Inseguridad en las bicisendas: se multiplican los casos de robo
Muchos ciclistas tienen miedo de andar de noche o por zonas poco transitadas; los robos son cada vez más violentos
El asesinato de dos ciclistas en una semana despertó la alarma sobre la inseguridad que existe para quienes andan en bicicleta porque muchas veces el vehículo llama la atención de los delincuentes.
La semana pasada asesinaron de tres balazos en la cabeza a Pablo Tonello, un joven de 27 años, en la intersección de Libertador y Federico Lacroze. Anoche se sumó otro caso, el de Matías Ignacio Gandolfo, de 19 años, que fue acuchillado en Villa Bosch , para robarle su mochila y el celular.
Estos casos fueron los más brutales, pero la inseguridad no es una novedad para quienes andan habitualmente en bicicleta. Son muchos los casos de gente que fue asaltada para robarles el vehículo o una billetera.
La abogada Madelaine Geuzi Karaian, fue interceptada cuando volvía a su casa por avenida del Libertador, en la esquina con Pueyrredón: "volvía de un cumpleaños con una amiga alrededor de las 11 de la noche, cuando apareció un tipo con la mano escondida debajo de un buzo, simulando que tenía un arma".
La verdad es que no nos quisimos arriesgar, así que nos bajamos y se llevó la bicicleta. Estaba tan pasado que nos dio miedo, de que nos golpeara o nos empujara
"La verdad es que no nos quisimos arriesgar, así que nos bajamos y se llevó la bicicleta. Estaba tan pasado que nos dio miedo, de que nos golpeara o nos empujara", agregó la abogada que se había comprado el vehículo hace dos meses cuando ocurrió el robo.
A Enriqueta Brandariz Solari le ocurrió algo similar en la misma zona el año pasado: "estaba yendo por Figueroa Alcorta, a la altura del Parque Thays, alrededor de las 19.30 pero ya estaba oscuro porque era invierno, cuando de atrás de un árbol muy grande que hay ahí salió alguien y me empezó a correr. En ese momento me bajé de la bicicleta, la tiré y salí corriendo, porque me asusté. El tipo se la llevó y no apareció nunca".
De atrás de un árbol muy grande que hay ahí salió alguien y me empezó a correr. En ese momento me bajé de la bicicleta, la tiré y salí corriendo
Otro caso similar le ocurrió a Laura Rivieri que, aunque a ella no quisieron robarle la bicicleta, la increparon para pedirle dinero: "volvía del trabajo a las 7 de la tarde por la bicisenda y a la altura de Tienda León, por donde va la bicisenda desde Puerto Madero hasta Retiro, frené. Como estaba sola dos nenes de no más de 10 años empezaron a correr hacia mí y yo me asusté pero no me animaba a mandarme por Madero porque hay miles de camiones. Sin dudas no vieron mi cartera en el canastito y se enfocaron en meterme las manos en la campera para sacarme el celular que yo sujetaba a los gritos".
"Al final tomé coraje y me mandé en contramano por Madero como si me persiguiera Freddy Krueger del susto que tenía. Los pibes me corrieron cinco metros al grito de "te vamos a encontrar", relató la mujer que va al trabajo en bicicleta por la bicisenda durante todo el trayecto, desde Recoleta hasta Puerto Madero Puerto Madero.
Miedo de andar en bicicleta
Algunos por experiencia propia y otros por historias que escucharon, pero aunque las bicisendas revolucionaron la forma en que la gente se mueve por la ciudad, la ilusión del cambio de paradigma en el transporte público se enfrenta con un duro enemigo para concretarse: la inseguridad.
"Después de que me robaron no me compré otra bicicleta, porque lo primero que me dijo todo el mundo fue que no la podía usar para salir de noche, que solo la usara de día. Y como yo de día no la puedo usar, si no me servía como alternativa de medio de transporte no la necesitaba", explicó Geuzi Karaian.
Después de que me robaron no me compré otra bicicleta, porque lo primero que me dijo todo el mundo fue que no la podía usar para salir de noche, que solo la usara de día
Por otra parte, Brandariz Solari dijo que ella tampoco se volvió a comprar una nueva bicicleta, pero a veces usa las del gobierno de la ciudad: "ahora ando de día, y hay zonas que prefiero evitar. Me da un poco de miedo. Por un lado te sentís más segura de que te podés escapar, pero al mismo tiempo es como que tienta, sobre todo si tenés una bicicleta buena".
Para Rivieri, aunque esa vez no pasó nada, ahora tiene más precauciones: "como ya me robaron otra vez y con un arma, me súper asusté y ahora si sé que no voy a volver de día ni llevo la bici, y si la noche me encuentra no voy por la bicisenda sino en medio de los bondis y los autos por Alem".
Me asusté mucho y ahora si sé que no voy a volver de día ni llevo la bici, y si la noche me encuentra no voy por la bicisenda sino en medio de los bondis y los autos
"A mí como ciclista hoy me cuesta salir a la calle sin miedo. Entre la vulnerabilidad que tenés respecto a los autos, la falta de acostumbramiento de los peatones de convivir con las bicis y la inseguridad, me cuesta mucho. Igual sigo viniendo todos los días al trabajo pedaleando e impulso la movilidad sustentable", concluyó la ciclista María Brea.
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