Insólito giro: en medio de un juicio por femicidio, el tribunal dejó en libertad al único acusado

CÓRDOBA.- Un inesperado giro sorprendió a todos en el juicio por el femicidio de Cecilia Basaldúa, la mochilera porteña asesinada en Capilla del Monte en abril del 2020, El tribunal hizo lugar al pedido de la defensa de Lucas Bustos -el único acusado del crimen- y le otorgó la libertad. La familia de la víctima no cree que sea el asesino y ya adelantó que no lo acusará porque entiende que se trata de un “perejil”, un sospechoso elegido para tapar fallas en la investigación.

La abogada defensora, de Bustos, Claudia Brandt, pidió su libertad. “Le doy gracias a todas las personas que nos apoyaron. Hoy (por ayer) tuvieron un poquito de justicia y consideración y le dieron la libertad porque Dios es justo, a Dios le gusta la justicia verdadera”, dijo la madre del joven acusado a CDM Noticias.

En la última audiencia, la querella a cargo de Daniela Pavón había aportado una nueva prueba que evidenciaba irregularidades en la investigación realizada por la fiscalía, a la vez que permitía formular nuevas hipótesis sobre el femicidio.

Pavón, hace unas semanas, mostró una denuncia del 15 de mayo del 2020 -20 días después de que se hallara a la víctima y se acusara a Bustos- realizada por los propietarios de una vivienda muy cercana al basural donde se encontró el cuerpo. Con ese material, la querella pidió ampliar las pruebas y tomar nuevas muestras. En esos peritajes no se halló el ADN de Bustos.

Bustos está acusado de ser el autor de abuso sexual con acceso carnal y homicidio doblemente calificado por violencia de género. Basaldúa era mochilera; había regresado de un viaje y pasó unas semanas con su familia, pero a mediados de marzo del 2020 les dijo a sus padres que se iría a Capilla del Monte, a la casa de una amiga. Al final, esa amiga le advirtió: “No vendrás a traer el bicho”, por el virus del Covid-19. Entonces, no se hospedó allí.

La acusación se fundamenta en un supuesto encuentro con la víctima entre “el 5 y el 15 de abril, en un lugar no determinado, pero en cercanías de un campo y a metros del Río Calabalumba”. Las querellas, conformadas por la familia de Cecilia Basaldúa y por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, piden la absolución del joven que trabaja como albañil.

Basaldúa fue vista por última vez el 5 de abril, cuando pasó por una casa para pedir agua. Paraba en la casa de Mario Mainardi. Ese es el hombre que tres días después de que la mujer desapareció llamó al padre y a una prima de Cecilia –contactos que tomó del teléfono móvil que estaba entre las cosas de la joven– y les dijo que había tenido un “ataque psicótico” y se había ido. La familia Basaldúa denunció la desaparición en cuanto recibió esa llamada.

El 25 de abril, después de veinte días de estar desaparecida, el cadáver de Cecilia fue hallado en un campo en las afueras de Capilla del Monte, cercano a la ruta nacional 38 y a unos 500 metros del río Calabalumba. La autopsia reveló que su cuerpo tenía signos de abuso sexual y que la causa de la muerte era asfixia por estrangulamiento.

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