería, un local situado a mitad de cuadra, sobre Serrano, entre Cabrera y Niceto Vega. Pero los vecinos lo siguieron y les dijeron a los dueños del local que ese joven estaba defendiendo a unos que estaban abusando de una chica y lo entregaron a la policía.
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