In fraganti. Lo detuvieron de madrugada, en un cajero automático, con medio millón de pesos y 124 tarjetas clonadas

La madrugada era la mejor hora para hacer lo que se disponía a hacer: abrió su morral, sacó un plástico blanco, lo introdujo en el cajero y, luego de presionar las teclas correspondientes, esperó a que el aparato abriera sus fauces metálicas y le entregara los billetes requeridos. Lo que no sabía este hombre, totalmente vestido de negro, con gorra oscura y aspecto receloso, es que sus intentos habían sido detectados por la central de alarmas de la red bancaria y alguien del departamento de seguridad informática de la entidad reportó la anomalía a la policía.

En Callao al 100, a metros del Congreso de la Nación, efectivos de la Comisaría Vecina 1B de la Policía de la Ciudad fueron en busca del sospechoso. El hombre de negro, cuando los vio, bajó la cabeza e intentó irse. En ese momento, el cajero automático expulsó un plástico rectangular completamente blanco: era una tarjeta clonada. La requisa posterior fue lapidaria: el estafador tenía 124 tarjetas con bandas magnéticas, nueve comprobantes de operaciones bancarias recientes y más de medio millón de pesos, probablemente producto de las extracciones realizadas.

Según informaron voceros del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, el detenido -brasileño, de 51 años- fue rápidamente procesado con prisión preventiva. En el caso trabajaron la División Fraudes Bancarios del Departamento Delitos Económicos de la Policía de la Ciudad y el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ).

Las fuentes precisaron que la gerencia de Seguridad Informática y Prevención de Fraudes de la empresa de la red de cajeros que opera con ese banco se informó a los policías que había un hombre con ropas oscuras y gorra negra que estaba haciendo una transacción con una tarjeta clonada. Esa acción fue detectada por la Central de Alarmas de Red Link.

Al aproximarse, el personal policial advirtió que el sospechoso realizaba una operación en un cajero y, al percatarse de la presencia de los efectivos, canceló la operatoria e intentó retirarse.

Mientras los policías lo interceptaron, una tarjeta blanca sin identificación salió del cajero: era una tarjeta similar a las que le incautaron al imputado, al ser requisado antes testigos.

Al hombre se le secuestró un morral negro, 124 tarjetas blancas con su banda magnética y sin inscripción, 500.000 pesos en efectivo y una billetera con otros 6890 pesos, nueve tickets del banco y un celular Samsung.

Las tarjetas tenían pegadas etiquetas autoadhesivas con números y claves. De las anotaciones se desprende que eran del Banco Nación (inscriptas como BNA) y del Banco Ciudad (anotadas como CID, quizás por cidade, ciudad en portugués).

La empresa denunciante estimó que el detenido podría estar relacionado con fraudes anteriores bajo la misma modalidad, que estaban siendo investigados por la compañía.

La fiscal porteña Andrea Verónica Scanga dispuso la detención del estafador por infracción al artículo 173, inciso 15, del Código Penal, al tiempo que se le encomendó a la División Fraudes Bancarios que realice una investigación sobre las bandas magnéticas de las tarjetas incautadas para ubicar a los posibles damnificados.

Los detectives policiales analizaron la información obtenida y confirmaron que las tarjetas habían sido utilizadas en el cajero mencionado sin el consentimiento de los titulares. Además, individualizaron el domicilio del detenido y la investigación continúa para comprobar la existencia de posibles cómplices en las estafas.

Finalmente, el juez Gonzalo Rúa hizo lugar al pedido de prisión preventiva para el imputado solicitado por la fiscalía.

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