Integró la superbanda del Gordo Valor, estuvo preso 16 años y ahora cayó por robar $35 millones
Julio Jorge Cordero, de 54 años, había salido de la cárcel de Magdalena en abril de 2022; en las últimas horas fue procesado con prisión preventiva y se le trabó un embargo millonario sobre sus bienes
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Integró la mítica superbanda, la organización criminal liderada por Luis Valor, más conocido como El Gordo y Héctor Luis Sosa Aguirre, apodado La Garza, recordada por asaltos a camiones blindados y bancos. En 2008, Julio Jorge Cordero fue condenado a la pena de 16 años de cárcel por homicidio, amenazas agravadas por arma, violación de domicilio y uso de documento falso. Estuvo en la cárcel hasta abril de 2022. Recuperó la libertad desde el penal bonaerense de Magdalena. Quince meses después, volvió a estar tras las rejas. Ahora fue procesado con prisión preventiva por un robo de $35 millones a una empresa de transporte.
Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales. Según una investigación policial y judicial, Cordero, de 54 años y apodado El Loco Murdock, por uno de los personajes de la recordada serie de TV Brigada A, fue uno de los dos ladrones que, el 4 de junio pasado, a punta de pistola, ingresaron en Expreso Maipú, firma que funciona en el Centro de Transferencias de Cargas (CTC) de Villa Soldati, en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires.
Se trató de un robo “entregado” por un empleado infiel, quien “facilitó el acceso e informó dónde estaba la recaudación”, según consta en el expediente judicial al que tuvo acceso LA NACION.
“Matías López, que se desempeñaba como empleado del lugar, brindó precisiones sobre la ubicación del dinero y los accesos, a la vez que dejó abierta la puerta de entrada en el galpón”, sostuvo la jueza en lo criminal y correccional porteña Alejandra Provítola en la resolución donde dictó la prisión preventiva de Cordero por el delito de “robo agravado por haber sido cometido en poblado y en banda y con armas de fuego”. La magistrada trabó un embargo sobre los bienes del Loco Murdock hasta cubrir la suma de $36.200.000.
El Loco Murdock llegó al CTC de Villa Soldati en un Fiat Mobi gris. El conductor, identificado como Julián Castillo, se quedó en el auto. Cordero y otro ladrón, César Ruarte, fueron directo a la empresa de logística para concretar el plan criminal.
El exintegrante de la superbanda y su cómplice irrumpieron en la oficina de Expresso Maipú y redujeron a los tres empleados que había en ese momento. Según la filmación de las cámaras de seguridad de la empresa, una de las víctimas se puso debajo del escritorio y no se movió hasta que se fueron los ladrones con el botín.
La banda cometió un error que fue crucial para los detectives de la División Robos y Hurtos de la Policía de la Ciudad que participaron de la investigación. En el auto utilizado para el robo, que no tenía pedido de secuestro y que era propiedad de uno de los integrantes de la banda, dejaron abandonado el teléfono celular de una de las empleadas de la empresa asaltada.
A partir de la geolocalización del celular, el personal policial encontró el auto de la banda, que estaba estacionado en Soldado de la Frontera al 5000, en Villa Lugano.“Cuando llegaron los uniformados, el vehículo estaba sin ocupantes”, dijeron fuentes del caso.
En ese momento llegó Castillo e intentó subirse al auto. Poco después se acercó un joven identificado como Facundo Castro, quien dijo ser “usuario” del vehículo. Fueron detenidos los dos, ambos sobrinos de Cordero, y en poder del conductor del Fiat Mobi en el momento del robo se secuestraron $4.184.000 pesos.
“En el interior del auto se encontró la ropa que utilizaron los delincuentes que protagonizaron el robo en la empresa. También se secuestró una caja de herramientas utilizada por los ladrones para forzar una puerta, situación que quedó registrada en las filmaciones”, según se desprende del expediente judicial.
Además, el dueño reconoció los fajos de billetes incautados como de su propiedad, explicaron fuentes del caso.
La caja de herramientas secuestrada en el auto fue otra prueba determinante porque “se levantó una huella perteneciente a Ruarte”.
Según la resolución de la jueza Provítola, “se solicitó al Registro Nacional de las Personas (Renaper) que remita ficha de Cesar Felipe Ruarte lográndose determinar que dicha persona coincida con una de las personas que se observan en las cámaras de seguridad que registraron el hecho delictivo”.
El paso siguiente fue determinar las líneas telefónicas a nombre de Ruarte y se analizaron las llamadas entrantes y salientes anteriores y posteriores al robo en Villa Soldati.
“Se determinó que el día del robo, una línea a nombre de Ruarte tuvo una comunicación de 22 minutos con Matías Ramírez, un integrante de la banda que se quedó afuera del lugar del asalto para hacer las veces de campana”, recordó a LA NACION un investigador.
También tuvo comunicaciones con el “empleado infiel” que entregó la información indispensable para concretar el atraco.
“En el momento de llevarse a cabo la requisa del vehículo del imputado López, en momentos posteriores a su detención y la de Ruarte, se hallaron $500.000, como así tickets de compra por altos montos que difirieren en demasía con los ingresos por él declarados. Ahora bien, analizando toda la prueba recogida y tal como ya adelante anteriormente, puedo sostener que los encausados Castillo, Castro, Ruarte y López participaron en el hecho investigado, desplegando cada uno de ellos un rol fundamental y previamente asignado en miras de lograr la ejecución del robo”, sostuvo la jueza Provítola en la citada resolución.
Ya identificados y detenidos la mayoría de los integrantes de la banda, faltaba identificar al delincuente que acompañó a Ruarte el día del robo.
“Continuando con las tareas de investigación, la División Robos y Hurtos, como consecuencia de tareas investigativas en el barrio de Villa Lugano y en las redes sociales de los imputados, se logró obtener que la persona que aún no había sido identificada, la cual había sido recordada como de tez blanca, contextura física pequeña, de aproximadamente 1,70 metros de altura y una edad aparente de 60 años, de cabello corto canoso, tendría de apodo Murdock, para luego establecer que sería el mencionado Cordero. En ese sentido, se determinó que dicha persona resultaba ser tío de los imputados Castro y Castillo y que su hermana resulta ser Andrea Cordero, quien compartió fotos suyas en la red social Facebook, constatando que sus rasgos físicos coincidían con la persona que aparecía en los videos con Ruarte. En ese mismo sentido, se logró obtener un video en el buscador Google, donde Cordero indicaba que su apodo es Murdock y donde, además, se observa que coincide con las filmaciones del hecho”, afirmó la magistrada.
El Loco Murdock fue procesado la semana pasada. Sus cómplices, el 24 de junio pasado.
“A esta altura del proceso no hay dudas de que Cordero, Castillo y Ruarte se hicieron presentes [en la escena del robo] en un Fiat Mobi gris, que previamente había sido facilitado por Castro, en las oficinas de la empresa Expreso Maipú llevando armas de fuego, apoderándose de la suma de $35.000.000 aproximadamente y dos teléfonos celulares. Previo a ello, López que se desempeñaba como empleado del lugar, brindó precisiones sobre la ubicación del dinero y los accesos, a la vez que dejó abierta la puerta de entrada al galpón, mientras que Ramírez controlaba toda la situación por fuera del lugar a través de una llamada telefónica al celular de Ruarte, la que se desarrolló mientras se cometía el hecho para luego dejar todas las pruebas del robo en el auto, el cual seguramente Castro y Castillo tenían por objeto destruir o descartarse”, sostuvo la jueza Provítola en la resolución donde procesó con prisión preventiva al Loco Murdock, exintegrante de la superbanda.
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