Críticas al fiscal y al comisario. Pese a la confesión, la familia del chico asesinado en Córdoba pide que se investiguen otras hipótesis
La madre de Joaquín Sperani insiste en que “otras personas” habrían participado del homicidio y mencionó a una venganza como posible móvil del crimen
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CÓRDOBA.- CÓRDOBA.– La familia de Joaquín Sperani expuso su malestar por la investigación del asesinato del adolescente de 14 años, supuestamente a manos de su mejor amigo, de 13. Así fue expuesto en un comunicado de prensa: “Estamos totalmente disconformes con la investigación llevada a cabo por el comisario (Enrique) Carreras y por el fiscal Walter Guzmán. Hicieron rastrillajes en las afueras de la ciudad y fue la propia familia que al tercer día de búsqueda encuentra a Joaquín sin vida a 100 metros de su escuela donde desapareció. No tuvieron empatía ante nuestra desesperación por hallar con vida a Joaquín, han mostrado su inoperancia y que no están preparados para desempañarse en el cargo que le han conferido”.
En los últimos días, la madre de la víctima ya había evidenciado su preocupación por la línea de investigación judicial, que apunta como único responsable del crimen al adolescente que en una comisaría confesó el crimen.
También marcaron los familiares de Joaquín su molestia por la falta de contención y solidaridad que sienten por parte de autoridades políticas y educativas.
El convencimiento de los investigadores sobre un homicidio planificado por el chico que confesó en la comisaría no es compartido por la familia de la víctima. “Hipótesis son muchas. Se está investigando para empezar a descartar lo que no es”, dijo Mariela Flores, la madre de Joaquín Sperani, el adolescente de 14 años asesinado por su mejor amigo de 13 en la localidad cordobesa de Laboulaye. La mujer insiste con que habrían participado otras personas y, en conversaciones, con los investigadores señaló sus sospechas Expuso tanto el bullying que sufría su hijo como una posible “venganza” hacia su familia por un accidente mortal en el que hace algunos años habría estado involucrado el padre de Joaquín.
Diferente es la visión de los investigadores judiciales, que tienen consolidada una teoría del crimen que apunta a un homicidio planificado durante varios días por el amigo de la víctima. Sospechan que el chico que confesó el crimen habría dejado en el lugar del ataque la barra de hierro que, se sospecha, fue el arma homicida. Para aquellos que están al tanto de la pesquisa, se trata de una acción premeditada, aunque aún no está claro el móvil del asesinato.
A la familia -y lo admiten los investigadores- les cuesta entender que “L”, más chico de contextura física que Joaquín, pudiese darle 18 golpes con una barra de hierro con punta y con pedazos de hormigón. El informe preliminar de la autosia indica que la víctima murió de inmediato. Menos de 15 minutos después el confeso asesino regresó a la escuela sin aparentes manchas de sangre o de nerviosismo. Para la madre del menor asesinado, la Justicia debería al menos explorar otras hipótesis.
Flores, ayer en una marcha frente a la escuela Malvinas Argentinas donde asistían tanto su hijo como el supuesto asesino, exhortó: “Les pido que hablen porque están ayudando, piensen que Joaquín es el hijo de todos, de cada una de las madres. Si vieron o saben algo se pueden acercar al estudio de abogados del doctor (Raúl) Frencia, si no tienen mis números y el número del padre, el número de teléfono de los primos, están en los carteles. Les pido que se comprometan”.
La madre repitió que Joaquín sufría acoso en la escuela por parte de compañeros. En la institución educativa negaron que eso hubiese ocurrido; sin embargo, Flores aseguró tener constancia de dos reclamos concretos. El Ministerio de Educación de Córdoba inició una investigación administrativa para definir si existió un caso de bullying.
Por los testimonios de la familia “L” no habría participado en esas situaciones, pero la madre del menor asesinado tiene muchas preguntas alrededor del sobre ese chico de 13 años que confesó el crimen: ¿podría haber colaborado con otros? ¿lo llevó a Joaquín a la casa abandonada a pedido de otros? ¿quiénes lo acosaba? ¿con qué lo molestaban sistemáticamente? Es en esa línea que la madre pidió que “hablen” aquellos que pudiesen saber qué pasaba en la escuela.
En tanto, la inspectora de Educación Secundaria, Andrea Fessia, sostuvo: “Ellos tenían en el aula una buena relación, en algún período del ciclo 2023 se sentaron juntos pero luego dejaron de hacerlo”. Por su parte, la directora de la escuela, Silvia Giménez, contó que Joaquín y chico ahora bajo tutela judicial por el homicidio “andaban siempre juntos: en el kiosco, en el patio y todas las cuestiones las hacían los dos juntos y una compañerita más”.
Esa menor -que estaba siempre con los dos chicos- seguramente podría aportar datos. Pero hasta ahora en la conversación con los investigadores no dijo mucho; pero es quien podrá describir cómo era la relación entre sus dos amigos.
La otra hipótesis que inquieta a la familia de Joaquín apunta a un accidente de noviembre de 2014, en el que el padre de Joaquín, Martín Sperani, tuvo un accidente con el camión que conducía y murió un nene de poco más de dos años, una causa en la que estuvo imputado por homicidio culposo agravado, pero en la que fue declarado inocente. Hay versiones de que la familia de la víctima hizo “advertencias” sobre una potencial venganza.
La Justicia analiza cámaras de diferentes zonas de Laboulaye y alrededores para comprobar si alguien más llegó y salió de la casa abandonada donde fue encontrado el cuerpo de Joaquín; también se toman testimonios y se estudian los movimientos de “L” en los días previos al jueves pasado, cuando salió con su amigo de la escuela y regresó solo. ¿Se vio con otras personas? Y de ser así, ¿estarían relacionadas con las presunciones que tiene la familia de la víctima?
El detenido
El Juzgado de Control, Faltas, Niñez, Juventud, Penal Juvenil, Violencia Familiar y de Género de Laboulaye, a cargo del juez Sebastián Moro, habilitó la feria de julio para darle continuidad a la investigación de la muerte de Joaquín.
Ayer la defensora pública Mariana Ferreyra visitó personalmente al adolescente involucrado en el homicidio, que permanece alojado para su “resguardo” en el Centro de Admisión y Diagnostico (CAD), del Complejo Esperanza de la ciudad de Córdoba. Ferreyra será la representante complementaria del adolescente en el proceso penal juvenil.
Antonio Franco, subsecretario de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), dijo a El Doce que “L” está “triste” y que nadie de la familia fue a verlo hasta ahora. Es el más chico de todos los alojados en el complejo. Hasta ahora no fue integrado a la convivencia general ni tampoco al plan de actividades escolares ni de talleres de formación.
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