Doble crimen en Vicente López: detuvieron a la empleada doméstica del matrimonio asesinado porque habría sido la entregadora
A José Enrique Del Rio y a su esposa, Mercedes Alonso, los mataron a balazos en el garaje de su casa; el móvil del doble crimen fue el robo de una importante suma de dinero; las víctimas se estaban por mudar
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Fue la persona que encontró los cuerpos baleados de José Enrique Del Rio y de su esposa, Mercedes Alonso, el matrimonio asesinado en su casa de Vicente López. Pero María Ninfa Aquino, la empleada doméstica de las víctimas, con el correr de las horas pasó de ser la primera testigo de la escena del doble crimen a ser sospechosa de haber participado en el plan criminal. Los investigadores la acusan de ser la entregadora.
El móvil del doble crimen fue el robo de una suma importante de dinero y joyas que las víctimas tenían en una caja fuerte de su casa.
Aquino, de 64 años y de nacionalidad paraguaya, será indagada hoy por los fiscales de Vicente López Martín Gómez y Alejandro Musso, funcionarios judiciales a cargo de la investigación. Está imputada como partícipe necesaria del doble crimen.
Del Rio, de 74 años, y Alonso, de 72, se estaban por mudar. Se iban a ir a vivir a un departamento de la torre Château Libertador, en Núñez. Como la mudanza era cuestión de horas, los fiscales y los detectives de la policía bonaerense sospechan que Aquino entregó la información necesaria para que delincuentes ingresaran en la casa situada en Melo al 1100 y abrieran la caja fuerte de las víctimas.
“Apenas comenzó a declarar en la escena de los hechos, la empleada doméstica entró en contradicciones”, explicó una fuente del caso.
Fuentes de la investigación explicaron que ayer se hizo un allanamiento en la casa de Aquino, en Pablo Podestá, en Tres de Febrero, donde fue hallada una carterita tipo sobre de cuero donde las víctimas solían guardar las llaves de la caja fuerte.
El matrimonio fue asesinado en el automóvil, que fue encontrado dentro del garaje. Dentro del vehículo, los investigadores hallaron una vaina servida calibre 9 mm. Este elemento indicaría que, al menos, uno de los disparos habría sido realizado a corta distancia. Ambas puertas del rodado estaban abiertas.
Al revisar el baúl, los peritos de la Dirección de Policía Científica encontraron las bolsas del supermercado con los artículos que las víctimas compraron ayer, a las 11.30, cuando concurrieron al centro comercial situado en avenida del Libertador al 100. Una cámara de seguridad del estacionamiento del mencionado supermercado registró el paso del automóvil.
El o los asesinos se llevaron el disco rígido (DVR) que graba las filmaciones de las cámaras de seguridad del lugar.
“La sospecha es que como las víctimas se estaban por mudar, Aquino pasó la información necesaria para que los delincuentes ingresaran en la casa y se dirigieran directamente a la habitación donde estaba en la caja fuerte”, sostuvo un investigador.
Según las fuentes, Aquino llegó a las 6.50 y recién a las 9 le llamó la atención que el matrimonio no hubiera bajado a desayunar. Así lo habría expresado en el momento del primer contacto con los investigadores policiales en la escena del crimen. Esa situación fue una de las primeras señales que disparó alertas en los detectives, ya que era visible el desorden de la casa.
”Ella dijo que creyó que era por la mudanza que iban a hacer sus patrones, pero las cosas de la mudanza estaban perfectamente embaladas”, aclaró uno de los investigadores, según consignó Télam.
De acuerdo con lo reconstruido por los fiscales, la empleada doméstica le mandó a las 9 un mensaje a la acompañante terapéutica que también trabajaba en la casa para asistir a Del Río por sus problemas de movilidad, para avisarle que la pareja no había bajado a desayunar. Solo después de ese mensaje, según la explicación inicial, la empleada doméstica fue al garaje y encontró a la pareja asesinada dentro del automóvil. La reacción de la ahora detenida también llamó la atención de los investigadores.
”Es extraño que después de ver esa escena, apagó la luz, volvió a cerrar la puerta que lleva desde la casa a la cochera, ponerle llave y colgarla en el llavero. Y en vez de salir corriendo y pedir ayuda a los vecinos o llamar a la Policía, nos dijo que se puso a ordenar la casa”, confió otra de las fuentes.
Según pudo saber LA NACION de fuentes al tanto de la investigación, Del Rio había sido propietario de una empresa de seguridad privada, era abogado y en su juventud había integrado la Policía Federal Argentina (PFA). Se retiró como oficial principal en 1981.
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