Hamlet en el correo. Descubren otra calavera disimulada en un envío postal a Estados Unidos
La Aduana la detectó al controlar con un escáner un lote de encomiendas en un depósito de Monte Grande; junto con el cráneo humano, envuelto en nylon, había una factura por 295 dólares
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Agentes de la Aduana se llevaron una macabra sorpresa al pasar una encomienda postal internacional por el escáner en un depósito de Monte Grande: detectaron la imagen inequívoca de restos humanos.
El personal del organismo que dirige Guillermo Michel halló dentro de una caja de cartón que iba dirigida a los Estados Unidos un cráneo envuelto en una bolsa de nylon junto con una factura por 295 dólares.
Los inspectores dieron aviso a la Justicia, que autorizó la apertura del paquete, una caja de cartón envuelta en papel madera de color marrón, de apariencia discreta.
Al abrir la encomienda, el personal se encontró con un cráneo humano envuelto con una bolsa de nylon transparente, lo que representaba una flagrante infracción al régimen de courier.
Dentro de la caja también había una factura comercial por 295 dólares y cinco hojas con un texto en inglés cuyo título, traducido al español, rezaba: “Guía para la importación de restos humanos a los Estados Unidos para entierro o subsiguiente cremación”.
Más allá de la normativa del país de destino, lo que los remitentes obviaron, evidentemente, fue cumplir con la reglamentación de nuestro país para este tipo de situaciones.
En este caso, dado que el envío consistía en restos humanos, no corresponde el régimen de encomiendas postales. Según explicaron fuentes de la Dirección General de Aduanas, para realizar la exportación de restos óseos la operación debería, cómo mínimo, contar con el aval del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).
Por ello, los inspectores aduaneros procedieron al secuestro del envío postal, dieron comunicación formal a la fiscalía de turno y elevaron su informe al juzgado actuante. Asimismo, dado que la calavera podría, incluso, ser un resto de valor arqueológico, convocaron al Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano para su peritaje.
Fascinación por lo macabro
Como antecedentes cercanos, en octubre del 2022 agentes abocados al control de ómnibus del servicio internacional de larga distancia en el Puente San Ignacio de Loyola detectaron, a través del escáner de equipaje, la presencia de cuatro cráneos humanos en un bolso.
El equipaje era de una pasajera que viajaba desde Asunción, Paraguay, hacia la terminal de Retiro, en Buenos Aires. “Disimulados entre sus objetos personales se hallaron cuatro cráneos humanos completos –algunos, incluso, con maxilares y dentadura–”, informó oportunamente la Aduana.
A mediados de diciembre del 2022 , en un control rutinario de la sección Encomiendas Postales Internacionales de la Aduana de Monte Grande, Buenos Aires, el escáner arrojó una imagen sugestiva: dentro de una pieza de exportación había lo que parecían restos humanos, concretamente, un cráneo.
Las primeras observaciones daban cuenta de que habría pertenecido a un chico de entre 10 y 12 años, pelirrojo o de cabello de una tonalidad anaranjada; había sido prolijamente seccionada de un cuerpo y la data de muerte no sería reciente, lo que hace presumir que se trataría del producto de una profanación de una tumba.
Especialistas señalaron que este tipo de objetos son comercializados en subastas online y en el mercado negro se paga por ellos miles de dólares.
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