Horacio Conzi, el empresario condenado por matar por celos, seguirá preso
El dueño del restaurante Dallas asesinó a Marcos Schenone porque la joven que acompañaba a la víctima lo rechazó; había pedido la libertad condicional, pero la Sala I de la Cámara de San Isidro rechazó la solicitud
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El 16 de enero de 2003, furioso porque una joven que estaba acompañada por un grupo de amigos rechazó sus invitaciones para salir, Horacio Conzi le pidió al encargado de estacionar los autos en su restaurante que le prepare su camioneta 4x4, salió de Dallas, su local gastronómico de Alvear y Avenida del Libertador y comenzó a perseguir al Ford Galaxy en el que viajaba la mujer que se negó a convertirse en su novia.
Al llegar a la catedral de San Isidro, Conzi alcanzó al remise y disparó 14 balazos contra el vehículo, en el que viajaban el chofer, Rodolfo Fernández y los pasajeros, Gustavo Pacheco, Gisella Carabetta, Paula Alonso y Marcos Schenone. Uno de los disparos mató a Schenone, otro destrozó la luneta del Ford Galaxy y un tercer proyectil quedó alojado en un glúteo del remisero Fernández. La investigación del homicidio estuvo a cargo del fiscal Mario Kohan, quien obtuvo las pruebas que permitieron demostrar la responsabilidad de Conzi en el homicidio de Schenone.
Conzi estuvo casi 60 días prófugo. Fue detenido en Mar del Plata, cuando salió del departamento en el que se había refugiado y usaba una peluca de mujer, para modificar su aspecto. En 2005, el Tribunal Oral Nº 4, de San Isidro, lo condenó a 25 años de prisión por el homicidio de Schenone.
En las últimas horas, la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro, rechazó un pedido de la defensa de Conzi para que sea beneficiado con la libertad condicional. La resolución fue firmada por los jueces Oscar Quintana y Juan Stepaniuc y por el secretario general de la Cámara, Bernardo Hermida.
Entre los fundamentos de la solicitud para acceder el beneficio de la libertad condicional Conzi había expuesto, una serie de problemas de salud que padecía y que dichas patologías requerían un tratamiento que solo podía realizar extramuros. Por este motivo, los magistrados solicitaron a la jueza de Ejecución Penal que aplique los medios para preservar la salud de Conzi.
Al presentar su planteo, Conzi manifestó que antes de que le revocaran su prisión domiciliaria estaba realizando un tratamiento médico para reducir los efectos secundarios que sufre “con motivo de haber padecido un ACV y que actualmente han empeorado sus mareos y los dolores de cabeza, por lo que solicitó la atención para poder operarse el corazón y vivir más años disfrutando con su familia y amigos”.
A partir de la resolución dictada por la Sala I de la Cámara de Casación, Conzi seguirá preso.
Cuando, en 2005, los jueces Osvaldo Rossi, Federico Ecke y Carlos Vales Garbo condenaron a Conzi, consideraron que el empresario “actuó con desprecio hacia la vida humana, debido a que disparó contra el remise en el que viajaban varias personas, sin siquiera conocer a algunas de ellas, a lo que debe sumarse la nimiedad del móvil que lo llevó a actuar como lo hizo. Empleó munición KRD, prohibida, del tipo que perfora chalecos antibalas y vació el cargador del arma; factores, en conjunto, que dejan traslucir que se trata de un individuo portador de una personalidad al extremo peligrosa, que no mostró el mínimo arrepentimiento por la conducta que desplegó”.
La defensa de Conzi presentó un recurso contra el veredicto condenatorio que fue revisado por la Cámara de Casación penal bonaerense. Después de analizar los argumentos de la defensa, dicho tribunal redujo el monto de la condena a 24 años y 9 meses de prisión.
Luego de pasar 16 años preso en penal de Campana, en abril de 2019, Conzi fue beneficiado con la prisión domiciliaria con el monitoreo a través una pulsera electrónica. Pero, después de violar en dos oportunidades las condiciones que le fijaron para que pudiera gozar de dicho beneficio, la jueza Victoria Elías García Maañón ordenó que vuelva a la cárcel.
Según consta en el expediente, en mayo de 2019, Conzi se arrancó la tobillera electrónica. Dos meses después, salió de su casa y sonó la alarma en el centro de monitoreo. A partir de esa instancia, los funcionarios que debían controlar el dispositivo que tenía Conzi lo llamaron por teléfono, pero no atendió. Entonces, una patrulla policial fue enviada a revisar si el empresario estaba en la casa o había escapado. Cuando los efectivos llegaron a la vivienda advirtieron que Conzi había regresado a la casa.
El empresario puso como excusa que había salido de la casa para ayudar a su hermano a empujar el automóvil porque no arrancaba. La Justicia no le creyó, le revocaron el beneficio y tuvo que regresar a la cárcel.
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