Halloween Blanco. Los secretos detrás de 81 kilos de cocaína secuestrados
Las denuncias, que alertaban sobre la venta de estupefacientes en los barrios Agua de Oro y Pico Rojo, en General Rodríguez, se repetían. La situación tuvo su pico de tensión hace cuatro meses, cuando, en un crimen mafioso, fue secuestrada, torturada y asesinada una peruana que distribuía drogas en remises desde Flores y Balvanera hasta la zona oeste del conurbano. Tras poner el foco en ese punto caliente del negocio narco, detectives judiciales y policiales descubrieron un laboratorio donde una banda criminal estiraba cocaína de máxima pureza para después comercializarla en distintos "quioscos".
Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales y policiales. En el operativo, denominado Halloween Blanco, porque se hizo el 31 de octubre, en coincidencia con la celebración de la "Noche de Brujas", se secuestraron 81 kilos de cocaína y 200 kilos de sustancias de corte para estirar la droga.
En el procedimiento por el cual se descubrió el laboratorio donde se estiraba la droga, armado en una propiedad de General Rodríguez, los detectives policiales y judiciales detuvieron a una paraguaya que tendría un rol principal en la banda narco. Por ahora, solo se difundió su nombre: Antonia.
Pero además del laboratorio hubo otro detalle que llamó la atención de los investigadores:la casa tenía una habitación secreta a la que se accedía tras pasar un mueble usado como zapatero. En el cobertizo oculto, de tres metros por tres y con salida de respiración, Antonia almacenaba la cocaína.
La investigación estuvo a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) especializada en estupefacientes del Departamento Judicial de Moreno-General Rodríguez, a cargo interinamente del fiscal Leandro Ventricelli. Participaron efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado local, conducida por el comisario Gabriel Schefer.
En una conferencia de prensa donde presentó el resultado del operativo Halloween Blanco, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, sostuvo que se trató del procedimiento "más importante de los últimos cinco años".
"Se logró desbaratar un laboratorio que transformaba pasta base en cocaína", afirmó Berni. Según fuentes judiciales y policiales, el valor de los 81 kilos de cocaína secuestrados ascendería a los 500.000 dólares, pero como la organización se dedicaba a estirar la droga y a venderla al menudeo, se estima que podrían, incluso, haber triplicado sus ganancias.
Fuentes de la Fiscalía General de Moreno-General Rodríguez, conducida por Lucas Oyhanarte, destacaron "la importancia de las denuncias anónimas de los ciudadanos y vecinos". También resaltaron "la muy buena respuesta y coordinación entre la policía bonaerense, la UFI especializada en estupefacientes creada hace un año y el municipio para dar una respuesta en la zona y no agotar la tarea en los eslabones más vulnerables".
Además de Antonia fueron detenidos otros cuatro sospechosos. Se secuestraron cuadernos con anotaciones, 29 proyectiles calibre 9 milímetros, diez teléfonos celulares, 110.000 pesos, balanzas de precisión y una camioneta Volkswagen T-Cross.
Ajustes de cuentas
Como se dijo, el homicidio de una mujer señalada como distribuidora de estupefacientes dio una señal de alarma sobre la disputa del territorio por parte de grupos narcos. La víctima, de nombre Doris, que se había instalado en el barrio Punto Rojo, era la hija de un supuesto narco y financista secuestrado en la ciudad de Buenos Aires y cuyo cuerpo fue hallado en Lomas de Zamora, en 2018.
"A finales de junio pasado, Doris fue secuestrada, torturada y asesinada. La ataron de pies y manos con precintos y sogas. Cuando estaba acostada en el piso le apoyaron en la espalda un motocompresor hasta que murió", sostuvo a LA NACION un detective policial.
La saña no terminó con el homicidio de Doris. Los delincuentes fueron a buscar a la hija de la mujer, una chica de 15 años que fue torturada hasta que entregó la llave de una propiedad donde su madre guardaba el dinero que obtenía del negocio ilegal de las drogas.
La adolescente había nacido en la cárcel, donde su madre cumplía una condena por narcotráfico. Salió de la prisión cuando cumplió cuatro años. Once años después fue atacada por una banda rival de su madre.
Fuentes de la Fiscalía General de Moreno-General Rodríguez explicaron que después del "muy buen resultado de los allanamientos" se continuará con la investigación intercambiando información con la Justicia Federal y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) para "avanzar sobre el resto de los integrantes de la organización criminal".
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