Inseguridad sin límite. Secuestran a la mascota del cuartel de bomberos de Quilmes y la liberan después de cobrar un rescate
Para recuperar al perro llamado Miguel, la dotación del cuartel tuvo que juntar una suma de dinero, que llevaron hasta el ingreso a uno de los asentamientos quilmeños
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El hecho parece escapado de algún libro de crónicas surrealistas. Pero es absolutamente real y ocurrió en el conurbano, en el contexto de la inseguridad y la marginalidad que dominan un sector del Gran Buenos Aires. En Quilmes, un grupo de cartoneros secuestró a la mascota del cuartel de bomberos local y, después de tener al perro cautivo durante 24 horas, cobró un rescate para liberarlo.
El insólito episodio ocurrió el martes, por la tarde. El perro, de raza border collie, desapareció del cuartel de los bomberos de Quilmes, situado en San Martín y Guido. Para los responsables del cuartel se había convertido en una circunstancia habitual que el perro que fue bautizado como “Miguel”, deambulara por el barrio.
Pero, a medida que pasaban las horas sin rastros de “Miguel”, los bomberos se movilizaron para tratar de encontrar al perro, de 18 meses. Así, difundieron la foto a través de redes sociales y grupos de WhatsApp.
Minutos después de la viralización de la imagen de “Miguel”, llegaron las primeras noticias al cuartel. En uno de los mensajes recibidos en el perfil oficial del cuartel, un vecino alertó que se había visto al perro atado con un cable a un carro empujado por dos cartoneros.
Con esa pista, los angustiados bomberos comenzaron la búsqueda en la zona de la barranca quilmeña, donde Rivadavia, que comienza como peatonal en la estación, termina en Zeballos y cambia su nombre por la avenida Otamendi.
La búsqueda de los bomberos siguió por Zeballos, pasaron por el estadio del club Argentino de Quilmes, el Tiro Federal y por el anexo del club Quilmes. La noche los sorprendió en el comienzo de la denominada villa El Monte, zona peligrosa, con y sin luz natural.
Al día siguiente, mientras un grupo de los bomberos buscaba a “Miguel” por las adyacencias del asentamiento El Monte, otros integrantes de la dotación del cuartel, rastrillaron por Zeballos en dirección al sur y en paralelo a la Autopista Buenos Aires - La Plata, cerca de la denominada villa Luján. En una zona habitualmente transitada por carreros.
Anteayer, por la tarde, uno de los bomberos recibió el primer mensaje en el que se indicó que había noticias del lugar en el que estaba “Miguel”. Sin embargo, el optimismo de la dotación del cuartel quilmeño duró poco. El mensaje era, en realidad, un pedido de rescate.
Para que “Miguel” regresara al cuartel de Guido y San Martín había que juntar dinero. Aunque la suma que se pagó como rescate por el perro era “simbólica”, la exigencia monetaria de aquellos que tenían a “Miguel” indignó a los miembros del cuartel.
No obstante, los bomberos juntaron $1000, se dirigieron a la esquina de Las Heras y Cevallos y entregaron el dinero a un intermediario que ingresó en uno de los laberínticos pasillos del asentamiento y minutos después, regresó con “Miguel”.
El perro del cuartel, que había llegado hace quince meses por iniciativa de uno de los bomberos que lo trajo de Tornquist, para entrenarlo como K-9, para la búsqueda de personas perdidas, regresó a su lugar. Si bien los bomberos estaban molestos por la circunstancia del secuestro, no se radicó ninguna denuncia.
“Los que se llevaron a ‘Miguel’ sabían que era el perro del cuartel. Tenía la chapita identificatoria con su nombre y el número de teléfono al que debían llamar en caso de que lo encontraran. Pero prefirieron pedir rescate. Eso nos molestó. Pero lo importante es que está otra vez en el cuartel. Lo que se pagó fue simbólico”, indicó un bombero que solicitó mantener su nombre en reserva.
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