Interna de narcos y barras. Una facción de Los Monos tramó el ataque contra el supermercado del suegro de Messi y cometió cinco crímenes
La Justicia determinó que la balacera contra el local del padre de Antonella Rocuzzo se organizó en el penal de Rawson
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ROSARIO.-”Messi te estamos esperando”, fue el cartel amenazante que dejaron dos jóvenes, que tenían guantes de látex en sus manos, tras disparar a las 2.53 de la madrugada el 2 de marzo pasado contra el supermercado de José Roccuzzo, suegro del capitán de la selección nacional. El hecho generó una fuerte repercusión, incluso mundial, además movilizó un refuerzo de agentes federales a Rosario, donde la violencia narco no da tregua, con 145 homicidios en lo que va de este año.
Tras una investigación que se extendió por cuatro meses, la Fiscalía de Rosario terminó de definir quiénes estaban detrás de este atentado y también de una serie de crímenes relacionados entre sí. Lo que unía todos los casos, eran los protagonistas, miembros de la banda de Los Monos, que pretendían generar “conmoción” en medio de una interna violenta dentro de la barra de Newell’s por una deuda de 60.000 dólares.
Las facciones encabezadas por Eric Mansini y Leandro Vilchez, presos en Rawson, junto con el ideólogo de los ataques y los crímenes, Pablo Nicolás Camino, querían vengarse de gente cercana a Ariel “Guille” Cantero, a los que le reclamaban una deuda. En el penal de Rawson se secuestraron decenas de celulares y se detectaron irregularidades en el control de los reclusos. Fue allí, a más de 1400 kilómetros de Rosario, donde se tramó todo.
Como sabían que enfrentarían esta acusación en la Justicia, Los Monos hicieron una exhibición de poder el sábado pasado, durante la despedida de Maximiliano Rodríguez. Sabían que la atención estaría centrada en el Coloso del Parque porque en la cancha estaba la máxima figura del fútbol mundial: Lionel Messi. Guille Cantero salió a respaldar a sus protegidos, quienes aparecían referenciados con un pollo y un toro en la bandera.
En el momento en el que los jugadores de la selección, entre los que se encontraba Messi, posaban para los fotógrafos a sus espaldas, en la tribuna sur, apareció una bandera de más de 40 metros con los dibujos de tres animales: un mono con lentes (en referencia a Ariel Cantero, líder de Los Monos); un pollo, que aludía a Leandro Vinardi; y un toro, por Carlos Escobar, los tres máximos referentes de la barra, a los que los presos de Rawson querían perjudicar. La bandera tenía un texto con la que la banda narco quiso exponer un mensaje de unidad: “Nosotros estamos más allá de todos”. Dos días después la policía allanó el estadio y, como era de esperar, no encontró esa gigantesca bandera de más de 40 metros.
En las dos audiencias que se realizaron en el Centro de Justicia Penal, durante el jueves y el viernes, el equipo de la fiscalía, integrado por las unidades de Criminalidad Organizada y Balaceras, describió paso a paso cuáles fueron los crímenes que cometió una facción de la banda para dejar expuesta una grieta dentro de la barra. Las escuchas telefónicas de los presos que pertenecen a Los Monos, que están detenidos en las cárceles de Rawson, Ezeiza y Marcos Paz, dejan claro que detrás de la sangre que corrió durante tres meses había un interés económico: una deuda impaga de 60.000 dólares por un cargamento de cocaína. Camino, Mansini y Vilchez reclamaban el dinero.
Los fiscales señalaron que desde el penal federal de Rawson Pablo Nicolás Camino, sicario de relevancia dentro de la banda, fue quien planeó el ataque al supermercado del suegro de Messi. El fiscal Franco Carbone expuso que con ese atentado a un familiar del astro futbolístico Los Monos buscaron “infundir temor e intimidar a los habitantes de la ciudad”. La balacera contra el supermercado, de acuerdo al funcionario, se enmarcó “en una serie de ataques armados y hechos violentos que tuvieron por objeto perjudicar los negocios formales e informales realizados por los integrantes de la barra brava de Newell’s”.
En la investigación detectaron que la pistola que se usó el 2 de marzo pasado para atacar al supermercado de Roccuzzo, padre de Antonela, esposa de Messi, se había utilizado en otro atentado, que ocurrió el 19 de febrero. Ese día, sicarios de Los Monos dispararon con esa arma contra un carrito de comidas rápidas que pertenecía a Agustín “Tato” Leguizamón, integrante de la barra que se había alejado de Los Monos, quien se encuentra preso en la cárcel de Piñero.
El fiscal Matías Edery delineó que los ataques, sobre todo el que llevaron adelante contra el suegro de Messi, buscaban “tener una fuerte repercusión” y pretendían que fueran visibles para que lo “conociera la organización antagónica. Esto generó homicidios y balaceras, en las que se dejaban carteles pasándose mensajes entre ellos”.
El 1° de febrero dos jóvenes en moto dispararon contra la comisaría 26 de Villa Gobernador Gálvez, cercana a Rosario, donde dejaron carteles que ya habían aparecido en otros lugares, en los que nombraban a Vinardi. Ese día un cartel similar, casi con el mismo texto, apareció en el cadáver de un joven Lorenzo Altamirano, que fue raptado al azar en la calle y luego asesinado a metros del estadio de Newell’s. Los fiscales definieron que el único objetivo fue usar el cuerpo de este artista callejero como “envase” para pasar un mensaje hacia dentro de la barra del club. Los familiares de Jimi se movilizaron esta semana a los tribunales para reclamar justicia. No quieren que quede “como un caso más”.
En esta trama también ocurrieron otros crímenes, que fueron ideados por Camino desde el penal de Rawson. Entre ellos, el de Jorge Gustavo Maturano, a quien dos sicarios ejecutaron en su casa el 20 de febrero. Al otro día, el preso desde la Patagonia ordenó a otros soldaditos que dispararan contra los familiares de Maturana que estaban en su velorio. Y así ocurrió. Jóvenes en un auto pasaron con una ametralladora y tiraron a mansalva contra la gente que estaba en la puerta de la sala velatoria. Seis personas resultaron gravemente heridas y Pablo Sebastián Latorre falleció.
El 28 de febrero, según la Justicia, Camino ordenó matar a un hombre cercano a Tato Leguizamón, que estaba vinculado a Vinardi, uno de los capos de Los Monos en la barra. La víctima elegida fue Benjamín Echavarría, a quien llevaron en una camioneta para dejar un mensaje en la casa de Leguizamón, y luego lo mataron de nueve balazos. Algo similar ocurrió con Wilson Daniel Perdomo Silveira, a quien también acribillaron por estar relacionado con esa facción de la barra de Newell’s.
Mientras se investiga esa interna de narcos y barras, sigue la ola de crímenes aquí. Ayer mataron a una mujer, identificada como Elizabeth Silvina Santa María, de 31 años, que fue baleada por sicarios.
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