Inseguridad sin freno: acompañaba a su amiga a la salida de la escuela, la defendió de un robo y lo mataron de cinco puñaladas
Tomás Ruidía, de 18 años, y Milagros, su compañera en la Técnica N°6 de Wilde, fueron atacados por tres delincuentes cuando regresaban a su casa; este lunes hubo una marcha para pedir justicia por el chico
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Tomás Ruidia tenía 18 años y estudiaba de noche, en una escuela técnica de Avellaneda. Por la inseguridad, decidió acompañar a una compañera hasta la esquina de la casa, en Wilde, a la salida de la cursada. Y los temores de ambos es hicieron realidad. Al menos tres delincuentes asaltaron a la chica; él reaccionó, le pegó una trompada al que amenazaba a su amiga con un cuchillo y le gritó “¡Corré, Mili, corré!”.
La adolescente le hizo caso, pidió ayuda en un taller, sin éxito, y luego encontró refugio en una zapatería. Después sabría que Tomás la había salvado, pero a costa de su propia vida: lo mataron de cinco cuchilladas. El crimen ocurrió el miércoles pasado, pero, desde entonces, los familiares, los amigos y los compañeros de Ruidia están consternados y movilizados.
Este lunes a la tarde realizaron un abrazo simbólico a la Escuela Técnica N°6, situada en Cotagaita 24, a metros de la avenida Mitre, y desde allí marcharon hasta Las Flores, en el centro comercial de Wilde. Reclamaron “Justicia x Tomi”, como rezaban los carteles. Pero, también, más prevención, más seguridad.
Al tiempo que se realizaba la manifestación, y tras el relevamiento de imágenes registradas por cámaras de videovigilancia del municipio de Avellaneda, fueron arrestados tres sospechosos por el caso.
“Te vamos a extrañar siempre y nunca te vamos a olvidar. No vamos a parar hasta que se haga justicia por lo que te hicieron”, escribió la familia de la víctima en un posteo en la red social Facebook.
La palabra de la amiga
El miércoles, Tomás y Milagros salieron de la Escuela Técnica N°6 a las 21.45; no iban al mismo curso, pero eran muy amigos. Se tomaron juntos el 17, hasta la terminal. Y tenían que caminar hasta sus casas. Ella le dijo que no hacía falta, que cuando llegara a la casa le mandara un WhatsApp para avisarle que había llegado bien. Él insistió.
Cuando llegaron al cruce de Echeverría y Camacuá, a una cuadra del Camino General Belgrano, se produjo el crimen, que es investigado por la fiscal Alejandra Olmos Coronel, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°1 de Avellaneda.
“Estuvimos charlando normalmente hasta la terminal. Después nos teníamos que separar, pero él me dijo que me acompañaba. Yo le dije ‘no, no hace falta que me acompañes, andá para tu casa, cuando llegues me avisás’. Él insistió y decidimos que me acompañara”, relató Milagros. Eran las 22.10.
“Él me acompañó porque esa cuadra está toda oscura, no hay luz… llegamos hasta ahí y vimos que del otro lado venían los ‘chorros’; eran dos hombres y una mujer, y por un momento se me asomaron a mí, porque yo estaba un paso más adelante que Tomi. El chabón me apuntó con el cuchillo al cuello y me dijo ‘dame el celular’. Ahí fue donde reaccionó Tomi. Le pegó una piña y me dijo ‘¡corré, corré!’. Yo corrí a buscar ayuda, a un taller de autos que estaba abierto… Nadie salía. Cuando miré para un costado vi que venían los dos hombres a buscarme y lo que hice fue correr. Pedí ayuda en una zapatería para que llamaran a la policía, porque había dejado solo a mi compañero”, continuó la chica, en diálogo con el canal de noticias C5N.
Ella en ese momento no lo sabía, pero los asaltantes le habían asestado al menos cinco cuchilladas a Tomás, antes de robarle la mochila y escapar. El chico fue asistido y llevado a la Unidad de Pronta Atención (UPA) de Wilde, y por la gravedad de su cuadro fue trasladado en estado reservado al Hospital Finochietto, de Avellaneda, donde falleció a la 1 del jueves.
“Nunca pensé que me iba a pasar algo así. Yo la verdad que estoy mal, estoy destrozada por Tomi, me gustaría estar yo en el lugar de él… daría yo mi vida por él. La verdad es que nunca me voy a olvidar, me tatué su nombre para acordarme siempre de él, nunca voy a abandonar a la familia ni a los amigos”, concluyó Milagros, angustiada.
Cerca de ella, Sol, su madre, afirmó: “Mili no come, está mal, llora… Dice que cuando se va a dormir cierra los ojos y tiene la imagen de los delincuentes que le pusieron el cuchillo en el cuello”. Y sobre el chico que entregó su vida para salvar la de su hija, agregó, conmovida: “Estoy shockeada. Tomi era un chico muy bueno. Siempre la acompañaba, era muy amigos”.
En las redes sociales, uno de los mensajes de los amigos de Ruidia rezaba: “¡Solo pedimos justicia!. Tomás no murió, a Tomás lo mataron”. En otro posteo expresaron: “Hoy tocó despedirte y no solo dejas a tu familia y amigos, dejas a todo el barrio Santa María y algunos más con un vacío inmenso, Tomy. El gran corazón y personalidad que tenías se reflejó en todo el barrio. Te vamos a extrañar siempre y nunca te vamos a olvidar. No vamos a parar hasta que se haga justicia por lo que te hicieron. Siempre presente Tomás Ruidia”.
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