Homicidio y narcotráfico. Empieza el juicio contra Esteban Lindor Alvarado, el archienemigo de Los Monos
Desde este lunes enfrentará un tribunal, acusado de instigar el homicidio de un prestamista, de liderar una asociación ilícita y de lavado de dinero del crimen organizado; habrá fuerte operativo de seguridad en el Centro de Justicia Penal de Rosario, donde se realizará el debate
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Esteban Lindor Alvarado, señalado como el archienemigo de la banda de Los Monos, con los que, según la Justicia, dirime a sangre y fuego el dominio del meganegocio de las drogas y el crimen organizado en Rosario y su periferia, será sometido a juicio desde este lunes como supuesto instigador de un homicidio y líder de una asociación ilícita acusada de múltiples delitos, entre ellos, lavado de activos. Se enfrenta a la pena máxima.
El comienzo del debate oral contra Alvarado y cuatro supuestos integrantes de la banda que, en su enfrentamiento encarnizado con el clan de los Cantero, provocó la multiplicación de la tasa de homicidios en la ciudad, producto de ajustes de cuentas y venganzas, provocó el despliegue de un importante operativo de seguridad en el Centro de Justicia Penal, donde se realizarán las audiencias, según informó la agencia de noticias Télam.
Este juicio promete exponer a la luz pública un entramado mafioso con múltiples conexiones, que creció durante una década y media al amparo del encubrimiento, al menos, policial.
Alvarado, de 42 años, ya cumplió una condena de 6 años de prisión por el robo de autos de alta gama en el Gran Buenos Aires que eran vendidos o desguazados en Rosario. Según los fiscales del juicio, desde las cárceles bonaerenses de Campana y Urdampilleta, entre 2012 y 2017, “relanzó su emprendimiento criminal, ahora sí conformando una estructura criminal mucho más amplia y compleja que la de entonces”. Con ese impulso “construyó un emporio de empresas” que le permitió “crecer económicamente” y convertirse en “un referente del hampa local” que recibía en prisión visitas de otras personas “relacionadas con el crimen organizado”, indicaron los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, a cargo de la investigación.
“El Esteban”, como lo llaman en el mundo criminal, llegó a este juicio acusado como instigador del secuestro y asesinato del opaco prestamista Lucio Maldonado, que formó parte de su entramado ilegal, ocurrido en noviembre de 2018.
Dos días después de que fuera secuestrado en su domicilio, el cuerpo de Maldonado apareció baleado en el inicio de la autopista Rosario-Buenos Aires con un cartel que decía: “Con la mafia no se jode”. El crimen fue planeado de tal manera que los investigadores tendrían ante sí pistas falsas que deberían llevarlos a atribuírselo a la banda de Los Monos, que habían dejado carteles con aquel mensaje en ataques a domicilios y sedes vinculados con el Poder Judicial de Santa Fe.
“El seguimiento satelital de su automóvil, que fue llevado por los secuestradores, permitió a los investigadores determinar que había sido trasladado a un paraje llamado ‘Los Muchachos’, en las afueras de Rosario, donde Alvarado tenía una vivienda a nombre de sus hijos”, según el requerimiento fiscal.
También será juzgado como presunto jefe de una asociación ilícita que habría dirigido desde la cárcel, compartimentada en “dos estamentos”: uno encargado de lo “operativo y logístico” y otro “a cargo de la gestión y administración y disposición de bienes” mediante un entramado de sociedades legales.
Además, los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada indicaron en su acusación que la banda tenía una “pata policial”, que con “sus aportes permitieron construir un permiso estatal contrario a la ley para su beneficio ilícito”.
Cinco de esos policías, Javier Makhat, Cristian Ariel Di Franco, David Marcelo Rey, su hermano Martín Javier Rey y Luis Quevertoque, ya fueron condenados a través de juicios abreviados, al igual que el abogado de Alvarado, Claudio Tavella, sentenciado por disimular a su nombre la compra de un campo de 10 hectáreas que era del jefe narco. El subcomisario Makhat –exjefe de Drogas Peligrosas de Santa Fe– le habría comprado a Alvarado un departamento en un lujoso condominio de Rosario.
Los fiscales Schiappa Pietra y Edery precisaron que la asociación ilícita extendió su funcionamiento entre el 16 de junio de 2012 –cuando Alvarado fue detenido por un fiscal bonaerense en la causa por robo de autos– y el 18 de octubre de 2019, luego de su detención en un camping de la ciudad cordobesa de Embalse Río Tercero, mientras estaba prófugo.
En la audiencia preliminar al juicio, la Fiscalía adelantó que pedirá la pena de prisión perpetua para Alvarado como instigador del crimen de Maldonado, por ser considerado jefe de una asociación ilícita y por lavado de activos originados en actividades criminales.
En el proceso se acumularon también las investigaciones por un atentado a balazos a los Tribunales rosarinos, otro al Centro de Justicia Penal y uno a la vivienda particular de una empleada del Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Junto al presunto jefe de la banda, llegan a juicio Mauricio Jesús Laferrara, un presunto “gatillero” imputado de varios homicidios y para quien los fiscales también pedirán prisión perpetua.
Los otros imputados son Facundo Almada, cuidador de una casa de Alvarado implicado en el asesinato del prestamista como partícipe, para quien pedirán una pena de 15 años; y Matías Horacio Ávila y Germán Facundo Fernández, acusados del mismo homicidio y con pedido de prisión perpetua.
Fuentes judiciales dijeron a Télam que está previsto que el juicio se extienda hasta la primera semana de abril, con audiencias diarias de 8 a 14 horas.
El tribunal que juzgará a los cinco miembros de la banda está integrado por Alejandro Negroni, Patricia Bilotta y María Isabel Más Varela.
“Emporio criminal”
El crecimiento de la organización criminal de Alvarado, según la acusación de los fiscales Edery y Schippa Pietra, ocurrió cuando cumplía una condena a seis años por robo de autos, en las cárceles de Campana, primero, y de Urdampilleta, después.
“Desde su lugar de detención construyó un emporio de empresas, delineó una organización en donde se aprovechó de recursos materiales y humanos, y puso en funcionamiento una red de negocios que le permitieron crecer económicamente el ritmo que sostenía con ello su estructura criminal para continuar con esos negocios”, señalaron los fiscales en el requerimiento del juicio.
“Y fue así que –continuaron– privado de la libertad siguió funcionando y desarrollándose”.
Para los fiscales, desde los lugares de detención “aprovechando los contactos con que contaba, las relaciones con personal policial y los negocios realizados, relanzó su emprendimiento criminal ahora sí conformando una estructura criminal mucho más amplia y compleja que la de entonces”.
De esa manera, explicaron, “desde su lugar de detención se extendió subjetiva y objetivamente el emporio de negocios y empresas de Alvarado”.
Los acusadores también señalaron que mientras estuvo preso, entre 2012 y 2017, Alvarado recibió visitas de personas sindicadas como parte del mundo criminal rosarino.
“El listado de visitas de los lugares de detención muestran cómo Alvarado era un referente del hampa local y era visitado por personas relacionadas con el crimen organizado”, afirmaron.
En otros, indica que Alvarado fue visitado en Campana por Emanuel “Ema Pimpi” Sandoval, condenado por el ataque a la casa del exgobernador Antonio Bonfatti y acribillado en octubre de 2019 mientras cumplía prisión domiciliaria.
También por José Luis Di Marco, “quien fuera sorprendido en noviembre de 2017 en General Roca, Río Negro, transportando 493 kilos de marihuana” en un camión de un empresa de Alvarado, por lo cual el líder está procesado e irá a juicio por tráfico de estupefacientes.
Otra visita que recibió “fue la de Andrés Bracamonte, sindicado líder de la barrabrava del Club Rosario Central”, y también la de Mario Sebastián “Gringo” Visconti, otro barra del mismo club acribillado de nueve disparos el 31 de mayo de 2016.
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